SPAIN IS DIFFERENT

Ya ha llovido desde que alguien puso en circulación aquello de “España es diferente”. Por entonces, años 60, lo éramos. Mientras los países de nuestro entorno tenían democracias bien consolidadas, aquí todavía andábamos con la voz aflautada del general Franquito. Ha pasado ya medio siglo, llegó incluso la democracia pero en demasiadas cosas aún seguimos siendo “diferentes”. Casi siempre, para mal. Pongamos algunos ejemplillos moralizantes, relacionándolos casi todos con los países de nuestro entorno: la Unión Europea.

Un país con mayoría antinuclear, sin escrúpulo alguno en comprar energía eléctrica a los gabachos… procedente de centrales nucleares. Sin ella en muchos lugares estaríamos a dos velas. Un país con la estructura más descentralizada de toda la Unión Europea, la más cara y la más ineficaz. El único país europeo con una organización terrorista que, entre otras cosas, está en contra de la llegada del tren AVE a “su” territorio. (O sea, un país con algunos de sus habitantes en plan hombre de Cromagnon). El único país donde el gobierno central depende de los apoyos de los sectores más nacionalistas e independentistas de ciertas regiones. Un país que, en un pispás, es capaz de pasar de jubilar a los 50 y pocos años a elevar la edad de jubilación a los 67. ¡Y con los mismos gobernantes!

Un país cuya conciliación laboral y horarios de trabajo son únicos en Europa. Somos el país de la UE donde más horas se pasa en el trabajo y donde menos se rinde en productividad. El país donde hay más bares por metro cuadrado y menos bibliotecas. El único país, quizás del mundo, donde se pone en solfa al idioma común de todos sus habitantes.    

El país donde en un par de años se pasa de la Champions en la economía a la tercera regional del paro. El país donde sus controladores aéreos ganan más que nadie y trabajan menos que ninguno. ¡Y todo con el consentimiento pasivo de todos los gobiernos anteriores! El país donde más leyes hay por habitante y, por consiguiente, donde más gente se las salta a la torera, empezando por los propios gobernantes. Quizás el país europeo con la clase política más corrupta y analfabeta. Ah, y el país con más problemas de abastecimiento de agua (y sin vías de solución como no sea el maná arbitrario que cae del cielo, cuando cae).

En fin, son solo unos ejemplillos pero hay muchos más. Nos encanta ser diferentes, para lo malo y lo bueno. Y así nos ha ido en el curso de la historia. Algunos preferiríamos que el país donde vinimos al mundo fuese menos “diferente” y más “igual” a los que nos rodean. También para lo bueno y para lo malo. Pero no caerá esa breva… (Para seguir discutiendo sobre Spain, esta interesante página).