martes, 2 de marzo de 2010

CUBA, LIBRE Y MILLONES DE MOSCAS TODAVÍA NO SE HAN ENTERAO


Los otros días fallecía en una cárcel de la muy democrática y revolucionaria Cuba un delincuente común al que los contrarrevolucionarios y enemigos de los hermanísimos Castro han travestido de preso político. Cuentan los que saben de esto, que la huelga de hambre del camarada fue “porque se le dotara de teléfono y cocina en su celda” y es que hay algunos que se creen que viven en Jauja. Una cosa es que, tras 50 años de revolución permanente (ay, si Trosky viviera, lo que iba a fardar), el Estado cubano esté en la más absoluta de las miserias por culpa (cómo no) del imperialismo de los EEUU y de la UE y otra que algunos de sus presos pretendan vivir como capitalistas a costa de ese Estado, que ya bastante hace con darles de comer y beber gratis.

Los perros guardianes de la revolución más revolucionada y duradera de los últimos tiempos han salido a la palestra, garras y dientes en bandolera, para dejar las cosas en su sitio frente a la canallesca mediática y gubernamental de los países no libres, es decir, del orbe capitalista, es decir, la inmensa mayoría del planeta. Que Zapatero no haya dicho ni mú respecto al asunto (pasando sobre la muerte del tal Zapata con la misma insulsez que sobre la crisis económica) no evita el que algunos de estos canes se le hayan arrojado a la cara para recordarle que en España todavía sigue existiendo la Inquisición (en Cuba no, claro), que hay presos políticos, los de la Eta (en Cuba, no, sólo hay delincuentes comunes y terroristas), que hay cuatro millones de parados (en Cuba, no, allí todos están trabajando) e incluso que hay analfabetos (en Cuba, por supuestísimo que no, pues en 50 años revolucionarios hasta los tontos han tenido tiempo de volverse listísimos).

Para pésimas cárceles, las de los yanquis. Para incumplimiento de los derechos humanos, la Unión Europea (“carece de toda legitimidad moral para exigir a Cuba que respete y libere a los presos de conciencia”). Y es que todos sabemos que en la vieja Europa, por no hablar de la joven Yanquilandia, las calles están repletas de gentes a las que se impide votar, a las que no dejan salir de su país, a las que no les permiten más que la ideología de la clase dominante, cuyo Partido copa todas las instituciones en plan Gran Hermano. Asco de países ricachones que se creen los más decentes del planeta. El que quiera ver lo que es bueno, canela fina y esas cosas, que se dé un garbeo por la democratísima Cuba de los carcamales Castro (ojo, lo digo por la edad, no por sus ideas, que han conseguido triunfar en todo el mundo, como bien sabe el que es aficionado a viajar por ahí). Allí verá a gente contenta, harta de comer y beber, con posibilidades de ver mundo, satisfecha de vivir en pleno siglo XXI muchísimo mejor que esos pobres desgraciaos de Francia, Alemania, Italia, España y resto de países contrarrevolucionarios donde el personal clama por la revolución política, por escaparse o emigrar a lugares mucho más prósperos y libres (como Cuba, por supuesto), por quitarse esas cadenas que le oprimen desde hace años y que sus primos cubanitos ya ni recuerdan gracias a que unos benditos se echaron al monte hace la friolera de medio siglo, se cepillaron a un déspota y luego decidieron agradecerse los servicios prestados haciéndose con el poder absoluto hasta el fin de los tiempos. Pese a ello han tenido millones de desagradecidos que les han afeado la conducta pero así es la contrarrevolución, una serpiente de innumerables cabezas a las que hay que machacar sin piedad y sin descanso.

Aquí sucede como en los manicomios y psiquiátricos: los locos no están dentro sino fuera. O sea, los demócratas que gobiernan en la isla caribeña junto a todo un pueblo devoto y feliz, tienen que defenderse todos los días, a capa y espada, de los cínicos y desaprensivos mamones del resto del mundo, que envidiosamente se la tienen jurada por lo bien que lo vienen haciendo desde que Castro y su tropa se pusieron el uniforme de revolucionarios hace la tira de años y desde entonces no se lo quitan ni para mear, ni para dormir. Siendo así las cosas, ¿puede extrañar que los guardianes de las esencias revolucionarias y gubernamentales de la Cuba más libre que parieron los siglos echen la culpa de la muerte del tal Zapata a la contrarrevolución cubana? La pobrecica, cinco lustros sin comerse una rosca, sin mártires que llevarse al altar y por fin ha conseguido uno. Lástima que haya sido un vulgar delincuente común.

Créame, lector, que el Puñetas comprende perfectamente a esta gente que –en inmensa minoría- sale en defensa de sí misma, de sus ideas, de sus sueños y de su manduco (poco, pero es lo que hay por culpa de los enemigos del mundo mundial). Les comprendo perfectamente porque, aunque ya tardíamente, uno vivió los estertores del franquismo –aquello sí que era una dictadura, jodé- y, mire usted por dónde, las mismas gilipolleces, mentiras y bobadas que decían los defensores de aquel Régimen coinciden bastante con las que dicen estos sacamantecas del glorioso Castrismo. Recuerdo, por ejemplo, cómo a un tal Olof Palme, primer ministro sueco, socialdemócrata, se le satanizó porque se echó a la calle protestando por algunos de los últimos asesinados del franquismo, también en cárceles, también delincuentes comunes, también contrarrevolucionarios. Que ahora algunos pichasfrías del castrismo pongan a parir, también por ejemplo, al blandito de don Zapatero, además de darme la risa, me confirma en que la estupidez absoluta no conoce etapas históricas, ni fronteras ni vergüenza.

De modo que seguid así, hijitos míos, seguid viendo blanco como negro y negro como blanco. Los canallas tienen garantizada una larga vida (Franco, Pinochet, Castro…) pues no hay nada como la maldad duradera para rejuvenecer el cutis, el corazón y hasta los pulmones, por muchos habanos que se fumen al día. Y es que los elegidos de Dios y de la Historia tienen ciertos privilegios que no podemos tener el resto de los pobres, analfabetos y majaderos mortales.

PD: Para que usted, lector paciente, abandone el reino de las sombras y la ignorancia, aquí tiene unos cuantos enlaces que le harán mucho bien a su alma. Entérese, al fin, de lo que vale un peine en la muy revolucionaria, democrática y autosatisfecha Cuba de sus sátrapas actuales, donde hay presos comunes que tienen la desfachatez de hacer huelga de hambre voluntaria por una tontería. Y, lo que es peor, que son capaces de suicidarse por culpa de los cuatro cuentos chismosos que susurran a sus oídos los enemigos del pueblo, de la Patria y de todos nosotros. Malditos sean esos miles de millones de subnormales y contrarrevolucionarios que piensan que Cuba es una dictadura como la copa de un pino desde que Fidel Castro decidió quedarse instalado en el poder de manera absoluta, cepillándose hasta al lucero del alba. Que no se hagan ilusiones esos malditos porque tenemos dios para rato, aunque sea en chandall o en pijama. El muerto viviente goza de una salud estupenda, justo lo contrario de un tal Orlando Zapata, cuya alma ya estará delinquiendo nuevamente en el mismísimo infierno, sede habitual de todos los contrarrevolucionarios que en Cuba y el mundo han sido. 

* Orlando Zapata: una muerte cubana (horror, alguien con un poquitín de sentido crítico...)

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