martes, 4 de julio de 2006

LA CACICADA CONTINÚA


A esta historia le sigo la pista desde que allá por el 2001, más o menos, saltara a la palestra. Andalucía. Málaga. Hospital Carlos Haya. Norberto González de la Vega, jefe del Servicio de cirugía cardiovascular, denuncia ante los medios de comunicación –ya saben, la gota que colma el vaso y ya no estoy dispuesto a comerme más marrones ajenos- que la falta de medios en el hospital malagueño ha provocado la muerte de 4 pacientes que estaban en lista de espera. La Administracioncita del cortijillo andaluz sale de su proverbial letargo y cual cocodrilo hambriento, toma represalias con dentelladas feroces contra el cirujano. Bah, qué importa que De la Vega sea “uno de los cinco cirujanos españoles más reconocidos en todo el mundo”, en palabras del Presidente de la Sociedad Española de Cirugía Cardiaca. A por él, y a degüello. Así entienden la política estos caimanes cortijeros, nulos para gestionar racional y decentemente la sanidad andaluza, y lo que sea, pero prestos a cepillarse a cualquiera que ose levantar la voz contra sus incompetencias y necedades.


Por aquellos años estaba a cargo del Servicio Andaluz de Salud un tal Francisco Vallejo, un camarada tan políticamente inepto que nisiquiera fue capaz de ganar unas elecciones al último alcalde franquista de España (Ramón Palacios, La Carolina, Jaén). No recuerdo por donde vaga ahora el amigacho Fran, pero seguro que haciendo de las suyas. Junto al Consejero colaboró en la represión del cirujano un tal José Luis Marcos, Delegado de Salud de la Junta en la provincia de Málaga. También ahora zascandilea al frente de otro kioskillo (así, de chiringuito en chiringuito, hasta la jubilación), poniendo zancadillas a cualquier cosa que intente hacer el Ayuntamiento de la ciudad, en poder de las turbas del Partido Popular.


El caso es que entre ambos demócratas de pacotilla abrieron expediente disciplinario al médico, acusándole de ser el responsable de los problemas. Le enviaron una patulea de inspectores, le imputaron dos sanciones disciplinarias, una de suspensión de empleo y sueldo durante un año por incumplimiento del régimen de incompatibilidades y otra de suspensión de funciones y pérdida de retribuciones durante diez días por falta de respeto a un superior jerárquico (“usted dice estupideces”, fueron sus palabras exactas, cuando su jefe le dijo bobaliconamente que operara más para aliviar las listas de espera). Para que el cirujano se defendiera mejor, no le permitieron aportar pruebas ni testigos. Total, que lo empitonaron con nocturnidad, alevosía y mala leche. Una descarada y abusiva cacicada. El tal Marcos, ya lanzado y con la presa entre los colmillos, anunció que “actuaría hasta las últimas consecuencias, desde la suspensión cautelar hasta la expulsión del SAS”. Sólo le faltó decir que mataría al médico. Unos meses antes un juzgado de Málaga ya había condenado a Marquitos por llamar “descerebrado” al cirujano en una entrevista en un diario local. Un discapacitado de la política y de la gestión don Pepe Luí Marcos, al que la multa de 150.000 ptas le fue condonada cuando recurrió a instancias judiciales superiores. Por las alturas, ya se sabe, están colocados los “amigos” que nunca fallan. Para eso se les ha puesto ahí. Lo difícil es controlar a todos los jueces de a pie, pero con otros 25 años de gobierneo progresista todo se andará.


Naturalmente que el médico puso la correspondiente denuncia en el juzgado, pagándola de su bolsillo, mientras que los caciques de la Junta sólo pusieron en el asunto el morro y la caradura habituales, pues sus lujos y cabreos los paga el pueblo andaluz. Ahora acaba de salir la resolución judicial del asunto y, como era de esperar, nada de nada. Tarari que te vi. Quedan anuladas las sanciones del SAS. No hubo incompatibilidad alguna. No hubo falta de respeto al jefe superior. Sí hubo indefensión del cirujano y sí acoso y derribo del mismo, impidiéndole ejercer el legítimo y constitucional derecho a la crítica en el ámbito de su trabajo. Al juez sólo le ha faltado enchironar a los caciques de Salud de la Junta, pero seguramente es listo y teme por su pellejo y su futuro profesional.


Naturalmente que los caciques no han dicho ni pío pues son cobardicas y ya están en otros asuntos, donde siguen demostrando su inutilidad manifiesta, amén de su mala follá. Pero la Consejería que se pitorrea de la salud de los andaluces ha dicho, faltaría más, que va a recurrir la sentencia. Naturalmente que pagando de nuevo los andaluces con sus impuestos. Así da gusto. Y así piensan seguir estos inútiles hasta que haya sentencia favorable (es decir, hasta que llegue el asunto a los jueces y tribunales superiores, más afines a la Junta por aquello de los nombramientos a dedo y de cuota) o, en el mejor de los casos, hasta que el médico la espiche. Afirma el cirujano (ya fuera del SAS por decisión propia) que “en los hospitales hay un auténtico régimen asfixiante y opresivo”. Lo dice quien se atrevió, en vida de Franco, a criticar la impericia de aquel cirujanillo de salón llamado el Marqués de Villaverde, yerno del dictador. Los hay que nunca aprenden a tragar carros y carretas y así les va.


Para acabar. Si no se anduvieron con chiquitas, a pesar de que jugaban con la salud del respetable y mandaban al pairo a un cirujano de fama internacional, la pregunta del millón: ¿Qué no serán capaces de hacer estas bestezuelas de la Junta con un piltrafilla de funcionario, con un modestito empresario, con cualquier mindundi que ose hacerles una objeción o decirles simplemente que tururú?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

http://www.mentalhealth.net.in

developments include an increased understanding of the brain's function
through the study of neuroscience, the development of effective new
medications and therapies, and the standardization of diagnostic codes
for mental illness