EL SABLAZO (EXAGERADO E INCONGRUENTE)

Celebrábamos hace unos días que al señor Goirigolzarri, consejero delegado del BBVA, en la madurez de su vida, su banco amigo he hiciera un hermoso regalito como despedida profesional: algo más de 50 millones de euros. Pero no hace falta jubilarse para llevarse tanta pasta al bolsillo, como si el trabajo desempeñado por uno hubiera sido imprescindible para la humanidad. Hay mucha gente que, a diferencia del citado señor, el único mérito que tiene para llevárselo bien calentito a casa es ser amiga de sus amigos, sobre todo si éstos gobiernan en alguna poltronilla de las miles y miles que abundan por Spain.

Nos referimos a los que presiden y dirigen el cerro de entes, sociedades y empresas públicas surgidas por generación espontánea en los últimos lustros y que actúan como si fuesen empresas privadas de facto –incluyendo la ausencia de control público- aunque  con ninguno de los sinsabores de éstas: si hay pérdidas, paga el ciudadano con una subida de impuestos o del coste del servicio prestado en régimen –habitualmente- de monopolio y al gerente o jefe de la cosa se le despide con una suculento premio para que deje de llorar por las esquinas y no largue demasiado por su boquita de piñón. Es lo que ocurre con las empresas de basura, de transporte, de gestión… que los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas se han sacado de la manga para eludir responsabilidades propias, evitar parcialmente el control de las cuentas públicas, favorecer a los amiguetes y –de paso- recoger algunas migajas presentes y futuras en forma de ayudas al partido y a la familia. (Estoy tan seguro de ello como que dos y dos son cinco para el señor Zapatero).

¿Cómo entender que quienes nombran -pongamos por caso- al gerente de la Sociedad Pública Protectora de Asnos Locales le pongan de nómina un sueldo más abundante que el de ellos mismos? ¿Alguien lo entiende si piensa en positivo, con buena fe y sabiendo que dos y dos son cuatro? Pues esta situación es muy habitual en nuestras administraciones públicas. Citaré el ejemplo que me pilla más cercano: los responsables de dos sociedades dependientes del Consistorio de Málaga capital (Promálaga y el Palacio de Ferias) tienen unas nóminas brutas de 175.000 eurillos y de 169.000 eurotes, cuando el sueldo bruto del alcalde es de unos 80.000 eurachos. ¿Es más importante currárselo sobre cómo llevar feriantes al horroroso edificio de Ferias que gobernar sobre la ciudad? Pues parece que sí: exactamente, el doble. ¿Es un trabajo  especialísimo, súper inteligentísimo y mega imprescindible el desarrollado por esta gente tan opíparamente pagada? A tenor de lo que ganan sus mandamases sí, pero cualquier sujeto con cierto sentido común afirmaría que no, que más complicado y exigente es ejercer una alcaldía procurando el bienestar de 600.000 ciudadanos y de todos los rincones de una ciudad.

El ejemplillo malagueño es sólo una muestra bien cercana al Puñetas de lo que se cuece en todas las administraciones públicas españolas.  Dos ejemplillos ídem: el consejero delegado de la empresa pública “Turismo Andaluz” gana más que el Presidente de la Junta de Andalucía y la “Empresa Pública para la Vivienda” (un invento estrambótico de la Diputación Provincial malagueña) permite embolsarse a su consejero delegado y al gerente 72.000 euros cada uno. Un sablazo al ciudadano en toda regla y con toda la alevosía. Y, por cierto, ¿conoce alguien a estos tipos tan bien pagados? ¿Dan ruedas de prensa para explicar su gestión? ¿Se ven sometidos a la presión de la opinión pública como les ocurre a los políticos? Mucho sablazo para tan poca chicha...

PD: Querido lector, no se desanime tras la lectura de este articulillo. Usted también puede ser tan afortunado como estos mandamases de las empresas públicas. Juegue a la ONCE, las quinielas, la bonoloto, la lotería, el bingo… y, si tiene mucho estómago, métase en un partido político a ver si hay suertecilla y se puede colocar bien colocado. No hay garantía porque la secta de los que ya están dentro no admite mucho la competencia, pero por intentarlo…    

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Hoy murió Mercedes Sosa, una de las grandes señoras de la música popular. Como sencillo homenaje este pequeño vídeo donde se comprueba cómo la buena música no necesita de grandes alharacas: una bella voz, una guitarra, un fuerte sentimiento y cantar en directo.