De nuevo Marbella (de ahora en adelante, Marfea) en el candelero de la actualidad del choriceo y el mangoneo. La otrora ciudad lĂder del turismo en España, cosmopolita y de gente guay, convertida en comidilla general tras el ingreso en prisiĂłn de su alcaldesa y de una patulea de gente afĂn. Naturalmente que lo de Marfea es una manera de hablar porque la ciudad sigue tan bella como siempre y la vida continĂşa con las apreturas habituales, pero es inevitable que el personal generalice cuando comenta “la Ăşltima de Marbella”.
Pues vamos a decir un par de cositas que en pocos sitios se dicen. La primera es que desde que el señorito Gil y Gil, aquel pastoso e impresentable presidente del At. de Madrid, un dĂa decidiĂł meterse en polĂtica, fundar un partido propio –el GIL- y sentar sus corruptelas en Marbella y ciudades colindantes, ya se veĂa venir el asunto. El paso del tiempo (más de una dĂ©cada, ya con el caballero de cuerpo presente) no ha hecho más que agravarlo. O sea, que estaba cantada la corrupciĂłn pero aquĂ todo el mundo miraba para el otro lado. Los ciudadanos votando por mayorĂa absoluta una y otra vez. Ahora, ¿de quĂ© protestan? Tienen lo que han votado, aĂşn a sabiendas de a quĂ© tramposos y delincuentes les entregaban el cheque en blanco. Los polĂticos de la Junta de AndalucĂa han estado tambiĂ©n missing porque más de uno seguro, seguro que ha trincado algo, como ya Gil denunciĂł en más de una ocasiĂłn. Ahora parecĂa que le iba a quitar al Ayuntamiento marbellĂ las competencias urbanĂsticas una vez que se olĂa la tostada requemada que se preparaba, pero ha llegado tarde. Ni la proliferaciĂłn de vendettas en suelo marfeĂ, señal de que algunas mafias se han instalado allĂ gracias a la polĂtica de puertas abiertas que hizo Gil; ni el declive publicitario de la ciudad a consecuencia de tanto escándalo; ni la llegada de gentuza del petardeo famosil han producido cierta regeneraciĂłn de la vida polĂtica y pĂşblica de la ciudad. Ahora, por muchas manifestaciones y muchas gaitas que los dirigentes nacionales y regionales proclamen, ni por muchas protestas vecinales que hagan los hasta ayer mismo miopĂsimos habitantes de la ciudad, nadie va a evitar el descrĂ©dito y el cachondeo de Marbella, la ciudad con mejor clima de España y de Europa, oferta turĂstica incluĂda. Como siempre, en este paĂs llegamos tarde a la funciĂłn. Cuando ya se está bajando el telĂłn empiezan a aparecer por la puerta los primeros espectadores. Tragad ahora como estĂşpidos lo que no supĂsteis arreglar o cambiar como seres inteligentes.
Pero hay otra cuestiĂłn más, nada baladĂ. Marfea es el chivo expiatorio perfecto para los piratas de la distracciĂłn y el pingoneo. Pese a todo, el grado de corrupciĂłn existente en la ciudad es muy inferior al que hay en la capital de la Corte, ese Madrid en el que se cuecen las grandes fortunas y los magnĂficos trapicheos; muy inferior al que hay en la capital del Estatut, esa Barcelona donde casi todos los partidos están corruptos hasta las cejas (el 3%...) y donde el silencio campa por sus fueros; no digamos en ese PaĂs Vasco donde la ETA y la corrupciĂłn peneuvista tienen apalancados casi todos los sectores sociales y, en fin, tantĂsimos lugares donde el pelotazo (no nos olvidamos de AndalucĂa, esa Cádiz, esa Sevilla o Huelva…) es moneda corriente y moliente. Pero en el caso marbellĂ hay un aspecto muy interesante y diferente del que se da en el resto de lugares con idĂ©ntico o superior grado de mangoneo: sus polĂticos van por libre y allĂ los partidos tradicionales que trincan a nivel de todo el Estado (a menudo legalmente, que esa es otra) no se comen una rosca. O sea, que todos contra Marfea porque en ella gobiernan unos intrusos de la polĂtica que han hecho de las finanzas de la ciudad su exclusiva rapiña. En el resto del paĂs, los partidos "profesionales" tambiĂ©n suelen jugar a lo mismo, aunque habitualmente se reparten el pastel con la debida discreciĂłn y tapándose mutuamente sus vergĂĽenzas: yo cierro los ojos ante tu trinque y tĂş entornas los tuyos ante el mĂo. Es claro que los que no tienen porvenir alguno en el mundo de la polĂtica y de las finanzas son siempre quienes no pertenecen a las grandes multinacionales de la polĂtica y economĂa, sin agarraderas ni paracaĂdas con que tapar el delinque. Eso de que en las Españas sĂłlo en Marbella la alcaldesa y algunos concejales se lo llevan calentito, no se lo cree el Puñetas ni harto de cazalla, vino, cerveza y gĂĽisqui.
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