lunes, 26 de septiembre de 2005

¡LA MADRE QUE LOS PARIÓ!

Cuando leo u oigo alguna declaración poco afortunada de algún personaje público, sea un político, un famosete o un tontícola, suelo emplear mi desahogo verbal preferido: ¡La madre que lo parió! No es que la madre del personaje tenga culpa de nada. Es que, al usar dicha frase hecha, pongo de manifiesto que el susodicho no tiene enmienda ni solución. Tendría que volver a nacer de nuevo y eso ya no es posible.


Viene a cuento esta pequeña introducción porque hoy voy a aplicar dicho desahogo a dos personajes de la política española que en las últimas horas han dicho cada uno cosillas la mar de pintorescas, chungas o gilipuerteras. La cosa no va con que sean de una ideología u otra. Simplemente tienen bastante poder y, ya se sabe, cuando eso ocurre se dicen muchas majaderías. Aunque a decir verdad hay algunos que ni fuera de la poltrona dejan de memecear. (Verbo inventado por el muá y que significa “decir muchas memeces”).


Empecemos por el más gordo. Ay, señor, ese conseller de Comercio y dirigente de ERC, Josep Huguet, que ha advertido de que si "falla" el Estatut, (ese coñazo o plaga de estos dos últimos años) se generará una "crisis social" y "guerra civil, entre comillas, en Cataluña; que ERC girará en contra de España como si fuera Els Segadors", la revuelta del siglo XVII contra las tropas castellanas. Cree el gachó que se dedica a hundir el Comercio, Turismo y Consumo catalanes que si no sale adelante el nuevo texto estatutario "la decepción será para el país" y "si Cataluña no tiene Estatut, es el país quien tiene delante un desastre, una crisis social en profundidad". Pero, como no hay dos sin tres, a esta sarta de sandeces ha añadido la tercera: “Es evidente que tenemos algunas llaves, y si entramos en la guerra de partidos porque no hay Estatut... en la guerrilla a nosotros nadie nos gana a guerrilleros”.


El señorito Huguet tiene una pinta física que no le delata ni como guerrillero ni como segador o campesino. (El próximo miércoles haremos unas chancillas utilizando su físico de burócrata de la KGB). Su fijación con el Estatut y su no aprobación roza la paranoia y, francamente, ya no está en edad de echarse al monte, cosa que ni en sus años mozos debió hacer tampoco. Su referencia a la “guerra civil”, aunque sea entre comillas, es intolerable y no comprendo como en su propio partido o en el mismísimo gobierno catalán, sus superiores no le han puesto de rodillas, mirando a la pared y con unas orejas enormes de burro. Aquí el único desastre es él mismo que, por no conocer, no conoce ni a su propio país. Porque cualquiera diría, para quien no conozca Cataluña, que estamos hablando de una región, comunidad o nación que está oprimida bajo la bota del gobierno central y que tiene serios problemas de hambruna, paro, miseria, caos y otras malas hierbas. ¿Sabe este señorito en qué país vive? ¡La madre que lo parió!


Pasemos a la segunda pijadita. Los etarras, esos sementales vascos a los que sólo les cabe una idea entre ceja y ceja (la independencia de “su” país inventado), han cometido este año 23 atentados pese a lo cual desde el partido en el gobierno se sigue pensando que la banda terrorista está de “tregua”. Así que, después de que una furgoneta-bomba con 15 kilos de cloratita destrozara tres empresas del polígono industrial de Avila, el capataz del PSOE, Pérez Rubalcaba, ha pedido la "confianza a los españoles porque el fin de ETA se va a producir". Este hombre, al que cada año que pasa se le pone la cara más avinagrada y la lengua más afilada (excepto cuando se trata de defender a su jefe y a su partido, en que se le cae la baba por las comisuras labianas) valdrá mucho como político pero como vidente es que ni las huele. Para decir semejante estupidez mejor sería quedarse callado. O añadir a la frasecita algún dato concreto para que nos la podamos creer: el año 2050, por ejemplo. El Puñetas, remedando la frase de don Pérez, sí que pide confianza a los españoles porque el fin de Rubalcaba se va a producir. Algún día la palmará como todo hijo de vecino. En cambio lo de ETA es más difícil porque aquí la reproducción asistida hace milagros. Para uno de los que la asisten, ese partido clerical vasco llamado de alias “el PNV”, el atentado de Avila sólo es un "nubarrón". Sus primos tenían que haber puesto la cloratita en el WC de Ibarreche, el jefe, a ver si los destrozos también les parecían una negra nubecilla. ¡La madre que los parió!

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