Entre el 14 de marzo y el 22 de abril del 2005 tendrá lugar en Ginebra el 61 período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, un departamento de vividores aún más inútil y corrupto que la casa matriz neoyorquina. En esas fechas los pichafrías de la ONU analizarán la situación de los derechos humanos en diversos países como Cuba, Corea del Norte, Bielorrusia, Colombia, Sudán y así. De China, Rusia, numerosos países islámicos y hasta los EEUU no se dirá nada. Pero bueno, menos da una piedra, porque los países citados no destacan precisamente por tener unos gobernantes que respeten mucho la humanidad de sus lacayos. Y entre ellos sobresale con luz propia la famosa Cuba de Fidel el Castrador.
Así que los partidarios del dictador han comenzado a labrar la ofensiva correspondiente desplazando el foco de atención hacia los USA, como es natural. “Una vez más el gobierno de los Estados Unidos, presionando a los países miembros, intentará que sea aprobada una resolución contra Cuba", expresa un texto firmado por un grupillo de “intelectuales” de distintos países. Y siguen el relato de esta guisa: “El gobierno de Bush, perpetrador de las torturas en Guantánamo, las violaciones de Abu Ghraib, la destrucción del patrimonio cultural de la civilización mesopotámica, el asesinato de decenas de periodistas, la masacre de Faluya y el establecimiento de un atroz control totalitario de su población civil, pretende tener la fuerza moral para actuar de fiscal contra Cuba”.
Como los USA no son precisamente una hermanita de la caridad (aunque lo del "atroz control totalitario sobre su población" mueve a carcajada), Castro tiene la justificación perfecta para que Cuba siga enquistada en la historia de siempre durante los próximos cien años: la isla es el paraíso terrenal y los millones de cubanos que están en el exilio son unos mercenarios que se van a enterar de lo que vale un peine el día que se queden calvos. Que esto lo digan a voz en grito los que viven del rollo en la misma Cuba, pues vale, pues qué bien. Pero que haya intelectualoides de pacotilla que habitan cómodamente en sus democráticos chalés con aire acondicionado a miles de kilómetros de distancia, es cuando menos surrealista.
Los medios pro-Castro resaltan la enorme importancia del apoyo “de novecientos intelectuales de prominencia internacional”. La cantidad de acólitos es ridícula y mínima, pero para los que maman de las tetas de Fidel representa una inmensidad. Entre los intelectuales se encuentran desde el escritor comunista Saramago (a sus años ya no tiene ganas de renunciar a nada) al famoso cantante Joaquin Sabina (autor de unos cuantos versos cantables en noches de parranda y fumata) pasando por “gente prominente del cine” como el famosísimo argentino Fernando Birri, muy conocido en su casa a la hora de cenar o “la bibliotecaria yanqui Ann Sparanese” (textual). Sólo falta mi tío Rigoberto Fernández, pintor de brocha gorda en sus ratos libres, que hubiera puesto su firma al pie del manifiesto de apoyo a Castro, si no se hubiera muerto hace 30 años, cuando Fidelito sólo había matado a unos pocos gusanos. O sea, que los firmantes serán intelectuales para Castro y sus cuates, pero para la inmensa mayoría del personal que tiene ojos para ver y orejas para escuchar, no son más que momias en proceso de desintegración ideológica. Así que como homenaje personal a estos intelectuales de pitiminí, tan añejos y tan ciegos, aquí van un par de chistes sobre Fidel el Castrador, al que Stalin pronto acogerá en su seno.
* Fidel va a su astrólogo y le pregunta: -¿Que día moriré? -Comandante, morirá un día de fiesta nacional.
* -¿Qué edad tú me echas?-- pregunta Fidel a Pepito. -Setenta años, comandante. -Muy bien, exacto, ¿y cómo la calculaste? -Comandante, es que yo tengo un tío medio hijodeputa que tiene treinta y cinco.
* ¿Tú sabes, Pepe, que estoy por creer que Adán y Eva eran cubanos? -Y eso por qué? -Porque no tenían ropa, andaban descalzos, no los dejaban comer manzanas, y les insistían que estaban en el paraíso...
1 comentarios:
No te olvides, Puñetas, del Aute, que también ha puesto su firma a los pies de los caballos. Pero esta gente, ¿de qué va? Que critiquen todo lo que quieran a los USA y a los mamones que habitan el mundo, pero que incluyan también al Castrador. Claro que los derechos humanos, como bien dices, se ven muy ricamente sentado en tu butaca, al lado del equipo de música y la calefacción, tomándose un cubata a la salud de los que viven en la otra parte del globo terráqueo.
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