miércoles, 31 de octubre de 2007

UNA SENTENCIA DE CULO

YA TENEMOS SENTENCIA SOBRE EL 11-M: adjudicados 120.755 años a los 21 condenados. Una media de 5.750 años por barba. Pese a lo cual, qué se apuestan que en diez añitos están todos en la calle haciendo las labores propias de su sexo. ¿No sería mejor condenar por 20 años, y ni un día más ni un día menos? Nuestras leyes están hechas, interpretadas y evaluadas por analfabetos matemáticos.


EN MUNICH SE HA REUNIDO A UNA PANDILLA DE ESPECÍMENES HUMANOS PARA DETERMINAR CUAL ES EL MEJOR CULO DEL MUNDO. Y tras arduas deliberaciones exclusivamente visuales (eso dicen las crónicas) la ganadora del trasero predilecto ha sido una búlgara. La verdad es que ya no saben qué inventar. Pronto tendremos las tetas mejores del mundo, el pene más largo o más corto, el ombligo más redondo y hasta la vagina más chiripitifláutica. ¿Nos hemos vuelto necios o ya lo éramos de nacimiento?


domingo, 28 de octubre de 2007

ARDE CALIFORNIA, PERO NO PASA NADA...


Cada vez que se produce un gran incendio, sea en España, Australia, Portugal, Grecia, Estados Unidos o las Chimbambas, se me llevan los demonios del cabreo que agarro. No lo puedo remediar. Por los mamones que seguramente lo han provocado y que habitualmente escapan a la acción de la justicia, si es que logra detenérseles. Por el tremendo drama que provoca en los seres humanos afectados, que pierden sus vivencias, su historia, sus recuerdos, cuando no la misma vida. Por un paisaje animado e inanimado que nunca volverá a ser igual. Pero, sobre todo, por la completa impotencia que se demuestra a la hora de acabar con el fuego.


En su ignorancia más supina, el Puñetas es de los que creen que no hacemos lo suficiente para evitar ciertas desgracias, mientras que hacemos demasiado para conseguir otras. O para alcanzar metas que maldita la falta que hacen. Así que el muá no logra entender cómo a estas alturas de la película todavía seguimos apagando devastadores incendios usando cubos de agua, camiones cisterna o –si hay suerte- unas pocas avionetas. Ni logra comprender cómo el desastre en ciernes depende casi en exclusiva de la fuerza del viento, de la sequedad del terreno, de la implorada lluvia o de las manos de unos pocos pero valientes bomberos y voluntarios.


Cuando hemos sido capaces de colocar un hombre en la Luna hace ya cuarenta años y pronto queremos hacerlo en Marte. Cuando en cuestión de horas algunos países son capaces de desplegar un poderoso ejército dotado de miles de hombres y miles de pesados objetos de guerra. Cuando se han inventado artilugios mil que nos hacen la vida más cómoda y mágica. Cuando hay dinero para tantas y tantas cosas, sorprende que en materia de incendios sigamos siendo ran rácanos, tan catetos, tan pobretones. Por lo que se ve es más fácil fabricar una bomba atómica que una bomba capaz de apagar un incendio. Un suponé.


Si no hubiese detrás el tremendo negocio que hay ante la desolación y la tragedia que origina un vandálico fuego, uno hasta pensaría que esta ineficacia en prevenirlo o en vencerlo, es simplemente un síntoma más de la estupidez del humanoide. Pero además de ello, se ve que ese negocio post incendio es muy poderoso, que mueve infinidad de recursos y de medios materiales y que de todo eso vive mucha, mucha gente, aunque sea a costa de la naturaleza y de los pobres desgraciados que han perdido casi todo.


Arden 200.000 hectáreas en California, evacuan miles de hogares y casi un millón de personas. Se tienen miles de millones de dólares en pérdidas. Mueren casi una decena de personas y resultan heridas miles. Y hasta el próximo gran incendio. Nadie investigará nuevas estrategias de apagado de un fuego. Nadie se encargará de prevenir limpiando los montes o usando mil estrategias. Sólo sabemos que el gran negocio de la reconstrucción (aunque haya cosas que jamás podrán volver a ser como eran) debe de mover más ganancias que las pérdidas por el fuego. Sólo así se entiende que sigamos igual que siempre, apagando llamas a manotazo limpio, cuando hemos sido capaces de inventarnos los medios más sofisticados para dominar, amaestrar y hasta amedrentar a la naturaleza y al mismísimo género humano. Tan listos para unas cosas y qué torpes (aunque se entiende muy bien) para otras.


== VIDEOTECA ==

INCENDIO EN 40 SEGUNDOS.

VANGELIS: "CARROS DE FUEGO".

martes, 23 de octubre de 2007

PATRIOTAS DE CERCANÍAS


Hace unas semanas leía el clásico artículo de Pérez Reverte en XLSemanal, del que soy adicto los domingos. En esta ocasión plantea un tema al que se le está dando poca importancia: la tergiversación, manipulación y ocultación de la historia por motivos políticos. Algo que siempre ha sido evidente aunque realizado con sordina y discreción, pero que de un tiempo a esta parte se realiza en ciertos lugares con la mayor desfachatez. Y es que no sólo tenemos que aguantar a los grandes “patriotas” clásicos si no que de un tiempo a esta parte tenemos que soportar también a los que irónicamente Pérez Reverte llama “patriotas de cercanías”. Hoy les dejo con su artículo, en el estilo directo y algo soez que usa cuando tiene encima un cabreo de mil pares de narices.

“Hay una clase de cartas, entre las que me escriben los lunes, cuya virulencia supera, incluso, las de las feministas galopantes de género y génera y las de las pavas con indigencia intelectual, incapaces unas y otras de entender nada que no responda al canon obvio de ese mundo virtual que se han montado y que tanto aplauden, para evitarse problemas, ciertos tontos del haba. Yo tengo un par de ventajas. Por una parte, ese canon artificial me importa un carajo. Por la otra, hace cuatro o cinco años escribí una novela sobre mujeres, machismo y algunas cosas más, y a su contenido –corrido de los Tigres del Norte adjunto– me remito cuando vienen diciendo que les toco la bisectriz.

En cualquier caso, como digo, ese correo femenil descompuesto de humor, inteligencia y maneras no es lo que más chisporrotea. Lo más plus de lo plus llega cada vez que me introduzco, saltarín, en los jardines nacionalistas. Ahí de verdad que sí. Ahí es donde paletos espumajeantes y tontos de campanario –no siempre son sinónimos, aunque a menudo lo parezcan– sacan lo mejor de sí mismos, y de sus argumentos, para ciscarse en mis muertos. En mis muertos españoles, naturalmente. Eso me pone en situación delicada, pues como saben quienes me leen desde hace tiempo, mi concepto de España y de los españoles, desde Indíbil y Mandonio hasta ayer por la tarde, no puede ser más incómodo y descorazonador. No sé cuántas veces habré escrito en esta página, en los últimos doce o trece años, país de mierda o país de hijos de la gran puta; conceptos estos que, por cierto, también generan su propio correo específico, esta vez del sector Montañas Nevadas. Pero mis astutos corresponsales patriachiqueros no se dejan engañar, porque son muy listos, e incluso bajo tales exabruptos detectan un españolismo de fuego de campamento, brazo en alto y en el cielo las estrellas, de ese que tanto les gusta practicar a ellos en versión propia, o que tanto necesitan en otros para justificar su trinque, su mala fe o su imbecilidad.

Esta clase de cartas llegan, indefectiblemente, cada vez que menciono asuntos históricos, a los que tengo cierta afición. Y no deja de tener su gracia. Uno puede desayunarse cada mañana viendo en los periódicos y la tele cómo gudaris y otros paladines catalaúnicos, celtas, euskaldunes, andalusíes o de donde sean, incluso cretinos bocazas peinados de través como el coqueto y casposo Iñaki Anasagasti, meten el dedo, removiéndolo, en cuanto ojo encuentran a mano, con tal de joder un poquito más, o se limpian las babas con cualquier bandera que no sea la de su parcelita. Pero que a los demás no se nos ocurra, por Dios, hablar de Historia, ni de España, ni de nada, ni siquiera en términos generales, que no coincida exactamente con lo expuesto en el escaparate de su negocio. Hasta ahí podíamos llegar. Algunos, incluso, son inteligentes. O lo parecen. Ésos, más allá del rebote elemental, suelen descolgarse con una contundencia, una seriedad pseudocientífica y unos aires de autoridad tales que hasta al cartero de XLSemanal, que es un pedazo de pan, lo hacen picar de vez en cuando. Son capaces de desmentir, sin empacho, cuanto se ponga por delante. Veinticinco siglos de memoria documentada, bibliotecas, viejas piedras y paisajes no tienen la menor importancia frente a la historia local reescrita por mercenarios de pesebre, que es la única que les importa. Mal acostumbrados por gobernantes expertos en succionar entrepiernas a cambio de votos –desde el amigo Ansar al pacífico Sapatero–, a los patriotas de cercanías les sienta fatal que alguien les lleve la contraria a estas alturas del desmadre, cuando gracias a la cobardía, la incultura y la estupidez de la infame clase política española todo parece estar, por fin, al alcance de su mano. Quisieran esos pseudohistoriadores de tebeo que, cada vez que llega una de sus cartas refutando con argumentos de hace tres días lo que gente docta e inteligente tardó siglos en acumular, probar y fijar, yo me levante de la mesa, vaya a mi biblioteca, y ante los veinte mil libros que hay en ella, ante las catedrales, los castillos, los acueductos romanos, las iglesias visigodas y los museos, ante los documentos históricos conservados en los archivos de toda España y de medio mundo, diga: «Mentís como bellacos. Acaba de poneros patas arriba mi primo Astérix con dos recortes de periódico, cuatro cañonazos de Felipe V y las obras completas de Sabino Arana».

Encima, oigan, algunos amenazan con no leerme nunca más, o juran que no volverán a hacerlo en el futuro. Para castigarme por españolista, por facha y por cabrón. Y qué quieren que les diga. Que sin lectores así puedo pasarme perfectamente. Que vayan y lean a su puta madre”. (XLSEMANAL Nº 1042 DE
14-10-2007)

Aquí dejo un enlace a la página, con su último artículo, y desde el cual –con el buscador- se pueden localizar todos sus anteriores.


== VIDEOTECA ==

LA MALA REPUTACIÓN - Paco Ibañez

viernes, 19 de octubre de 2007

¿POR QUÉ ALGUNOS DESPRECIAMOS TANTO A LOS POLÍTICOS?


Es hora de reflexionar, leñe. En el post anterior –al hilo de la actualidad- calificaba de “sargento” a la primorosa vicepresidenta, de “inútil” al lendakari de una parte de la sociedad vasca y “trío la, la, la” a ese tripartito gobernante en Cataluña. Pero, ¿cómo calificar al pepero don Mariano tras su patriotero vídeo de hace una semana, envolviéndose en la bandera española hasta cuando va a mear? ¡Y cómo llamar a ese presidente del gobierno que se dirije al personal en plan compadre contándole unas trolas con faltas de ortografía: ¿Humildad en ZP? A otro perro con ese hueso!


Para reflexionar seriamente y sin impedimentos, fuese el Puñetas dos días al desierto de Almería para darle al coco sesudamente en compañía de la mortificación y austeridad de estos casos, comiendo sólo unas hierbas del camino y bebiendo exclusivamente agua de Solán de Cabras, hasta que comenzó a levitar y echar espumarajos por la boca. Era el momento esperado: el de saber porqué demonios le tengo tanta tirria al personal que cobra su nómina por hacer de político profesional, jodiéndonos al resto del personal más que beneficiándonos.


Y entre otras cosillas que afloraron desde mi más allá, se encuentran las siguientes:


* Me repatea el que tomen a la gente por idiota.

* Me niego a admitir en mi club de gente prestigiosa a quien jamás realiza una autocrítica.

* Por cada problema que solucionan (si es que lo solucionan), crean otros muchos.

* Insultan, amenazan, etiquetan, humillan, culpabilizan, dan golpes bajos y traen al presente antiguas disputas que –salvo a ellos- a nadie interesan.

* Son los únicos que en el mercado de la venta y la propaganda (en donde son unos maestros) se dedican a poner como un perejil a la competencia en vez de resaltar exclusivamente sus méritos propios, partiendo de los hechos reales y comprobados.

* Porque siempre están a la defensiva respecto a ellos y al ataque respecto a los demás.

* Porque con este proceder dan una imagen a la ciudadanía de conflicto permanente.

* Porque la razón siempre está de su parte y nunca en los otros.

* Porque sus consensos se alcanzan tras el chalaneo, la venta y compra de favores y el no hay más remedio que pactar, nunca por convicción.

* Porque mienten más que hablan.

* Porque no admiten la independencia de criterio ni la buena fe en el resto del personal.

* Todo lo quieren tener bien controlado, desconfiando de quienes van por libre.

* Porque rehuyen el compromiso con sus votantes, no dando cuentas de su gestión personalmente, uno a uno, en sus demarcaciones electorales, escudándose en que lo suyo es una labor de equipo (o sea, del partido donde se cobijan y, a veces, esconden).

* Porque no saben escuchar, ni a los rivales laborales ni al personal de a pie que no vivimos de la política.

* Porque me molesta a quien sólo quiere vivir de los aplausos. Por eso se rodean de pelotas y de seres habitualmente inferiores y mediocres.

* Muchos no se ganan el sueldo, o cobran demasiado por no hacer nada más que ser palmeros del jefe.

* Su imaginación suele ser la habitual de un mosquito. Antes de que empiecen a hablar ya se sabe lo que van a decir. Pura monotonía monotemática.

* Cuando las cosas marchan más o menos bien, ellos son los responsables. Cuando vienen las vacas flacas o la cagan, no saben, no contestan. O los culpables son los otros.

* En vez de partir siempre de los puntos e ideas en común –que algunas habrá, digo yo- lo hacen desde el desencuentro y la rivalidad más estúpida.


En fin, camaradas, qué decir de unos tipos y tipas que se creen que son los que mueven el mundo, el país, el cortijo o el villorrrio. Así que el mismo desprecio que ellos nos tienen habitualmente a los don nadie (excepto a los que se arrodillan bajo sus pies practicando los bellos deportes del peloteo, el sobeo, el baboseo y el mamoneo), es justo y solidario que algunos les demostremos a ellos que la cosa es recíproca. Y aunque no somos muchos, a ver si se dan cuenta de su lindo proceder–tan listos como son- y lo cambian algún siglo de éstos. Aunque me da a mí que (a la luz de la historia reciente y pasada), aquí de lo que se trata es de seguir en lo de siempre: ellos arriba y nosotros debajo. Aquí todo cambia menos su particular manera de entender la política y la convivencia. Menos mal que, aunque habitualmente dormido, el gentío suele ser mucho más sabio y templado que quienes dicen representarlo con los fraudes electorales habituales. Si no fuese así, esto sería un continuo vivir sin vivir. He dicho.


ÚLTIMA HORA:


Un ejemplillo de lo que digo en el post. Hoy domingo, en el diario SUR, hay una entrevista a Chaves, presidente actual de la Junta y candidato del PSOE a las elecciones autonómicas andaluzas del próximo mes de marzo. El amigo dice: "En las elecciones se pondrá en juego si Andalucía avanza o retrocede". Es decir, que si gana él, todo será maravilloso y si gana alguien de la oposición, retrocederemos a la época de las cavernas. Supongo que llegado ese hipotético caso (no hay peligro: lo tiene todo atado y bien atado) llamará gilipollas a todos los que auparon con su voto a otra alternativa política.


== VIDEOTECA ==

¡QUÉ LÁSTIMA! (León Felipe, Rafael Alberti y Chambao).

martes, 16 de octubre de 2007

LA SARGENTO, EL INÚTIL, LAS PIRATAS Y EL TRÍO LA, LA, LA.


Hay días en que uno se harta de reír y reír hasta el descojone. Es el único desafuero que nos va quedando a los que ya no somos capaces ni de cabrearnos con los desmanes y majaderías de los unos y los otros. Ya que el humor anda de capa caída por falta de ingenio, al menos que los grillaos nos ríamos a gusto con las tontadas y burradas de los que parten el bacalao en este putiferio de país. Así que hoy vamos a dar las gracias a algunos “enseres” por los momentos tan felices que me han hecho pasar en los últimos días.


Gracias, señora sargento. Quiero decir, señora Fernández de la Vega, vicepresenta del gobierno del Reino de España en los papeles y presidenta de hecho en la realidad, dado que su presunto jefe sólo se dedica a sonreír y a hacer de poli bueno. Ya sabemos quien pone tiesos a los ministros, y a la presidenta del Constitucional, y al presidente del Congreso y a quien se mueva en este país. Doña María Teresa. Con un par. Ya lo presentía y adivinaba con estas dotes de mago y psicólogo que el destino me ha dado, je, je. Ya intuía que la doña era de armas tomar, por mucho modelito deslumbrante y hortera que luzca cada día, para para que nadie se fije en esa mueca de sonrisa que hiela hasta al hielo. El 12 de octubre, en pleno desfile militar, demostró según los vídeos que es la que más galones tiene de España y que no duda en exhibirlos en público ante quien sea. Y es que De la Vega manda mucho y, encima, se lo cree. Cada vez se parece más a Aznar, pero en femenino y sin bigote. Siempre con los mismos latiguillos y el mismo desdén. Aunque la sargento se vista de seda, en vez de caqui, sargento se queda. Que conste que el Puñetas ya lo sabía.


Gracias, don Ibarreche, lendakari virtual del querido País Vasco. Gracias, señor inútil, por los buenos ratos que me hace pasar con esa prosa de cura del XIX, toda llena de bonitas pero huecas palabrejas, para esconder una sola verdad absoluta: que es usted un incapaz y un incompetente. Probablemente, uno de los gobernantes más inútiles que hay actualmente sobre el globo terráqueo. Porque, teniendo como tiene en su cortijillo, un problemón como es que la ETA y sus cuatro secuaces no dejan vivir en paz a nadie, hasta ahora ha sido incapaz de solucionar un poquito el gran problema político-terrorista, y nada de nada de actuar sobre el orden público. Un señor absolutamente inútil, ya digo, que no sabe prevenir o cortar las algaradas callejeras, la quema de autobuses urbanos y de las sucursales bancarias, el destrozo del mobiliario… Sólo se le pide que haga algo para frenar a los violentos, como se hace en cualquier lugar del mundo. Que haga algo para que exista una moderada tranquilidad en las calles y en las noches. Por su culpa, su policía anda en el furgón de cola de la eficacia profesional. Pobre hombre, qué pena me da, tan poquita cosa y tan estirao, tan incompetente y tan presumido. Ya digo, un perfecto inútil.


Gracias, señoras piratas, señora Telefónica, miss Vodafone y madame Orange; que hay que ser hipócritas y miserables para llamarse “empresas de telecomunicaciones” cuando todos sabemos que en realidad son “empresas del trinque tolerado”. El más repugnante choriceo al consumidor, sea mediante el teléfono fijo, el móvil, la interné u otras madres que les parió. Poniéndose de acuerdo y pactando las subidas de precios, para mantener un monopolio choricero a tres. La única competencia que establecen entre ellas es ver cual roba y ningunea más a sus sufridos clientes, dándoles gato por liebre, cobrándoles a precio de oro lo que no vale cuatro céntimos, inundándolos de anuncios que celebran lo buenas y maravillosas que son. Sí,sí…, una maravillosas buitres y chorizas, a las que el Gobierno –por una vez- quiere sacarles una buena morterá de millones por abuso de poder y del mercado. Mejor haría en que ese dinero fuese devuelto a sus auténticos dueños. A sus rehenes, a usted, yo y aquél.


Gracias, trío la, la, la, trío de la desmemoria y la desvergüenza. Que Cataluña produzca ultimamente especímenes políticos como Montilla, Carod o Saura, demuestra que la antigua locomotora de España está entrando en vía muerta. Hay que ser necios y disparatados para pedir la restauración moral y política del President Companys. Porque una cosa es que el franquismo asesino lo fusilara en un acto absolutamente vil y execrable y otra muy diferente que echen incienso sobre la vida política de un caballero cuya trayectoria fue una completa sinrazón. Decir, como ha dicho Montilla, que Companys "defendió a Cataluña y a sus instituciones con fidelidad a los principios de la democracia y la libertad" es insultar a la democracia, a la libertad y al sentido común. El que dio un golpe de Estado contra la República constitucional allá por 1934, ¿cómo puede ser un demócrata y un defensor de la libertad? ¿Y todos los que murieron fusilados durante su presidencia “muy honorable”? ¿Pero en qué fuentes históricas que no sean las de las letrinas beben estos simpáticos chicos del tripartito gobernante en Cataluña? El acto más valiente y sensato que hizo Companys en toda su vida política fue salir huyendo de su adorado país cuando las tropas de Franco pusieron sus sucias botas allí. Como tantos políticos cobardes y miedicas, salió con el rabo entre las piernas mientras el pueblo quedaba a merced de los nuevos inquisidores. Su mala suerte fue que el III Reich (otros que tal) lo devolvieron a España. Sí, murió asesinado por Franco y eso es absolutamente condenable, pero de ahí a subirlo a los altares de la política como si fuera un santito… ¡Cómo desafina el carpetovetónico trío La, la, la…!


Gracias, por todo, ñores y ñoras.Por los buenos momentos que nos hacen pasar a algunos y por las bellas enseñanzas que nos muestran. Nunca les agradeceremos, señora sargento, señor inútil, señoras chorizas o señoritos desmemoriados, el gran favor que nos hacen. Es de buena educación ser agradecidos.


== VIDEOTECA ==

SERRAT: ALGO PERSONAL (UN BUEN RETRATO DE LOS POLÍTICOS)

viernes, 12 de octubre de 2007

METIÉNDOLE MANO A LA CARTERA


Francamente, no sé como los que hace más de 40 años fuimos niños hemos sido capaces de sobrevivir y llegar a los cincuenta, como el muá. Con goteras en el cuerpo y en el alma, pero vivitos y coleando. De niños dormíamos en camas con pintura de plomo, montábamos en bicicleta sin casco, tomábamos agua de una fuente o manguera, jugábamos en la calle y en los descampados, comíamos en casa y no en el colegio. A pesar de que no teníamos móviles, ni videojuegos, ni telecacas, ni internet, casi nunca nos aburríamos ni teníamos depresiones. Pese a comer potajes, tortas de aceite y otras maravillas culinarias, el sobrepeso no era lo habitual. No veíamos a tías y tíos en pelota a todas horas, por lo que nuestra curiosidad siempre estaba despierta. Jugábamos con lo primero que caía en nuestras manos y si no había nada, nos lo inventábamos. Casi nadie iba al psicólogo, ni al logopeda ni al protésico dental. Etcétera. ¿Cómo hicimos para sobrevivir?


Hoy día, parece que el mundo lo forman ciudadanos subnomales, auténticos deficientes físicos y mentales. Campañas de protección para evitar accidentes en la calle, en casa y en el WC. Consejos para comer, dormir y follar mejor. Si bajan las temperaturas, nos barullan con tropecientos mil consejos para no agarrar resfriados, gripes y pulmonías. Si aumenta la calor, cuidadín con las insolaciones y a beber mucho líquido. En fin, es que no hay día en que no nos metan el miedo en el cuerpo o nos aconsejen sobre lo divino y lo humano, como si fuéramos tontos del culo y del haba. ¿O será que ya lo somos?


De Italia nos llega la noticia de que la Cámara de los Diputados ha aprobado un proyecto de ley para regular el peso de las mochilas escolares. Para ello se nombrará a un comité científico y de expertos que deberá determinar los límites máximos con relación a las dimensiones y peso de cada mochila. ¿Son tan imbéciles los padres y madres de la bella Italia como para permitir que sus hijos se partan el espinazo llevando mochilas mastodónticas? Para el gobierno italiano, sí. ¿Son idiotas perdidos los profesores, que obligan a sus alumnos a llevar un equipaje en la espalda tal como si se fueran de viaje al Aconcagua? Para el gobierno italiano, sí. Para tema tan complicado se precisa acudir a la sapiencia mágica de un puñado de expertos (incluido, seguramente, algún premio Nobel de la Nada) para que dictaminen lo que científicamente corresponda. Antiguamente, con un poco de sentido común y otro poco de inventiva, el asunto cada cual lo habría resuelto a su medida. Hoy día, en que hemos complicado nuestra existencia hasta niveles absurdos e inverosímiles, debe ser un Parlamento quien dictamine y resuelva sobre el caso. ¡Manda güevos!


¿A quién multarán si la mochila excede el peso reglamentado: a los padres, a los niños, a los profes, a las editoriales, a los quiosqueros? ¿Pondrán detectores de sobrepeso mochileril en las puertas de los colegios? ¿Prohibirán las mochilas? ¿O quizás los libros? Y la pregunta del millón de dólares: ¿No será que, incapaces nuestros gobiernos de solucionar los graves problemas de la droga, la delincuencia, la pésima educación, las telemierdas, el paro, la emigración ilegal, la carestía de la vivienda, etc, sólo se sienten capacitados para meter su torpe nariz en bagatelas vulgares o en nuestra entrepierna, legislando sobre lo que antes cada hijo de vecino resolvía aplicando el puro sentido común?


Eso sí, al Parlamento italiano no se le ha ocurrido algo tan elemental como hacer revisiones gratuitas de las espaldas de todos los escolares para así informar, prevenir y curar. Lo que demuestra que las espaldas ajenas les importan un carajo. Las suyas –eso sí- las tienen cubiertas.


== VIDEOTECA ==

DOS SUBNORMALES (QUE SE LAS DAN DE LISTOS) HABLANDO DE COMO CARGAR LA MOCHILA

FRANCO BATTIATO - POBRE PATRIA MÍA

Letra de la canción:

Mi pobre patria, aplastada por abusos del poder
de gente infame que no conoce el pudor,
se creen los dueños todopoderosos
y piensan que les pertenece todo.
Los gobernantes, cuántos perfectos e inútiles bufones
en esta tierra que el dolor ha devastado.
¿Acaso no sentís nada de pena
ante esos cuerpos tendidos sin vida?
No cambiará, no cambiará
no cambiará, quizá cambiará.
Y cómo excusarlos, las hienas en estadios y aquéllas
de la prensa chapoteando en el fango como cerdos.
Yo me avergüenzo un poco y me hace daño
ver a los hombres como animales.
No cambiará, no cambiará
no cambiará, quizá cambiará
Esperamos que el mundo vuelva a cotas más normales,
que pueda contemplar con calma el cielo
que nunca más se hable de dictaduras,
porque quizá tendremos que ir tirando
mientras la primavera tarda aún en llegar.

martes, 9 de octubre de 2007

PEQUEÑA REFLEXIÓN SOBRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN


Leía el otro día en una mis bitácoras favoritas, Lo que hay que oír, la siguiente reflexión de su autor, al hilo del follón que algunos vienen montando en torno a la quema de fotos y tal del rey Juan Carlos: “Tengo que reconocer que soy republicano por una cuestión de principios. De unos principios tan elementales como que en un estado democrático de derecho no me cabe en la cabeza que a la jefatura del estado se acceda por derechos de sangre. Ni que un cargo pueda ser vitalicio. Ni tantas otras cosas.”


Argumentaba el Puñetas, al respecto: “En efecto, si usáramos principios racionales, nadie sería monárquico, nadie sería creyente, nadie se gastaría una pasta gansa domingo tras domingo en el fútbol y, posiblemente, nadie perdería la chaveta por una señora o un señor. Pero de animales racionales tenemos más bien lo primero y prácticamente nada de lo segundo”.


Y seguía enrollándome con la siguiente reflexión: “En mis años mozos, cuando el franquismo agonizaba, escuchaba la frase famosa de eres más tonto que un obrero de derechas". Recordaba cómo –en aquellos convulsos tiempos- el imberbe del Puñetas miraba a los países democráticos europeos, donde en muchos de ellos gobernaba la derecha política y se preguntaba ingenuamente si es que en esos países los obreros eran idiotas perdidos. Años más tarde, viendo gobernar al PSOE, con sus tomaduras de pelo y sus corrupciones, comprendí que los obreros y clase trabajadora son más inteligentes de lo que sus teóricos defensores políticos consideran.


Por todo ello el menda jamás se ha creído ni cree los estereotipos al uso, sean históricos o actuales. (Causa vergüenza ajena ese vídeo que las Juventudes Psocialistas han sacado mofándose de los que están en contra de la asignatura Educación para la Ciudadanía, tan chabacano y alejado de la realidad. ¡Estos jóvenes son más viejos que Carracuca!). Los argumentos racionales y teóricos quedan siempre muy monos, pero si no vienen acompañados de la correspondiente racionalidad práctica en el día a día, se quedan simplemente en fantasmadas cantamañaneras. Más que por sus teorías y palabritas, al personal hay que juzgarlo por lo que hace y por cómo se comporta, es decir, por el principio de la realidad más cruda y no por el de la racionalidad teórica que, frecuentemente, suele quedar muy bien en las tertulias, charlitas de café y pantallitas telecaquiles.


¡Claro que es preferible una república a una monarquía!, pero el Puñetas siempre preferirá la monarquía sueca o noruega a una república al estilo venezolano. Y viceversa, una república francesa a una monarquía saudita. O la monarquía de Juan Carlos a la república paleta y retrógrada de Carod y su ERC. Y es que los argumentos de sofá y biblioteca están muy bien, pero luego hay que bajar a la calle, donde suele hacer frío, calor o cae una manta de agua que no veas. Entonces a lo mejor –o peor- tenemos que optar por cosas que en el refugio exclusivo de las ideas de papel valorábamos muy poco o que habíamos despreciado o minusvalorado. Por eso el muá no dirá nunca “de este agua no beberé” o “estos son siempre los buenos de la película y aquellos los malos” o “yo siempre voto a los mismos, los míos…”.


Hay algunos a los que -como a los burros-, les han puesto unas orejeras y los tíos van por la vida creyéndose la mar de clarividentes, de listos y encima… libres como el viento. Sí, sí…. Los mismos que, cuando llega el momento de desdecirse de sus “principios” o de hacer lo contrario de lo que tan enfáticamente proclamaban antes, tienen el morro y la desfachatez de decir que ellos no han cambiado, si no las circunstancias o los demás. Valientes cantamañanas…

..............................MÁS.....................................

Citas sobre la política. Variedad y entretenimiento.


==> VIDEOTECA ==



¿CUERVO INGENUO, SÍ O NO?

viernes, 5 de octubre de 2007

HIENAS Y BUITRES DE ASFALTO


No me caen simpáticos los carroñeros pajarracos llamados buitres ni las histriónicas hienas, así que aún menos aquellos humanoides que, no teniendo necesidad alguna de sobrevivir obteniendo alimento en las desgracias ajenas, se dedican precisamente a semejante entretenimiento. Por puro placer.


No hablo esta vez de aquellos representantes de los medios de incomunicación y deformación que se cuelan en las tragedias, sucesos y dramas habituales para poner indecentemente el micro o la cámara en el rostro compungido, lloroso o sobrecogido de los que han perdido un ser querido en un grave accidente, acto violento o acción criminal. Hace unas semanas, con la maestría que le caracteriza, Pérez Reverte ponía a parir a todos estos periodistos y mamones que se dedican a hurgar impunenmente en las desgracias ajenas. Su artículo, que enlazo, no tiene desperdicio.


Escribo aquí sobre otro tipo de buitres e hienas, que no cobran por hacer de carroñeros, pero que pierden su tiempo y el de los demás deleitándose en la acera de nuestras ciudades con la visión que le produce un peatón atropellado, un pobre hombre caído en redondo al suelo por infarto, el amasijo de hierros y heridos en el cruce de varias bocacalles. ¿Qué lleva a un ser común, anodino y vulgar como somos todos los habitantes anónimos de una gran o mediana ciudad, a estar minutos y minutos observando con detenimiento los lamentables resultados de una desgracia ajena? ¿Qué tiene de interesante, de instructivo, de entretenido el situarse de espectador a unos pocos metros donde yace un pobre desgraciado atropellado por un imbécil motorizado, o una chica despanzurrada por el cabestro de su “hombre”, o un par de cuerpos destrozados tras un brutal accidente?


Hay cientos de personas-buitre que son capaces de entretenerse en estos menesteres, mientras la policía acordona la zona, dirige el tráfico y pone cierto orden entre los espectadores que, desvergonzados, se arremolinan ante tan “sabroso” festín. Cuando llegan las asistencias médicas, o los bomberos, y no digamos el juez a levantar acta, sólo falta que alguna de estas hienas de dos patas inicie un aplauso para que el resto del personal haga lo mismo y aquello se convierta en un “abajo el telón”. Fin de la función. Aplausos y vuelta al ruedo.


Cuando a veces al Puñetas le ha rozado de cerca uno de estos incidentes, al tiempo que aligeraba el paso para alejarse cuanto antes de tanto curioso, de tanto mirón y de tanto sado-masoquista (¿a quién, en su sano juicio, le puede gustar ese tipo de escenas?), le daban ganas de acercarse al enorme corrillo y, con voz poderosa y enérgica, gritar:


-¡Imbéciles, iros al cine! ¿Qué coño hacéis aquí impidiendo que la policía y los médicos hagan su trabajo?


Naturalmente, me la envaino y cojo las de Villadiego, alejándome todo lo que puedo de aquel festín visual y auditivo en el que decenas de pájaros de mal agüero escudriñan el panorama que gratuitamente les ha deparado la fortuna para no sé si regodearse con las desgracias ajenas o para, quizás, demostrarse que en esos momentos ellos están bien “vivos”. Qué pena, en cambio, que espectáculos mucho más inocentes y gratificantes como la sonrisa de un niño, la caricia de un abuelo a su ya ajada mujer o, simplemente, la tierna mirada de una mujer embarazada, pasen sin pena ni gloria (simplemente, no existen) para estos mismos tipos (y tipas) que, como las hienas y los buitres ante un gran festín, segregan viscosa saliva ante una desgracia fortuita que aconteció delante de sus ojos. Pobres cegatos que no saben donde está realmente la luz…


== VIDEOTECA ==

POR FORTUNA, HAY OTRAS MIRADAS...

martes, 2 de octubre de 2007

AQUÍ YA NO LEE NI EL GATO

Es cosa archisabida y demostrada empíricamente que en España es más fácil encontrarse un perro verde que un habitante de dos patas que lea un par de horillas diarias. En estos tiempos abstrusos que nos ha tocado vivir no somos tan diferentes de nuestros antepasados: el analfabetismo viene de antiguo y ya casi se ha instalado en los genes.


Digamos, antes de que empiecen a lloverme tomates y hasta algún ladrillazo de protesta, que hoy día no podemos considerar analfabeto sólo al que no sabe leer ni escribir. El listón ya no está ahí. Los catetos y catetas actuales son quienes no saben entender un mensaje audiovisual, ni la propaganda directa o subliminal que nos acecha desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, ni conocen a quienes disponen de sus vidas y haciendas a través de la política, la economía, los mass media y otros organismos de control social. Son catetos y catetas los que sólo miran en una sola dirección (cuando nuestro mundo destaca por la multiplicidad de los puntos de vista acumulados en siglos de evolución), los que esgrimen un pensamiento único, los que piensan y hacen exactamente como les indican desde instancias ajenas a sus propias vidas y vivencias. En fin, para no enrollarme: con los numerosos medios de comunicación actuales, la posibilidad de acceso a ellos, la baratura de los mismos y su casi infinita diversidad, el ciudadano de un país medianamente desarrollado debería ser más listo, inteligente, sabio, culto y redicho que cualquier personaje medianamente insigne del siglo XIX y anteriores. Pues, de eso, nada, monada. Algunos parece que acaban de nacer en el Paleolítico.


Hay dos recetas buenas, bonitas y baratas, paisa, que elevarían el listón de tanto asnalfabeto suelto: leer y viajar. En lo primero, aquí ya no lee ni el gato y en lo segundo, cada vez viajamos más, pero parece que es sólo para tomar el sol o para ver las televisiones extranjeras. Lo segundo suele resultar caro, pero ¿leer? Basta acercarse a un kiosko estos días para, por cuatro duros, acopiarse de una auténtica biblioteca donde estarían los clásicos griegos y romanos, la literatura, la novela histórica, las mejores biografías, la cocina, los libros de autoayuda y hasta las obras completas de los cuentos de Calleja. Y si compramos prensa, podremos coleccionar por pocos euros obras de calidad sobre los mejores museos, la historia de España, aprender inglés, conocer todas las regiones de nuestro país, las mejores canciones de Pavarotti y hasta tener en casa una vajilla completa de Talavera. Jamás se le puso tan fácil al españolito de a pie el acceso a la cultura, la educación y el saber. Nos falla, eso sí, el sistema educativo, pero para mejorarlo bastaría quemar en la hoguera a todos los ministros y ministras de educación que hemos tenido en los últimos 20 años. El próximo, seguro que viendo el percal, lo haría mejor.


¿Y qué hace el personal con todo lo que se le ofrece en los quioscos? (Las librerías ya sabemos que están en vías de extinción). Pues, francamente, no se sabe. Hoy mismo leo que “el 40 % de los jóvenes de la provincia de Málaga entre los 18 y los 30 años no leyeron ni un solo libro en el año pasado”. El 14 % sólo afirman haber leído uno. Sabiendo que en las encuestas mentimos como cosacos, elevemos la cifra de no lectores a un 70 % y lo mismo nos quedamos hasta cortos. Y no es que los malagueños en particular, por aquello del buen tiempo y la playa, pasen del tema. “Los que viven en la costa leen más que los del interior” –afirman también los enteraos de la encuesta. Los resultados a nivel nacional no difieren demasiado. Ya en 2004, en una encuesta realizada a españoles de más de 14 años, se obtenían cifras parecidas en la no-lectura. Y cuando ésta se producía, el 92 % la realizaba para, simplemente, “entretenerse”.


Por no leer no le echamos el ojo ni a los propectos de las medicinas que tomamos, cuando por la cuenta que nos trae, deberíamos empollárnoslos hasta aprenderlos de memoria. Más no hay que preocuparse, porque todo tiene una explicación: “Los padres creen que se han cambiado las páginas de los libros por la lectura en el ordenador”. Como escribía el Mairena de Machado: para suspender a un niño me basta ver a su padre. O como lo hacía en otra ocasión: “El cateto perfecto es el que nunca se asombra de nada; ni aún de su propia estupidez”. ¡Qué país y qué paisanaje!


== VIDEOTECA ==


CORTO PERO SABROSO...


FAHRENHEIT 451