martes, 29 de mayo de 2007

LA POLVAREDA DEL ROCÍO


Acaba de terminar el Rocío. La romería más famosa del tipical spanish. Con la religión y el fervor mariano como bandera, santo y seña. Como no podía ser de otra forma, celebrado con todo lujo de alharacas y seguimiento mediático por las telecacas de medio país. Allá van algunos famosos para copar cuota de pantalla. También numerosos señoritos andaluces, vestidos para la ocasión con su traje campero de diseño y su caballo de terciopelo. Pero, sobre todo, gente del pueblo. Mucha gente del pueblo, que no se sabe como se lo monta, pero todos los años dispone de más de una semana de vacaciones por estas fechas para ir a visitar a la Blanca paloma.


Cada uno se puede divertir como dios le dé a entender. Afirmar, sin embargo, que la romería es un dechado de virtudes, un fenómeno sin igual, un vivero de fe y religiosidad y algo que “no se pué explicá”, ya es algo más discutible. Las imágenes tercermundistas que refleja el salto de la verja por los almonteños y los bandazos que le arrean a la Virgen (es un milagro que no la destrocen) muestran a cualquiera que vea el “espectáculo” con objetividad que algunos están todavía en el catolicismo ultramontano. El paso por el entorno natural del Parque de Doñana, arreando con todo lo que se pilla por el camino y dejando algunos senderos como un auténtico estercolero, debería preocupar más a la Junta de Andalucía, cuyo desprecio a la religión individual de cada cual es notorio, pero que siempre se apunta a estas pseudomanifestaciones religiosas populacheras para sacar provecho político. Como en la Semana Santa. Con la diferencia de que en ésta el sector turístico y de servicios hace su agosto en abril, mientras que en lo del Rocío el negocio lo realizan cuatro espabilaos. Incluida Canal Sur, la telele pública andaluza, que saca a la Virgen en “prime time” entre anuncio de bragas y anuncio de cocacola.


Los privilegios que tienen los rocieros, desde su misma salida de allende las Andalucías, convierte a esta “secta lúdico-religiosa” (son palabras de Salvador Moreno-Diario Sur-27/05/07)) en un grupo de presión y de poder a través de sus numerosas Hermandades, en idéntica semejanza al que ejercen las Cofradías de Semana Santa en muchas ciudades andaluzas, que a menudo hasta condicionan el urbanismo viario. Algunos descreídos estamos encantados de que los rocieros disfruten como enanos y enanas, al tiempo que van aportando ladrillos al chalé que se estarán construyendo en el cielo divino de cara a la otra vida, pero un poquito de más discreción, racionalidad y control ambiental por parte de todos no estaría mal. Demasiada polvareda.

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