miércoles, 29 de junio de 2005

TARANTIN TARANTINO, PSICOPATIN PSICOPATINO

Detesto profundamente la violencia. Me repugna. Que todavía perdure en el mundo, con lo que ha llovido de siglos, es la muestra más evidente de que el humanoide es una especie defectuosa de la naturaleza, puesta en circulación antes de completar su fabricación (le faltan bastantes tornillos) y que por su mala cabeza y malasangre tiene menos porvenir que un cojo en una carrera de maratón.

Pero la violencia más detestable es la gratuita, la absurda, la que sólo lleva al dolor y… al dinero. Dejemos de lado la violencia real de esos descerebrados que se ponen un cinturón de explosivos para desintegrarse en la agradable compañía de gente inocente. Los muy cretinos no saben que convertidos en polvillo microscópico no habrá paraíso que les acoja ni huríes que les soben. O la de esos gudaris que se sienten orgullosos de pertenecer a una organización armada que siempre actúa con la cobardía como bandera. No, hablemos de gente más amable, más famosa, más valorada y más pacífica. Hablemos de esos psicópatas de pacotilla que viven del cuento, o sea del cine, y que disfrutan mostrando en sus cagarrutas fílmicas toneladas de sangre, crímenes y terror educativo, finezas carniceras para que los psicópatas de verdad hagan un cursillo acelerado del crimen con sólo pagar unos cuantos dólares o euros en una sala a oscuras. Hablemos de uno de estos ejemplares esplendorosos, del rey, del inigualable Tarantin, Tarantino, ese de aquel bodrio violento y mamarrachero titulado Pulp Fiction que después atacó con dos sangrientas películas cuyo título no me da la gana recordar pero sí recuerdo que no eran muy recomendables para gente con problemas estomacales.

El menda lerenda se despachaba en unas recientes declaraciones periodísticas con esta gracieta: “La violencia puede ser bella”. El hombre estaba inspirado, aunque no borracho, cuando hablaba con el periodista: “Preguntarme por la violencia en mis películas es como pedirle a Vicente Minelli que justifique sus números musicales. Se trata simplemente de un elemento que, como director, puedes usar o no. Uno de los más divertidos. Me encanta”. Compararse con Minelli es como comparar al pato Lucas con Sofía Loren: una solemne estupidez. Claro que lo bueno viene ahora. Y es que resulta divertidísimo hacer películas churriguerescas made in tarantino: “La primera parte de mi última película trataba por completo de vísceras, ojos arrancados, matanzas… Hay mucha acción. El petardazo llega en la segunda parte. En la primera sobre todo hay diversión. Si vas a verla lo pasarás genial”, continúa diciendo el mastuerzo. Yo es que veo un ojo que explota a consecuencia de una espada japonesa que lo penetra y me entra una risa que me descojono en la butaca. Pero, ¿de dónde han sacado a este psicópata tan peliculero?

No estaría mal que bajara a la cruda realidad, esa donde la violencia no es bella sino asquerosa, inmoral y delictiva, para que recibiéndola un poquito en primera persona, le removiera las neuronas y se pusiera por fin a hacer cine del bueno, porque de tonto el Tarantin Tarantino no tiene un pelín ni un pelino.

lunes, 27 de junio de 2005

LA COMISIÓN DEL 11-M ESTUVO EL 11-M DE VACACIONES

En estos días acaba de dar carpetazo a su mongólico trabajo la Comisión esa del Congreso encargada de no enterarse de nada de lo que pasó el triste 11M en España. Es decir, aquel atentado que se llevó por delante la vida de 200 personas pero del que a fecha de hoy sólo se sabe que no se sabe nada. Lo que sí se conoce, según las conclusiones de la citada Comisión, es que los machupichus que gobernaban entonces (el Aznar y sus chicos de la gasolina) metieron la gamba hasta los tuétanos. Naturalmente, los del PP dicen que ellos se portaron como unos hombres y que los que hicieron cochinadas fueron los que ahora tienen la sartén por el mango, esos psocialistas que que no saben ni lo que vale un peine. Como la mencionada Comisión era exclusivamente política (o sea, formada por políticos profesionales del desencanto, expertos en ver las pajas en ojos ajenos pero nunca las vigas en los propios, y tan libres que casi siempre tienen que pensar y votar según lo que les dice el jefe que les coloca en las listas electorales), pues eso, que mejor hubieran dedicado todo este tiempo a beber cerveza, hacer el amor o dormir a pierna suelta. Cualquier ser avispado (yo mismo) ya sabíamos cuando se constituyó la mongólica Comisión qué cosas iba a decir, contra quien y –lo más importante- qué se iba a callar: todo lo que realmente interesa a la población, desde quién asesinó a por qué lo hizo, cómo y si la historia se puede volver a repetir cualquier otro malhado día.

En vista de la situación y con ganas de marcha, el Puñetas se ha ido a su hemeroteca particular a buscar qué escribió aquellos días posteriores a la tragedia. Ha pasado ya de aquello algo más de un año y yo mismo me sorprendo de algunas cosas que ya entonces escribí. Francamente, no me beso porque no llego, pero tristemente compruebo que mi periscopio de entonces no iba muy descaminado en el oteo del horizonte. Así que, para demostrar a la inútil Comisión del 11M –y también al perdonavidas Aznar- que muchos ciudadanos no somos gilipollas y no tragamos carros y carretas porque no estamos subidos a ninguno de los despeñaderos politiqueriles que abundan por estas tierras, aquí van copiadas las dos opiniones interneteras que parí en momentos posteriores al atentado, justo después de celebradas las elecciones del 15-M, cuando todo estaba aún muy calentito.

Gente sin prejuicios, con la mente abierta y el bolsillo sin un duro: aquí hay larga tela que cortar. Con que uno sólo crea que lo que escribí por aquellas fechas es más real que muchas de las conclusiones y contra-conclusiones que ha esgrimido la inútil Comisión, ya me doy por contento. Demostrará que no estoy solo, lo cual en estos tiempos no es poco. Con la cerveza en una mano y la paciencia en la otra (vale la lectura a plazos) aquí va lo que escribía tras el 11M el Juan Puñetas de las narices.

16/03/2004
CUENTO BANANERO CON MASACRE AL FONDO (Acto 1º)

No sólo en un segundo cambia la vida de una persona si no que los habitantes de esta república bananera llamada España o “yo que sé” (porque cada uno la llama de una manera diferente), han mostrado al mundo que también la vida de un colectivo de 40 millones de personas puede pasar en cuestión de horas del blanco al negro o viceversa. Tras el 11-M tenemos 200 pobres ciudadanos menos en el censo. Entre ellos no hay políticos, ni famosetes ni futbolistas ni intelectuales del cinema. Se nota que las fuerzas vivas de esta república no viajan en tren ni se levantan tan temprano. Hasta aquí algo normal pues ETA nos tenía acostumbrados a tener bajas ciudadanas, aunque no tan numerosas de golpe. El goteo de los muertos de tráfico (más de cinco mil al año) también atempera bastante el aspecto cuantitativo de la masacre de Madrid. Incluso los militares muertos en Irak o volando en aviones mercenarios como el Yack 42 nos han acostumbrado al drama siniestro de la desventurada, imprevisible e injusta guadaña.

Pero a lo que no estábamos acostumbrados era a decidir en unas elecciones con el peso del terror planeando encima de nuestras cabezas. Los pueblos civilizados (y sus gobiernos y oposiciones) habrían corrido un estúpido velo, habrían dejado a la policía investigar la autoría de la masacre con tranquilidad y tiento, los políticos se habrían escondido en sus madrigueras o sacado a la luz el bálsamo del patriotismo. Máxima preocupación por las víctimas y stop total a las preocupaciones políticas y electorales. Nadie se habría dejado llevar por los cantos de sirena de los mensajeros del odio ideológico, por los bastardos intereses de ciertos clanes profesionales del ámbito de la cultura y la comunicación o –simplemente- por un hecho cuyas repercusiones más inmediatas deben ser las sanitarias y psicológicas, dejando las políticas para mucho más tarde. Tiempo de espera, paciencia y reflexión. Pero, ¿quién demonios tiene paciencia, reflexiona y medita en esta república de bananos llamada Spain?

Todos perdieron el culo por saber qué canallas eran los que estaban detrás de la masacre. “¡Queremos saber la verdad!” Sí, mamones míos… Unos para incrementar sus réditos electorales, ya de por sí engordados por un abuso torticero y partidista de los éxitos tenidos contra la banda terrorista de la boina. Los otros para aprovechar la desgracia y sacar tajada carroñera. En las desgracias es facilísimo. Pero parece ser que esta vez no pasaba como en lo del Prestige. Vamos, que todo se organizó rápidamente, que la gente estuvo pronto en sus puestos de socorro y que –dentro de la improvisión ante el horror- las cosas se estaban haciendo medianamente bien. Por ahí nada que rascar. Así que habría que acudir a la historia de siempre: a la política informativa (o sea, desinformativa) y a la manipulación que el gobierno de turno hace siempre con ese arma de destrucción masiva que se llama TVE. Y, naturalmente, aquí había un filón con bastante experiencia. Bastó que –como un pardillo- Acebes y la compaña contara lo de una furgoneta y una cinta de Operación Triunfo en versión arábiga para que el garbanzo empezara a torrarse. Y como había mucha gente con ánimo de zurrarle la badana a un tal Aznar por miles de razones que no vienen al caso, los ánimos ya estaban calentados y no hizo falta mucha mecha. Si en vez de ser las elecciones tres días después de la masacre, llegan a ser una semana más tarde, aquí se lía una guerra civil. Un espectáculo muy edificante y propio de este país cainita donde los que se dicen de izquierdas se consideran los reyes del mambo y los que no se dicen de derechas por pudor y desvergüenza, aún necesitan otros veinticinco años para quitarse el pelo de la dehesa.

Eso sí, todos teníamos que ir a votar el domingo para fortalecer la democracia, como si a ETA, a Alqaeda o al Bin Laden de los cojones les importase mucho nuestra democracia. A los verdaderos demócratas lo que les importaba y avergonzaba era el espectáculo mezquino y miserable que unos y otros (esos tipos que viven de la asquerosa política) estaban montando. Cada uno actuaba con sus armas. El Gobierno usando el poder los despachos. La oposición de izquierdas y los nacionalistas de la boina echando sus huestes a la calle, que por fin ya no es de Fraga si no de estos fulanos. Todo muy democrático, muy edificante y muy esclarecedor de cómo anda el patio por este corral gallináceo.

Así que Juan Puñetas decidió que a unos y a otros los iba a votar su puñetero padre. A unos tiparracos que se estaban cargando la democracia con sus actitudes tan antidemocráticas los iba a votar Rita la Cantaora. De modo que este menda fue uno más de los 7.628.756 ciudadanos que les hicieron un corte de mangas a esta pandilla de borricos. Y es que somos mucha la gente que no se entera bien del cuento. Sin ir más lejos hoy mismo don Pedrito Almodóvar, el peliculero, en una rueda de prensa ante medios de todo el mundo, acaba de dar crédito a un rumor internetero sobre que “el PP estuvo a punto de provocar un golpe de estado el sábado por la noche”. Empiezas a reírle las gracias a los bufones y acaban creyéndote imbécil. Más la gran superproducción tuvo lugar la noche del domingo con el resultado de las elecciones: contra todo pronóstico había ganado Bambi. La historia de España pasaba, de un plumazo, de la crispación a la ternura.


18/03/2004
CUENTO BANANERO CON MASACRE AL FONDO (Acto 2º
)

Cuando el domingo por la noche puse la televisión portuguesa para enterarme de las elecciones en España (yo es que de la información de los medios españoles ya no me fío ni borracho), dispuesto a presenciar la aburrida película de estos últimos años, o sea, victoria de la derecha y arriba españa, veo que aquello está más emocionante que las aventuras de Harry Potter y que también en esta peli electoral hay magia potagia y que de la chistera no sale el conejo bigotudo esperado sino mi estimado amigo don Jose Luis R. Zapatero, al que en casa todos llaman ZP, de lo bien que nos caen sus bellos ojos y amigable sonrisa.

Como soy tonto de capirote pensé que si la masacre se había producido porque el tío esaborío del bigote nos había metido en la guerra de Irak, el segundo término de la ecuación era evidente: los canallas integristas islámicos habían influido en el desenlace de las elecciones modificando el sentido del voto a miles y miles de españolitos. En la primera rueda de prensa de Zapatero ningún periodista español le planteó la cuestión a don Jose Luis, salvo algunos masones del extranjero. ZP contestó que los españoles habían votado cambio. Después hubo risas y “¡otra pregunta, chavales, que hoy es un día para festejar y no de amargamiento!”.

En España hemos asistido a un nuevo milagro del Señor. Spain tiene que seguir cumpliendo su misión histórica ancestral: ser faro y luz del mundo. Lo fuimos con Suárez, que poco menos que casi resuelve el conflicto árabe-israelí. Lo fuimos con González, alma máter de la UE, la cual no sería lo que es sin el arte torero de Felipe. Lo hemos sido con Jose Mari, quien nos ha aupado a la medalla de bronce de los juegos olímpicos de países. Ahí está la foto demostrativa de las Azores: en primera posición los USA, con el panoli del Bush; en el segundo puesto los England con el bizqueras del Blair, y en tercer lugar la España gaviotera, con el mesías Aznar. Pero, ay, la gaviota estaba ya muy vista y demasiadas veces se nos había hecho pis encima, así que para seguir siendo ejemplo del mundo mundial, luz y guía de las tinieblas, era necesario un recambio. Y todos se empeñaron en ello, hasta los salvajes integristas islámicos. Así llega ZP: ecología, diálogo, pacto, solidaridad, paz, amor… Y humildad, mucha humildad. Lo malo es que al nuevo jefe (que nada más abrir la boca ya ha socavado los cimientos de medio mundo con su anuncio de la retirada de los soldaditos bolivianos de Irak) le acompaña una retaguardia de viejos conocidos que me ponen los pelos como escarpias: Rubalcaba, Caldera, Peces Barba y algunos nuevos fichajes (Magdalena Álvarez, Carmen Calvo…) que la gente del Sur ya conocemos tristemente bien.

Total, que en este cuento al final todo el mundo está contento. Los terroristas porque han conseguido su objetivo: cambiar el rumbo político de España para intentar mover la silla a los USA en el país de Sadam. Los socialistas porque por fin vuelven al poder a hacer de las suyas. Llamazares porque ha conseguido el sueño de su vida: salir en una peli de Almodóvar haciendo de bombero torero perseguido por la guardia civil en un golpe de estado de la infame derecha. Don Manuel Chaves, porque ya podrá dirigir el cortijo andalú desde el mando a distancia situado en la mesilla de noche de su pisito de clase media o medianía. Los directores de cine y restos de la tribu cultural e intelectual porque, una vez desaparecido Franco II, podrán por fin dar rienda suelta a su imaginación y crear esas obras maestras del arte que todos esperamos. Los periodistas porque tienen garantizado trabajo a destajo para los próximos cuatro años, incluidos aquellos que se dedican a componer los jeroglíficos destinados a la página de pasatiempos. Hasta los franceses y alemanes se las prometen muy felices pues ven retornar a la díscola y frescachona vecina, la Carmen de España y olé, a la que intentarán volver a meter mano y otras cosas más turgentes. Y todos, toditos contentos. Así da gusto.

Ojalá que no se equivoque mucho ZP porque al final ya sabemos quienes son los que se llevarán las bofetadas: los desgraciaos de siempre que para malvivir tienen que levantarse a las seis de la mañana y coger un tren con destino a veces incierto. En cuanto a Aznar y su cuadrilla (los malos de la peli), que hagan un curso de reciclado y emigren a otro país más agradecido. Los mismos a los que libras de ir a la mili te dan la boleta, te llaman asesino y terrorista y te mandan al carajo. Jose Mari, alegra esa cara, hombre. Este pueblo de amnésicos, como pasó con Suárez o González, un día reconocerá tus indudables méritos de salvador de la humanidad, aunque sea a misilazo limpio. Ahora ya tiene un nuevo juguete al que destrozar y con el que entretenerse: ZP.

Joder qué tropa y qué país tan bananero. (De ésto los 200 fallecidos, los casi dos mil heridos y algo más de siete millones de abstencionistas no tienen culpa de ná. Que conste).

viernes, 24 de junio de 2005

ESTUPIDIARIO



Los periódicos (sean de papel, digitales o de chorizo) vienen cada vez más sucios. No hablo de la suciedad de la tinta, que se te quedan los dedos como los de Kunta Kinte, si no de la suciedad social, política, deportiva y económica que nos invade. Chapapote periodístico, reflejo del que nos comemos todos los días. De modo que los periódicos, más que diarios deberían llamarse estupidiarios, por aquello de la estupidez imperante. Y como aquí somos muy científicos, aquí van unas cuantas pruebas.

Leo en el diario SUR que en Cataluña, con los mismos kilómetros de costa que la provincia de Málaga, tienen 126 barcos quitanata, mientras que por las playas malagueñas sólo hay 11. Eso sin contar con que no hay depuradora en Nerja y que no funcionan las de Torrox y Algarrobo. Así que más de uno este verano se va a tomar la nata en la playa. Y encima el personal no colabora. Así que en vez de banderas azules sería más juicioso hablar de banderas marrones. Y en vez bonitos nombres (Costa del Sol, de la Luz, Tropical, Esmeralda y otras gaitas), ¿qué tal Costa de la hez?

Pero guarros hay en todas partes. La foto que ilustra el comentario de hoy es un ejemplillo. En la noche de San Juan el personal, como borregos, se va a las playas a pasarlo bien, o sea, a enmierdarlas, porque a ellas se va a comer y beber y como es muy pesado echar los desechos en los contenedores y papeleras, pues nada, se dejan al lado de uno, que ya estamos acostumbrados a tanta basura. ¡Si nosotros mismos somos parte de ella! La fotito es de una playa urbana de Barcelona, al amanecer. Oiga y la gente, como si estuviera rodeada de rosas y amapolas.

Por fin el camarada Polanco va a tener una televisión. Quiero decir, una televisión más. Como siempre, son sus socios del PSOE quienes se la regalan para que los de Prisa y Sogecable nos informen con la independencia y exactitud con que vienen haciéndolo desde la noche de los tiempos. Lo que más me ha gustado han sido las declaraciones de un alto mangatario de Prisa, un tal Santillana: “Con esta decisión se genera una mayor atractividad porque hay un mayor número de productos en variedad de formas de prestar servicios y que todo lo que sea generar más concurrencia es bueno". ¿Este tío donde ha estudiao?

Pero la mayor cagada de la semana ha sido cosa de la “justicia”, donde al parecer hay más incompetentes que en la política, o será que existe por ahí mucho juez politiquero, con lo que se duplican los factores de riesgo. Ante la previsible alarma social y ataque a la inteligencia que ha creado la sentencia dictada por varios jueces según la cual el terrorismo callejero vasco es simple delincuencia, ya que no utilizan armas de fuego (o sea, pistolas, metralletas, misiles o cañones…), el Consejo General del Poder Judicial ha salido en su defensa diciendo que se puede criticar una sentencia pero nunca a los jueces que la dictan. Lo califican de falta de respeto al Estado de Derecho. Desde que me enteré de esta idiotez me ha entrado una diarrea que no paro de ir al W.C. En cuestión de minutos he pasado del Estado de Derecho al Estado de Defeco y de seguir así unas horas más ya estaré en el Estado de Desecho.

Pero, quietos paraos, que todo está arreglao. La vanguardista Junta de Andalucía va a hacer que queramos más a nuestros pobres juececitos. Y va a empezar por la escuela, como siempre, que es donde se resuelven los problemas de hoy. Para ello ha elaborado un programa piloto (tiene 800.000 en cartera, para distraer al paisanaje) titulado “Educando en justicia”. Dirigido a los alumnos de la ESO “explicará de forma accesible la historia, las palabras y los símbolos de la Justicia, además de cómo se juzga y se emite una sentencia”. Eso, eso, que empiecen explicando cómo se come lo de que el terrorismo callejero es vulgar delincuencia.

“El pueblo de Lanjarón celebra la noche de San Juan tirando seis millones de litros de agua a la calle”. Se trata de la tradicional carrera del agua, una estupidez más de las múltiples que tienen lugar en los pueblos y ciudades de España, por mucha tradición, solera y populachería que se le endilgue. En época de dura sequía, es un doble insulto. Doce mil personas participaron en semejante mamarrachada, empezando por el Ayuntamiento. “Somos conscientes del problema de la sequía, pero esta es una tradición muy arraigada, llevamos 26 años haciendo la carrera, aunque la costumbre de mojarse viene de antaño". Pues no se hable más, señora concejala de “Cultura y Dislates”.

miércoles, 22 de junio de 2005

LA DEMAGOGIA DE LOS LIBROS GRATIS

En los andurriales galácticos donde vivo, esa Andalucía en la que según los tópicos a todas horas estamos de cachondeo y tomando el sol, el gobierno autonómico ha decidido implantar de manera escalonada en varios años los libros de texto gratis. Las utopías de estos psocialistas tan avanzados socialmente sólo se reducen ya a que el papá y/o la mamá no se gasten los cuartos en comprar libros del cole "pal" nene pues leer es muy peligroso y después el personal nos sale con ideas propias, se acostumbra a comprar libros de su bolsillo y empieza a no creerse ni una coma de lo que pregonamos.

Como son incapaces de atajar los grandes problemas de fondo, se dedican a dar caramelitos a los potenciales votantes y a presumir de justos, solidarios, izquierdosos y no sé cuantas cosas más. Hay ya en España más de 10 millones de personas que superan las 11 horas diarias de trabajo, que las deja sin ocio, sin familia y sin amigos. Ahí no meten mano. Tenemos agua para 40 semanas como no llueva. Quietos paraos. La energía se nos va por los enchufes pese a que la tenemos mala y cara, además de poca. Que lo resuelva Rita. La violencia de la calle y de las carreteras ha llegado a la vida doméstica, a las aulas y también a los hospitales, donde hasta los médicos empiezan a estudiar kárate. Tranquilos, dicen estos memos, que todo está controlado. Con gastar las pocas energías y ganas que tienen en contentar a algunas minorías respetabilísimas y montar de vez en cuando algunos numeritos político-circenses, todo solucionado. Ahí los tenemos, viviendo del cuento y de la cara, unos desde hace algo más de un año, otros desde hace 25 años, sea cual sea la carcundia política que les cobije: PP, PSOE, PNV. ERC, etc. ¡Qué mas da, los mismos collares con diferentes perros, por mucho que se peleen entre ellos!

Pues decía, una vez centrado el balón, que por las Andalucías el camarada Chaves les va a pagar los libros de texto a los mozuelos de la región. Así lo vende la Junta de Andalucía y así empiezan a creérselo las masas. Como si hubiera algo gratis en este mundo. Como si no se pagasen con el dinero de todos, vía impuestos. Eso sí, la jugada sirve para acrecentar aún más el poder y control de estos benefactores de la patria. Intervención política de los precios de los libros, defensa de las grandes editoriales, ruina paulatina de las escasas librerías que aún quedan, pérdida progresiva de la calidad y pluralidad de los libros, cabreo de los profesores que ya no podrán escoger los que estiman conveniente y más cosillas sin importancia que al resto de los mortales beneficiarios nos importa una higa. El mismo libro será usado durante 4 años por alumnado diferente. (O sea, que no serán necesarios contenedores de reciclaje: el libro llegará al final de su vida útil completamente desintegrado). Mientras que en ese tiempo el niño se habrá cambiado 8 veces de zapatillas Nike, 7 veces de pantalón, se habrá comprado 2 Plays y habrá deambulado por el mercado de consumo como Pedro por su casa, consumiendo a mansalva, la ancianidad y solera de su manoseado y caduco libro de texto le salvará de la hoguera consumística.

Y digo yo, puestos a dar “gratis”, ¿por qué no nos “regalan” el pan de cada día, el agua mineral, la ropa interior, los empastes, las gafas con las que vemos o cualquier otra necesidad más imperiosa que un libro de texto? Ah, porque en los libros hay peligro y amenaza. Esa cosa que es cultura, formación e inteligencia, mejor que esté bien dormidita. Porque la boca se nos llena de estas bellas palabras pero todo lo que hacemos es precisamente para combatirlas pues si hay algo que el poder (sea dictatorial o democrático) no tolera muy bien es que los súbditos o los ciudadanos tengan criterio propio, razonen al margen de los canales establecidos y que sean capaces de funcionar y actuar con relativa independencia. Así que menos lobos, que estas cosas muchos las tenemos bastante claras por estudiadas y sabidas. Y de eso se trata, precisamente, de que el personal estudie lo imprescindible para que sólo sepa darle al botoncito, tal como si fuese un diputado parlamentario de esos que (son mayoría) se pasan toda la legislatura pulsando con el índice lo que su jefe de filas les ordena, leyendo los informes que les pasan sus superiores y repitiendo como papagayos las directrices del gran jefe. Eso sí, viajar viajan mucho y en primera clase. Ya tienen algo que contar a sus nietos.

En muchos hogares andaluces los únicos cuartos que se gastaba el personal en libros era cuando llegaba septiembre y al chiquillo había que comprarle esos papeles de matemáticas. ¡Pero si las matemáticas son siempre igual! –decía más de un ignorantón. Ahora ya podrán dedicar esas pelas a las vacaciones, la tele de plasma o a la compra de un cuarto de gambas. Lo celebro, pero sigo prefiriendo que puestos a engañarme, lo hagan regalándome las gafas que me permiten no tropezar por la calle. No me gusta que acostumbren al personal a no comprar libros.

lunes, 20 de junio de 2005

LAS DOS ESPAÑAS (Y YO EN MEDIO)

Están locos estos hispanos. Yo es que alucino, vecino, con las cosas que pasan por el mundo de la vieja piel de toro, llamada España. Me echo a la cara los periódicos del fin de semana y es que de las bofetadas que me llevo, tengo que acudir rápido a urgencias. ¿No será que el loco soy yo?

En este país, de un tiempo acá (al menos desde hace tres mil años), una parte de su personal -cambiante según quien gobierne- tiene siempre ganas de jaleo y esas ganas se imponen sobre las de ponerse de acuerdo. Estoy hablando de algo tan conocido y manido como las dos Españas famosas, a las que ya pusiera música el bueno de Antonio Machado: “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios; una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Para mí que Antoñito se equivocó o tuvo problemas con la métrica pues lo habitual es que hubiera escrito que “las dos Españas te hielan el corazón”. Y es que hay bastante gente que no somos ni de la una ni de la otra (afortunamente, una importante pero durmiente mayoría), a la que nos está tocando bailar con la más fea, porque cada una de ellas tiene sus dirigentes, sus televisiones, sus discursitos, sus fanfarrias, sus enchufes y sus cositas, mientras que a los que estamos en medio (chafados y aplastados por ambos dinosaurios) no nos queda si no el exilio, la dormidera, la locura o acabar metiéndonos en uno de los dos ejércitos, hartos de llevarnos todas las tortas.

El sábado hubo en Madrid una marcha contra el “matrimonio gay”, que según los que la hicieron iba sólo contra lo primero (“matrimonio”) y según sus detractores iba sólo contra lo segundo (“gay”). Los unos defendiendo a la familia (a lo que ellos creen que es la familia) y los otros acusando a los primeros de carcas, trogloditas y otras lindezas. Para los organizadores de la protesta, la ley de matrimonio homosexual (de lo más “avanzada” del mundo mundial) se carga la familia tradicional. Para los detractores (la mayoría no son homosexuales), es penoso ver a tantas personas dispuestas a sostener la homofobia, la discriminación y la desigualdad. Una de dos: o no se enteran ambos grupos o los que no nos enteramos de nada somos los que no formamos parte de estas barricadas tan tópicas. Porque a cualquier tipo abstemio le parece razonable que si se llama matrimonio desde los tiempos de María Castaña a la unión de hombre y mujer para comer y folgar juntos, con la intención frecuente de traer retoños a este perro mundo, lo de la unión de personal del mismo sexo se debería llamar de otra manera, pues las palabras significan mucho y los diccionarios (que responden a la tradición, la cultura y la historia) están para algo. También parece de cajón que las uniones homosexuales sean equiparables a las uniones heteroxuales en todo aquello que sea posible, que es casi todo, sin limitaciones de derechos y deberes, salvo aquellos que la naturaleza todavía no es capaz de dar.

Pero aquí lo razonable es imposible: “El modelo elegido es absurdo porque dará lugar a unos bodrios de familia” (El Obispo de Mondoñedo, experto en bodrios familiares, él que no sabe ni lo que es folgar ni comer pizza y hamburguesas con la pareja). “El matrimonio homosexual es un timo; van a poner moneda falsa en circulación” (Otro obispo, el de Burgos, más falso que la falsa monea). Por el lado de la izquierda y los homosexuales (esos que presumen de Orgullo Gay, manda narices, como si en asuntos de sexo hubiera que presumir de gustos), la cosa va por calificar a los manifestantes familiares de antidemócratas, ultramontanos y otras gaitas. Los que ahora estamos quietos paraos sabíamos que estos aprendices de izquierdas han evolucionado mentalmente poco desde la época de Franco, esa en que los pobrecicos o estaban en pañales o de vacaciones, pero oyéndoles hablar con motivo de la manifestación pro-familia del sábado, uno ya se inquieta porque su fijación obsesiva con el franquismo y el nacionalcatolicismo empieza a necesitar de un buen psiquiatra. El millón de personas que se concentraron en Madrid (el gobierno dijo que eran unos 166.000, que Alá le conserve la vista y la desvergüenza) se peinan con gomina, van a misa todos los días y por las noches –antes de acostarse- le dan al cilicio, de creer a los típicos y tópicos de esta izquierda analfabeta, a la que ni el mucho viajar en los últimos tiempos le está aportando alguna capa ilustrada.

Están locos estos hispanos. Los unos porque defienden una familia que ya está más muerta que viva, y si no que se lo pregunten a tanto abuelo abandonado, a tanto niño al que sólo ven sus papis a la hora de dormir, a tanto matrimonio roto cuando la pareja convive 48 horas seguidas en época vacacional y a tan poca protección familiar desde los gobiernos (una miseria de paga por cada hijo, una pésima pensión para el jubilado, una riquísima hipoteca…). Los otros porque es a esta unión en vías de extinción por metástasis histórica a la que ahora se van a sumar los homosexuales. Tanto orgullo gay para caer tan bajo. Sólo les falta exigir un curita obrero que consagre su santo sacramento. Joder, dónde quedan aquellos tiempos de la familia extensa, de la crítica al matrimonio y la loa al amor libre. Tiempos volanderos que –como todas las utopías- al final cayeron en la cazuela de la historia.

Pues nada, hijitos míos, casaros los unos y los otros, formad una familia nuclear de pacotilla y que os vayan dando. A los unos y a las otras, a los unos y a los otros, a las unas y a las otras. Como dijo el sabio, aunque quinientos millones de personas digan o hagan una estupidez, sigue siendo una estupidez.

viernes, 17 de junio de 2005

POPURRÍ DE CALENTURAS

* Decía Ortega que «ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil» (La rebelión de las Masas). Muchos años después es preciso reconocer que en este aspecto nuestro filósofo más famoso del siglo XX tenía mucha razón, pues lo importante no es ser de derechas o de izquierdas sino inteligente.

* Soy muy poco solidaridario. Mea culpa. Pero hoy me ha dado por serlo. Proclamo mi solidaridad con los desterrados del AVE, los que cantan con voz aterciopelada, con quienes no cobran ninguna ayuda o subvención del gobierno, con quienes beben agua del grifo, con los que presumen de pobres, con quienes no quieren mejorar el mundo, con los que por las mañanas se levantan sin saber si un capullo se los va a llevar por delante en un paso de peatones, con las locutoras que no te llaman a la hora de la siesta para venderte algo.

* Es que yo vivo en Madrid y ya me habría suicidado. Jolín: todo lo que pasa por aquellos andurriales, por nimio que sea, adquiere carácter nacional y se pregona a los cuatro vientos cardinales. Y claro, así no hay quien pueda vivir, si uno es algo discretito. Vivir en una urbe donde hay tanto periodista, tanto político, tanto juez, tanta televisión y tanto cantamañanas (actores, cantantes, jugadores del Madrid, etc) debe ser verdaderamente suicidante. Cuando un tonto del haba que vegeta en los madriles dice o hace cualquier gilipollez, en dos segundos su parida se expande por todo el solar hispano. Sí, sé también que este empacho ocurre con todas las grandes capitales autonómicas, cuando tomamos un radio de acción menor: Cataluña es casi siempre Barcelona, Andalucía es Sevilla, Aragón es Zaragoza y Murcia es Murcia. Pero lo de Madrid ya es superhiperbólico. Comprendo demasiado bien a los pobres madrileños que aprovechan diez minutos de vacaciones o de puente laboral para montarse en el coche y salir echando leches de ciudad tan inhóspita y absorbente. Aunque sólo sea para tomarse un café y un bocata en otra comunidad menos publicada.

* Démosle un soberano corte de mangas a tantas cosas que sólo sirven para engordar artificialmente nuestra felicidad, para agriar nuestros jugos y flujos, para sacarnos la pasta que con tanto trabajo y sudor nos ganamos. Cada vez me repugnan más los actuales medios de "distracción" social, de los que la televisión es la vanguardia. Una telele que no es que emita basura. ES basura. Evitarla es el primer paso para ganar en libertad de pensamiento y de obra. Abandonarla nos dará ese tiempo que siempre nos falta para conocernos mejor, para cuidar nuestra salud mental, para ver el mundo de una manera más lógica y sensata, como lo veían nuestros abuelos y tatarabuelos, mucho más apegados al terreno, al conocimiento verdadero que todos nosotros, idolillos humanoides hechos de ondas herzianas y barro, sobresaturados de información manipulada, artificial e inútil. Seres casposos cuyo fusible se ha reducido a niveles tan frágiles que cualquier pequeña sobrecarga o tensión nos funde los plomos.

* Pongámonos en plan serio y presentemos algunas citas del soberbio libro “La tentación de la inocencia” de Pascal Bruckner. Tiene sus añitos pero conserva toda la actualidad. Y el que quiera entender, que entienda. "Llamo inocencia a esa enfermedad del individualismo que consiste en tratar de escapar de las consecuencias de los propios actos, a ese intento de gozar de los beneficios de la libertad sin sufrir ninguno de sus inconvenientes. Se expande en dos direcciones, el infantilismo y la victimización, dos maneras de huir de la dificultad de ser".

"Nuestras sociedades viven obsesionadas por el conformismo, porque se componen de individuos que alardean de singularidad pero alinean su comportamiento con el de todos". "El estado de infancia para todos en todo momento y a voluntad: ésa es la respuesta de la modernidad para los dolores que provoca". "El mundo se divide en Estados donde los escaparates están llenos y Estados donde están vacíos".

"Vivimos menos en una cultura de la posesión que de la circulación: los bienes tienen que pasar, su destrucción está planificada, su obsolescencia programada. Mientras que la posesión presupone la permanencia, nuestros objetos sólo poseen la seducción de lo efímero. Sólo los adquirimos para usarlos y volver a comprar otros. Lo único que dura de verdad son los residuos, condenados a una especie de eternidad grotesca: la esperanza de vida de un pañal de bebé es de unos 72 años."

"Ahora resulta que reinan como amos y señores en algunos medios de comunicación nuevos reyes perezosos que, lejos de sonrojarse por no saber, se felicitan calurosamente por ello. Peor aún: son los portavoces de una estupidez militante". "Si el imbécil agresivo tuviera que reinar algún día en exclusiva en nuestra sociedad, sería entonces el ser culto el que pasaría por idiota".

miércoles, 15 de junio de 2005

COMULGANDO

Ningún tiempo pasado fue mejor ni peor que el presente, si no todo lo contrario. En serio: oyendo hablar a muchos de los cantamañanas que viven de engañar al público (políticos, periodistas, psicólogos, famosetes y otras gentes de bien vivir), parecería que hablar de algo que ocurrió hace 30 o más años, implicaría reflejar una época de miserias, represiones, incultura y de asco. Claro, en España estaba el franquismo, pero en algunas partes del mundo se vivía tan ricamente. Incluso en la España de Pacorro, algunos lo pasaban divinamente, otros no se podían quejar y bastantes iban con la pena colgando del sobaco. En cualquier caso, menos de lo que ahora algunos presumen y cuentan.

Hago esta introducción a modo de premisa porque hoy me ha dao por echar la vista atrás, no con carácter melancólico, de revancha o crítico, si no puramente descriptivo. Soy de los que creen que la mordacidad y la crítica hay que aplicarlas especialmente al PRESENTE, que es donde vivimos y con el que tenemos que pelearnos diariamente. Aunque parezca una tontería, el ayer ya pasó y sólo está para conocerlo (o sea, para conocernos a nosotros mismos), evitar sus malas consecuencias y mejorarlo en las buenas. Los carroñeros del pasado y autosatisfechos del presente, no están viendo la misma película que este humilde Puñetas.

El mes de mayo fue el mes de las primeras comuniones. Desconozco el uso en otras tierras de España, pero por Andalucía todavía hay mucha gente que opta porque el enano o enana se vistan de tiros largos y cumplan con el rito de su puesta de largo ante el Altísimo. (No sé si se dice así, pero uno es que no lee una hoja parroquial desde los tiempos de María Castaña). Y no veas la de gente que es invitada al espectáculo. A veces acude más personal que a una boda. Y el dineral que cuesta el invento. Y el follón organizativo y propagandístico del acto. En medio del cual, más contento que un ocho, está el enano o la enana pidiendo por su boquita de piñón: quiero la Play, el Ordenador, la bici, la muñeca hinchable, el digital plus para ver los partidos, unas zapatillas Nike, 50 euros de paga a la semana, tardes libres, acostarme a las 12… y así hasta completar un amplísimo catálogo de regalos y deseos que convertirán al nuevo feligrés en un hijoputilla aún más convencido de que el que manda en casa es él. El rey o reina del hogar y de la familia nuclear moderna, habrá sentado definitivamente su imperio sobre los papis, tías, abuelos, vecinos y demás caterva de súbditos. Oye, y todos más contentos que unas pascuas, aunque el ceremonial transcurra en mayo y a menudo el sudor chorree sobre sus frentes satisfechas.

¡Qué diferencia con aquellas comuniones de antaño! Y ahí es cuando me voy al pasado más reciente, a los años 50 a 70, cuando los niños vestían de niños y las niñas de niñas, cuando la televisión todavía era un embrión en muchos hogares, cuando a menudo faltaba mala leche y sobraban creencias rijosas y falsas ilusiones. Hace poco vi una exposición sobre el particular, formada por fotos y objetos típicos de aquellas comuniones, tan alejadas en fastos y pastos de las actuales. Rosarios, reclinatorios, trajes de princesita, de marinero, recordatorios, guantes y velos. (Hoy el velo lo llevamos en el cerebro). Hasta contemplé limosneras, una pequeña bolsita hecha de la misma tela del traje que llevaban las niñas para que los familiares les dieran una propina. (Hoy llevan una chequera o la tarjeta de crédito. Cosas de la técnica).

Los niños iban a comulgar bien temprano. (Hoy día los niños "comulgan" todos los días durante tres o cuatro horas viendo la caja tonta). Sin desayunar porque para el acontecimiento religioso había que ir en ayunas. Luego, tras dejar atrás la iglesia, en compañía de los cuatro gatos que acompañaban al zagal o zagala (los padres, hermanos y algún invitado especial), venía lo mejor: el desayuno. Hummm, ese chocolate con churros y galletas que parecía comida celestial. En la casa, desmontado lo que fuera preciso, se llenaban las habitaciones de mesas para dar modestamente de desayunar a familiares, amigos y vecinos más allegados. Los más afortunados degustaban alguna bollería especial comprada en una pastelería de postín. (Hoy, el personal se va al restaurante junto a 200 personas como invitados. Y si hay que pedir un crédito, se pide, que pague mientras tanto el BBVA y después ya veremos).

Tras el desayuno y las manchas, los regalillos, muy diferenciados según el sexo del nuevo ángel: cajas de bombones, joyeros, colonias, pendientes y a partir de los 60, si había algo en la cuenta corriente, un reloj para presumir de estar en hora. Y los libros, plumas estilográficas, lápices Alpino, gemelos para las camisitas… Y tras las modestas alegrías, la ruta por las casas conocidas de otros amigos, familiares y vecinos para intentar arañar unos regalillos más en forma de caramelos, barras de palodú, algunas monedas y lamentablemente unos besuqueos a cambio que no gustaban pero que nada de nada.

-Jo, con lo fea que es la tita, mamá. Además, babea. ¡Y tiene bigote!

En eso, ya se ve, los niños no han cambiado. Siguen tan ordinarios y poco diplomáticos como siempre. Digo yo que será la edad….

lunes, 13 de junio de 2005

EXPERTOS DE PACOTILLA

Ahora se llevan mucho los expertos. Que hay que demostrar que la gente es tonta de capirote y compra lo que queramos: se coge a un par de expertos en la cosa, se les dice lo que tienen que investigar y qué resultados deben obtener y, et voilá, nos hacen un dictamen que es un primor y a la medida. La gente, en efecto, según nuestros estudios del bla, bla, bla, es tonta del capirote y del carajo.

Que hay que llevarse los papeles del Archivo de Salamanca a Barcelona, expertos que te crió. Que no hay que llevarse los papeles, otros expertos del mismo nido, pero de diferente rama. Que lo de la tele es infernal, ahí van unos cuantos expertos para que dictaminen que la caja tonta es idiota perdida. Pero si queremos que demuestren que es un invento maravilloso, se coge a otros expertos del mismo árbol, se les mete en el presupuesto, se les agita y no veas qué maravilla de conclusiones obtendrán en línea con lo que se pretende demostrar. Ya digo, expertos para dar, tomar y hasta regalar. Nunca ha habido más gente "sabia" que en estos tiempos críticos y nunca tanta presunta "inteligencia" se ha vendido al mejor postor y ha cantado la gallina. Aprieto tuercas: nunca tantos expertos han sido de mentirijillas y de pacotilla. Vamos, expertos de la nada y de naderías.

El sábado me echaba al coleto, en el suplemento de un diario nacional, los siguientes titulares: “Hoy no me puedo levantar. Los expertos piden retrasar el horario escolar para combatir la falta de sueño de los adolescentes. Otros países lo han hecho para evitar que enfermen”. (El Mundo). Por lo visto, la mayoría de los niños y adolescentes se acuestan tarde, duermen poco y mal y se levantan demasiado temprano para ir al cole o instituto. “Pero ni ellos ni sus padres ni sus profesores son conscientes aún de lo que significa no dormir lo suficiente. Un grupo de especialistas de nuestro país sí lo es y está dando la voz de alarma”. O sea, dicho en cristiano, pa que tó el mundo lo entienda: aquí todos somos unos mastuerzos menos esos escogidos especialistas o expertos que sí saben lo que vale un peine y un buen sueño. Y los listos del copón proponen que se retrase la hora de ir a la escuela, como ya han hecho en EEUU e Israel, o sea, en el Imperio.

A algún pobre e ilustre cretino (yo mismo) se le ocurre que la solución más lógica al problema pasaría porque los niños y adolescentes se acostasen antes. Pues no. ¡Vade retro, Satanás! La solución más apropiada y correcta es que sigan acostándose a la hora que les dé la gana, que los papis sigan en la luna, que los chavales sean los que lleven los pantalones en la casa y que todo el mundo se adapte a los caprichos y veleidades de los mocosetes no vaya a ser que les dé un ataque de ira, se depriman o se pongan en pie de guerra y ríete tú de la noche de los cuchillos largos. Pero no demos el asunto por finiquitado. Alguien tendrá la culpa de que los chicarrones se acuesten tan tarde. ¿Quizás los papis? ¿Los chicos? ¿La televisión? ¿Los tíos de los bares? ¿Nuestros horarios nocturnos tan anchos? Es que no acertamos ni una. He aquí al culpable: “El horario escolar roba dos horas al día de descanso al adolescente debido a un reajuste del ciclo del sueño”. Está claro, ¿no? Leña al mono al horario escolar. Así que los sabios coinciden en la receta: "la deuda de sueño de los menores ya es una pandemia que provocará más fracaso escolar, accidentes de moto y depresión". ¡Pues no se les compra la moto! –pensará algún padre precavido. –No, porque entonces el niño agarrará un cabreo del demonio y será peor el remedio que la enfermedad –le contestará el experto de guardia, mientras le hinca el diente a una estadística pret-á-porter.

Eso sí, puestos a dar consejos, los listorros de la inanidad muestran su sabiduría enciclopédica: “Hay que acostarse y levantarse a la misma hora. No hay que estar en la cama si no es para dormir. Hay que hacer actividad física durante el día para no llegar fresco a la cama. A la cama no se va con hambre. El dormitorio siempre bien ventilado….”. Y digo yo: ¿para aconsejar estas obviedades y perogrulladas hay que ser experto en algo? Dicho de otra manera: ¿se creen estos expertillos que el resto del personal somos imbéciles perdidos, que no sabemos distinguir una cama de un camastro? Y re-digo nuevamente: ¿quién está detrás de estos anónimos y calenturientos sabihondos? ¿La fábrica de colchones Flex? ¿La asociación de vendedores de motos? ¿La de pijamas? ¿Los sindicatos docentes, el club de pediatras descerebrados o una célula durmiente de psiquiatras y psicólogos amigos del tintorro y orujo en sus noches de francachelas, esas en que elaboran sus conclusiones y consejillos a los clientes y amigos?

Puestos a dar consejos, aquí va uno puñetero: No ponga un experto en su vida, mándelo a freír monas.

viernes, 10 de junio de 2005

ESTRESADOS ESTUDIANTES



Estamos en tiempos de exámenes. A pesar de que los pedagogos y los cantamañanas de la educación hablan tanto de la evaluación continua, lo cierto es que cuando llega el mes de junio empieza el maratón de controles, exámenes y pruebas selectivas. De pronto al personal (sobre todo estudiantes, pero también a mucho profesorado) le entran las neuras porque tiene que hacer en pocos días muchas pruebas, o tiene que corregirlas, con lo coñazo que es eso.

Estamos ocho meses tocando el violón y de pronto hay que atarse los machos y demostrar la burricie o si hemos aprendido algo de provecho en el año. Y claro, llegan los atracones indigestos, las crisis nerviosas, los miedos ante los resultados y las consecuencias. No extrañará por tanto que uno se eche a la cara un periódico cualquiera y lea cosas tan graciosas como éstas:

“El mes de junio provoca el incremento de las consultas al psicólogo. Los exámenes traen la angustia a ocho millones de hogares. Opositores, universitarios y alumnos de secundaria consiguen con sus exámenes de junio transmitir sus nervios a toda su familia…. Nos puede el miedo al fracaso y las consultas del psicólogo se llenan”. (Qué Málaga).

Pues bueno, pues vale, pues sí. No damos un palo al agua en todo el año y luego llegan las apreturas en el último momento. ¿Pero que esperamos? En la educación se fracasa cuando previamente no se ha trabajado en condiciones, cuando no se han puesto los libros en la mesa un día detrás de otro, desde octubre hasta junio. Estamos todo el año comiendo como unos cerditos y cuando llega la antesala del veranillo nos entran entonces las neuras y las ganas de rebajar los kilos superfluos para poder lucir tipitos en playas y piscinas. Muchos y muchas emprenden las dietas más estrictas y peligrosas para abandonar esos kilazos de más. Luego pasa lo que pasa. Pues algo así les ocurre a la mayoría de estudiantes, pero al revés. No les hincan los dientes a los libros y apuntes a lo largo del año, y cuando llega el calor y el fin de curso, como están ayunos de conocimientos, saberes y otras gaitas, se han de dar los pobres unos apresurados atracones de comida libresca para poder aprobar. Y agarran unas indigestiones de no te menees. Si es que estamos como cabras.

Sigo leyendo el periodiquillo: “Los jóvenes viven momentos de estrés sobresaliente. Algunos jóvenes caen en la droga ante el agobio. Los opositores llegan al límite de la resistencia. Las casas pasan a ser un caos de orden, horarios… Muchas familias son un polvorín a punto de estallar….” ¡La pera y repera! Nos ponen un examen un poco fuerte y se nos viene el mundo abajo. ¿Dónde está el psicólogo, por fa, que tengo la selectividad y estoy muy estresado? ¡Menuda sociedad avanzada, libre, feliz, culta y ecétera! Jo, ¡si hasta tengo miedo de que alguien me pare por la calle, me diga que si tengo hora, le conteste que no y mi negativa le acarree una depresión de caballo! Tenemos tan bajas las defensas físicas y psíquicas que a este paso va a ver que prohibir por decreto todo aquello que nos pueda provocar un poco de estrés, de esfuerzo o de negatividad. Si mi abuelo levantara la cabeza y viera a esta pandilla de inútiles blandengues, se volvía de cabeza a su sepultura. Yo mismo, aquí donde me leen, hice con 10 añitos el examen de ingreso al Instituto, a los 14 una reválida para poder acceder al Bachillerato Superior y luego otra reválida para acceder a la Universidad. Y no sigo para no presumir. Fuimos miles y miles los que vivimos con tranquilidad estas epopeyas sobrenaturales (así se catalogarían hoy día) y que yo sepa jamás fuimos al psicólogo, ni se nos quedó traumatizado el cerebro ni nos volvimos tontitos o nuestras pobres familias se tiraron la vajilla por la cosa de los nervios. Quizás es que ahora nos sobran caprichos, nos hemos vuelto comodones, nos faltan motivaciones y lo tenemos todo demasiado fácil y a mano, mientras que por dentro andamos cada vez más huecos e indefensos. Menuda birria somos.

Así que, a falta de curas y sacerdotes, bien venidos sean psicólogos y demás albañiles de la psique para ayudarnos a superar el trago, las frustraciones, las exigencias de junio y la posible depresión y estrés consiguientes: “CONSEJOS PRÁCTICOS para el sprint final: No más de dos horas sin descansar diez minutos; con luz natural se estudia mejor que de noche; plátano y queso ayudan a la memoria; mejor comidas ligeras, verduras y legumbres; ni acostado ni con música; se necesita un plan de estudios y un horario que cumplir…”.

¡Encima nos toman por imbéciles! ¿Tiene usted sed? Pues mire: abra el grifo, sí ese cacharro que hay encima del fregadero; déle a la palanca y verá que de su agujerito sale un líquido incoloro e inodoro. Agarre un vaso que está….. (No sigo porque espero que el lector inteligente haya entendido el mensaje y la comparación). Eso sí, todo está controlado y medido. “En junio baja la asistencia a bares y discotecas hasta un 20 %”. Pues ahí está el problema, amiguitos. Que la asistencia durante todo el curso académico debería ser la misma que en junio. Otro gallo nos cantaría.

miércoles, 8 de junio de 2005

SINDICALISTAS AUTOSATISFECHOS

Hace unos días Cándido Méndez era reelegido por 4ª vez secretario general de UGT con el apoyo del 78,05 % de los delegados asistentes al 39 Congreso Confederal del sindicato. Previamente don Cándido (que de tal no tiene un pelo de la barba) había recibido el respaldo de más del 99 % de los asistentes. O sea, que todos los presentes en el Congreso (menos el tonto de turno) le dieron el respaldo de la silla para que nuestro amigo siga en la dirección sindical otros cuatro añitos más. (Méndez es secretario general de UGT desde 1994, su primera reelección se produjo en 1998, mientras que la segunda fue en 2002).

Como yo debo ser como ese tonto de turno, “mí no comprender” cómo es posible que una organización de 809.461 afiliados, representados por 800 delegados, pueda respaldar al cien por cien la gestión cuatrianual de su jefe y ejecutiva anterior. Los sindicalistas, que salen en los anuncios como gente protestona, crítica, radical y exigente, resulta que son incapaces –en su propia casa- de sacar los pies del plato y decir NO. Vamos, que lo del 99 % de respaldo a la gestión de don Cándido me ha llegado al lugar más íntimo y recóndito de mis entretelas. O el tío es un genio y un dechado de virtudes (en cuyo caso yo propugno que lo coloquen en lugar de don Zapa), o tiene ochocientos mil creyentes aspirantes a pertenecer a la ONCE (no hay peor ceguera que la del que no quiere ver) o aquí hay trampa. Así que, por salud mental, para evitarme enemigos innecesarios, porque 800.000 afiliados no pueden pensar como un solo hombre (Méndez) y porque el tingladillo político-sindical todos sabemos como funciona (tó pa mí y pa ti lo que sobra), sólo queda como respuesta innegociable lo del gato encerrado.

A ver si me explico, aunque sea dura la cosa: a los 800.000 afiliados se les somete a una cura de adelgazamiento y se les reduce en una proporción de uno por cada mil. Para ello se utiliza el plan belleza en cuatro años: se introduce al personal por decenas de filtros, cedazos y coladores pensados para que sólo los más guapos, inteligentes, espabilados o adictos logren pasar por el aro quitamichelines. Ya tenemos sólo 800. Ahora se les invita unos días a los madriles, dándoles dos carpetas informativas. En una pone SI y en la otra pone SI. Como no hay más que un candidato a la secretaría general (que coincide con el que ya hay, el mismo que había hace cuatro años, y el mismito que ya estaba hace ocho añazos de nada), pues sobra una carpeta que mandaremos a los negritos del tercer mundo en un acto caritativo y acorde con el protocolo de Kioto. Un problema resuelto. Pero 800 señores y señoras (también algunos/as señoritos/as), la mayoría funcionarios de la cosa pública (oyes, un buen paraguas esto del Estado…) son todavía mucha patulea de gente, donde puede haber más de un tontícola por metro cuadrado. Así que de nuevo se aplica el plan belleza, pero en dos días: la única ejecutiva sacada a concurso público se coloca en una lista cerrada y bloqueada. Las lentejas (si quieres las tomas o si no te vas a casita, rico/a) son muy adelgazantes siempre que el pan se lo coma la ejecutiva. Así es imposible valorar en el Congreso a cada uno de la lista, empezando por don Cándido (el nº uno de los cuarenta principales) y terminando por la que cierra la lista (lo impone la cuota paritaria y sexual: toca señora o señorita). Pero lo que importan no son las personas, je, je, si no la Organización. La cantinela de siempre. Así que me cuenta el espía que desplacé al Congreso ugetista disfrazado de canapé incomestible de cococha de merluza con moras de la morería al marrasquino, que con este truquillo no hubo problema y que don Cándido y su trouppe de lista cerrada y bloqueada consiguieron 583 votos a favor, 164 en blanco y 21 nulos. (De los 32 restantes delegados, hasta completar los 800, no se sabe nada). Una maravilla de resultados para disimular lo indisimulable: que la tarta estaba perfectamente diseñada, cocida, horneada, fileteada y repartida desde antes de empezar las votaciones unánimes.

Llegados a este punto, si alguien piensa que el Puñetas es un enemigo declarado de los sindicatos, mejor que se apunte a un curso de acupuntura y vudú. Una cosa son las ideas y otra la praxis, que decían los clásicos. Una cosa es lo que necesitamos y otra el mejunje que nos venden. Si es con sindicatos y a los currantes los dejan calvos (a veces también los asalariados se desmelenan y joden a miles de ciudadanos, como está ocurriendo estas últimas semanas con las huelgas de limpieza por pueblos granadinos), ¿qué sería si no hubiera Cándidos e Hidalgos que velasen por nuestros bolsillos, cuerpecitos, almas y almejas?

Pero los grillaos como este chupateclas es que somos muy pejigueras y queremos más. Es que somos como ese tonto del Congreso que no respaldó la gestión de Méndez, rompiendo esa cifra tan bonita del 100 % (aclamación divina) y dejándolo en esa poca cosa como es el 99 %. En cualquier caso, me encanta saber que gente tan crítica con los gobiernos, la sociedad, la economía, la política y lo habido y por haber (en eso estamos el ciento y la madre), como son estas élites del sindicalismo ugetista, resulta que luego, en el sindicato, sólo saben decir amén, sí señor, lo que usted mande y aquí tiene otros cuatro añitos más para seguir haciéndonos el convenio colectivo. Gente así es que ya va quedando poca.

lunes, 6 de junio de 2005

PASAR VERGÜENZA AJENA

Uno, desde su independencia puñetera, es que alucina. Mira el país éste que le rodea y es que no sabe si darle a la máquina de hacer lágrimas hasta emborracharse o soltar amarras y reírse hasta que se le descoyunte el cerebro, el cerebelo y hasta el bulbo raquídeo.

Las paridas habidas en torno a la manifestación del sábado pasado en Madrid, convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo con el objetivo claro de proclamar un “no” mayoritario y multitudinario al diálogo con ETA, ha colmado ya mi última capacidad de vergüenza ajena. No es por dármelas de listo en este país de tontos (en realidad soy un tonto en un país de “listos”), pero en el comentario del 4 de marzo titulado “Las víctimas de Peces Barba” ya dejaba casi sentenciado el tema: acabarán ilegalizando a la AVT.

Aquí, por estas tierras, somos más geniales que en ningún sitio del planeta. Para serlo sólo necesitamos tener identificado y en funcionamiento un solo hemisferio cerebral. Si es el derecho, tú eres el único que garantiza la unidad nacional, quien defiende las esencias patrias, quien hace que la economía funcione y que las víctimas del terrorismo sean atendidas correctamente. Por el contrario, si tu único hemisferio en funcionamiento es el izquierdo, las cosas también están claras: eres el único defensor de los débiles y de las políticas sociales, sólo tú tienes derecho a manifestarte en la calle y todo lo que hagas estará bien porque eres un ser maravilloso que todo lo hace por amor a la humanidad y a Marte. En síntesis: si eres del espectro político de la derecha cañí, o tú o el caos. Si, por el contrario, lo tuyo es la izquierda espectral, el discurso también es claro: tú o el caos. Y los espectadores, ese pueblo aburrido, cansado, hastiado y que un día armará el dos de mayo cuando se le inflen los cataplines, viendo el espectáculo desde la fila de butacas diciendo para sí: ¿y estos imbéciles de qué van?

Pues van que –vuelvo a la mani de la AVT apoyada por el PP- la derecha parece ser que no tiene derecho a manifestarse, aunque sea detrás de la AVT como hacía el PSOE e IU detrás de los actores, ecologistas y gente de buen vivir cuando la guerra de Irak o el Prestige. Pasa que la manifestación del sábado no era defendible desde la “izquierda” porque iba “contra el Gobierno” (EL PAIS dixit). ¿Y contra quién demonios van las manifestaciones, contra el ángel de la guarda de Norma Duval? ¿O es que cuando mandan los figurines del PSOE están mal vistas todas las manifestaciones críticas, salvo que sean de adhesión y besitos muá muá?

Pasa que la derecha pepera está empezando a hacer lo que criticaba tanto a la oposición. O sea, política pancartera, movilización de gente cabreada poniéndole gratis los autobuses y los bocadillos, criticando a las telecaca pública que ya va por la cuarta glaciación basuril (la tercera duró 8 añitos, qué casualidad, cuando mangoneaban los figurines del PP). En fin, pasa que aquí los que van de “listos” tienen una memoria muy frágil (eso les pasa por usar sólo medio hemisferio cerebral, el derecho o el izquierdo) mientras que los que vamos de “tontos” nos acordamos hasta de cómo llevaban las bragas y los calzoncillos los unos y los otros cuando nos la hincaban en su época gloriosa de gobierneo. Vale que la honradez es un bien escaso en esto de la política, pero no les costaría nada a los mandarines de uno y otro hemisferio cerebral hacer un cursillo acelerado de “técnicas de dramatización” para que no se les note tanto el mal cantar, el mal chillar, el mal joder y el mal olvidar.

Regresando al tinglado montado por unos y otros con la última mani (a la que era natural que acudiera Aznar pues él sí que es víctima de ETA) disfrutemos un poco con las cosas de estos pelagatos de uno y otro signo. Así, el palanganero zetapil Joan Puigcercós (ERC) acaba de decir que "los muertos no pueden marcar la política", ya que esta "es para los vivos". Viniendo de un tío que parece que siempre viene de asistir a un funeral (por el semblante, por su tristeza y por su vestimenta) la cosa resulta bastante cómica. El ínclito Peces Barba también ha parido: “Yo represento al Gobierno, no a las víctimas”. Y se quedó en casita durmiendo o echando un mus, mientras tropecientos mil se echaban a la calle por un tema que a él le debería sonar a algo. Don Zapatero diciendo banalidades, como casi siempre: “Todas las víctimas estarán en el corazón de los españoles”. Vale, abuelito. El doctor Llamazares (que de niño quería ser bombero) sigue con el disco rayado: “La derecha degrada el dolor de las víctimas en rencor político y las manipula”. Este gachó siempre echando leña al fuego. El camarada Aznar, que sigue con el bigote puesto, afirmando: “Soy una víctima del terrorismo y eso me llena de orgullo”. El amigo, tras su etapa de zascandil guerrero, va ahora de mártir masoca. El negrero del PSOE, ese que hace todo el trabajo sucio para que otros se pongan la medalla (un tal Blanco), dice: “Sería esperpéntico que el Gobierno se manifestase contra el propio Gobierno”. Amiguito, sería la mar de saludable y excelente para el medio ambiente. A lo mejor así, os aclarábais un poco.

Y mientras que los unos y los otros se llenan la boca y los bolsillos con las víctimas (que protestan porque adivinan el negro porvenir que les espera), la vida real continúa con sus problemas habituales, a los que los semiparalíticos cerebrales de derechas y de izquierdas con mando en plaza no ponen remedio porque no pueden, no saben y –además- no les da la gana. Un ejemplillo: “Málaga celebra el Día Mundial del Medio Ambiente sin tener resuelta su principal asignatura. La depuración de las aguas se mantiene como el problema ambiental más grave desde hace 20 años” (Diario SUR). Más de 20 años, majetes… Toda una vida. Y eso que las suecas llegaron a la Costa del Sol hace ya la calentura de 45 años. Menos política basura y menos días ambientales y más hacer lo que hay que hacer.

viernes, 3 de junio de 2005

CONDUCTORES DE NOVENA REGIONAL

Dado el elevadísimo número de accidentes de tráfico que tenemos en este país de conductores suicidas, conductores ineptos y conductores descerebrados, el próximo año se puede asegurar que un millón de jóvenes tendrán un accidente de automóvil o moto, cinco mil personas se irán al carajo y miles de ellas quedarán marcadas para el resto de sus días, física y mentalmente, gracias a esos cacharros tan maravillosos que anuncian mucho en la tele y que tienen más poder mortífero que un lanzagranadas o lanzamisiles, acrecentado exponencialmente por una conducción ajena en un elevadísimo tanto por ciento a las más elementales normas de conducción y de sensatez. Se puede decir, y nos quedamos cortos, que los conductores de este país –así, en general- son de novena regional y bajando. Así que hoy me pongo en plan profe repipi y sabihondo para refrescar un poco la memoria a todos estos locos al volante, recordando algunas normas de esas que parece que sólo están para cumplirse cuando uno va montado en el coche de la autoescuela.

• Cuando se accede a una autovía por el carril de aceleración HAY QUE CEDER EL PASO a los que vienen por la autovía y si vienen muchos, incluso habrá que parar. O sea, que no corresponde a los que vienen por la vía principal el pararse o que nos cedan el carril, si no a los que se incorporan.

• En las autovías de dos o más carriles DEBE CONDUCIRSE POR LA DERECHA y utilizarse los carriles de la izquierda para adelantar. La mayoría de los conductores son tan progresistas que sólo conducen por la izquierda, con lo cual el riesgo de accidente y el entorpecimiento que causan sobre el tráfico es monumental.

Las rotondas no funcionan con el grito de ¡maricón el último! Las normas son más claras que el cacao mental de los conductores: tiene preferencia el que ya está metido en la rotonda y SIEMPRE, SIEMPRE, hay que ceder el paso al de la derecha. Muchos conductores subnormales ven una rotonda y se creen que es cuadrada.

• Los límites de velocidad en las autovías y autopistas están claros como el agua: 120/130 kms. Si el coche puede alcanzar 200 por hora, ese es su problema, no el nuestro. La mayor parte de los conductores, unos por necios, otros por torpes y los más por utópicos, se creen que son capaces de mantener el coche al estilo Fernando Alonso, sin contar los muy idiotas con que las carreteras tienen baches, curvas sin peraltes, aceite resbaladizo, chinos o piedrecitas y otras menudencias que en los circuitos no se dan. Por no hablar que el coche es una patata comparado con un Fórmula I y que ellos tienen menos reflejos en estado sobrio que un Schumacher harto de vino y guisqui.

• Hay unos gilipollas integrales en esto de la conducción: los chavalotes que tienen su primer coche, que van siempre con los cristales bajados, la música a todo trapo, las gafitas oscuras y el aire de creerse unos machotes porque llevan entre manos cuatro latas con un acelerador. Pobres imbéciles, no saben que el coche tiene mas inteligencia que ellos mismos. Así que menos presumir de coche (y de las tonterías que hacen al volante) y más imaginar que dentro de unos años les tocará ir descalabrándose en el asfalto. Aquí sólo se salva Dios. (No sé si es inteligente, pero sí sé que no conduce ni va de peatón por los pasos de cebra).

• Los frenos de los coches están pensados para utilizarlos de manera progresiva y no fulminante. Cuando uno se acerca a un semáforo que está en rojo o a un paso de peatones, debe ir frenando poco a poco, para que la velocidad del coche disminuya paulatinamente. La mayor parte de los peatones se horrorizan cuando están cruzando un paso de cebra y un imbécil viene a toda leche por la calzada y frena en los últimos metros. No los atropellan pero a punto están de matarlos de un infarto. HAY QUE HACER NOTAR AL PEATÓN QUE LO HEMOS VISTO DISMINUYENDO LA VELOCIDAD PROGRESIVAMENTE Y PARARNOS POR COMPLETO.

• El coche está pensado para desplazarse de un sitio a otro. Ni es una discoteca, ni un fumadero de opio, ni es un instrumento de placer (los majaderos de los publicistas y de los constructores así lo venden y a ellos compete también la enorme responsabilidad de tanto accidente de tráfico). EL COCHE SÓLO SIRVE PARA LLEVARNOS DE UN LUGAR A OTRO. Todo lo demás sólo nos distrae y estorba. Parece mentira que estas obviedades haya que contarlas, incluso a los propios fabricantes, que sólo se preocupan de vender y vender, aunque para ello al coche le tengan que poner televisor, sofá cama y retrete. (Todo llegará).

• UN COCHE TIENE MENOS PROTECCIÓN QUE UN NIÑO DE SEIS MESES. A ver si nos enteramos de una puñetera vez. Un tortazo a cincuenta por hora deja el coche hecho fosfatina y a cien por hora no queda de él ni la manilla de la puerta ni la aguja del indicador de la gasolina. Los ocupantes irán forrados en airbags, pero el latigazo cervical y corporal no se lo quita ni San Prepucio, por no referirnos al plano psicológico y emocional que les quedará para disfrutar durante el resto de sus días. Así que hablar de un coche seguro es una estupidez de los fabricantes y conductores. Creerse que uno saldrá inmaculado de un accidente porque el cacharro rodante lleva ABS, estabilizador electrónico, llantas de aleación, doscientos airbag y otras pijadas, es creer en la magia potagia. ¡Si hasta los camioneros se mueren en los accidentes!

• Aunque algunos lo traten como un ser humano, y le dediquen más atenciones que a la esposa y que a los hijos (según las estadísticas, un padre dedica por día unos cinco minutos para hablar con sus retoños), EL COCHE ES UN ARTEFACTO QUE NO TIENE SENTIMIENTOS NI EMOCIONES y que si puede te la pega ahora fallando el embrague, luego pirándose la batería y después jodiéndose la correa de transmisión. Nos cuesta un ojo de la cara al comprarlo y durante su corta vida acaba por quedarse con el otro ojo entre tasas, combustible, reparaciones, garajes e impuesto revolucionario de los gorrillas. En realidad habría que odiarlo pues NO HAY CACHARRO QUE NOS SALGA MÁS CARO y nos produzca más sinsabores, pero somos masoquistas y nos va la marcha. Desgraciadamente en miles de casos la marcha es… fúnebre.

Podría indicar más paridas respecto al tema pero como no quiero que todo el mundo me vea como un enemigo público (los conductores y los que viven del coche, que son una inmensa patulea de gente) termino aquí con mis iconoclastas reflexiones. Hasta los gobiernos ayudan a la compra de coches con el famoso plan Prever. En cambio comprar una barra de pan, unos pantalones, unos libros de texto o un empaste de muelas no tiene la más mínima ayuda del gobierno. Aquí lo único importante es el puñetero coche. Al menos deberían tener la vergüenza de obligar a colocar en el lateral de cada coche las siguientes palabras: “Yo mato”. Un “yo” válido para el vehículo y el conductor. Que aquí nadie que sea conductor podrá decir nunca que de "este agua no beberé".

miércoles, 1 de junio de 2005

FRASES DEDICADAS

Con el nuevo mes bitacoril (entramos en el tórrido junio), toca cambiar las citas y extravagancias que adornan el lado derecho de este comentario. Invito a leerlas por placer. Frases cortas y a menudo rotundas que, unas veces de broma, y otras con total seriedad, hacen que a uno se le detenga unos segundos el tiempo para intentar digerir dichas píldoras.

En mis viajes por lo largo y ancho del mundo internetero y libresco, me suelo parar bastante a leer citas y frases más o menos ingeniosas. Tengo numerosos libros de citas y para Juan Puñetas es como una bendita adicción el echar un ojo todas las semanas a unas cuantas páginas librescas y webs sobre el particular. Hoy, aprovechando que tocaba cambiar las citas puñeteras del mes, he seleccionado unas cuantas con la sana intención de dedicárselas a la gente de por ahí. Va por ellos.

1. (A los obsexos) Amaos los unos sobre los otros.
2. (A mi jefe de la oficina) Disfruta el día hasta que un imbécil te lo arruine.
3. (A mi vecina del noveno, que tiene 4 perros). El mejor amigo del perro es otro perro.
4. (A mi médico de cabecera) He oído hablar tan bien de ti que creía que estabas muerto.
5. (A los positivos) La bofetada es el aplauso unilateral.

6. (A Penélope Cruz) Los mosquitos mueren entre aplausos.
7. (A Zapatero) Los políticos son como los cines de barrio: Te hacen entrar y después te cambian el programa.
8. (A los negativos) Para un erudito debe ser terrible perder el conocimiento.
9. (A Michel Jackson) Quien con niños se acuesta, pederasta se levanta.
10. (A Aznar) Quien no encuentra ningún fallo en si mismo, necesita una segunda opinión.

11. (A los del poder gay) Si Dios hubiera querido a los homosexuales, no hubiera creado a Adán y Eva, sino a Adán y Pepe.
12. (A los pesimistas) Si el mundo es un pañuelo, nosotros ¿qué seremos?
13. (A los optimistas) Solo quien ha comido ajo puede darnos una palabra de aliento.
14. (A mí mismo) Tengo que ir al oculista, pero nunca veo el momento.
15. (A mi tío Paco, el solterón) Unos se casan por la iglesia, otros por idiotas.

16. (A Ibarreche) Diplomacia es el arte de decir "bonito perrito"... hasta que puedas encontrar una piedra.
17. (A todos los políticos necios) El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago.
18. (A los que se casan hoy) Hoy en día la fidelidad solo se ve en los equipos de sonido.
19. (A mi banquero favorito) El dinero no da la felicidad. Démelo y sea feliz.
20. (A los simples) Lo complicado de la vida es descubrir lo simple que es.