lunes, 30 de mayo de 2005

JA, JA, JE, JE, JI, JI, JO, JO, JU, JUSTICIA

En mi comentario anterior largaba sobre esa “finura” judicial que consiste en que uno puede hacer lo que le salga de los cataplines siempre que el asesinato, secuestro, extorsión, mentira, trampa o delito en general, vaya envuelto en la bandera de la “política”. Y ponía como ejemplillo colosal al Ilustrísimo Señor Don Otegui de la Alta Capullez, que metido en el trullo por equivocación (obsérvese qué estilazo tengo para traducir la realidad) salió de la celda en menos que canta un gallo. Tan deprisa que no tuvo tiempo, el pobre, ni de ir a hacer pipí a las letrinas correspondientes.

Refiero el tema del otro día (cosa nada habitual) porque hoy el lector ocasional tendrá ocasión de comprobar cómo la vara de medir tan corta que se aplica a unos, se alarga kilométricamente cuando se trata de otros. El tema ya viene desde muy antiguo y lo resumiré lo mejor que mi indignación permita. En diciembre de 1995, Diario 16 publicó una información de la periodista R.M. López sobre la captura de un alijo de cinco toneladas de hachís en Algeciras, oculto en un camión de Dominios Reales, empresa familiar de Hassan II. El periódico tituló: “Una empresa familiar de Hassan II vinculada con el narcotráfico”. Tras ser condenados los periodistas y el periódico por un juzgado de Primera Instancia y por la Audiencia Provincial de Madrid, la Sala I del Tribunal Supremo, en una sentencia en la que actuó como ponente el juez, muy próximo a Felipe González, Clemente Auger, confirmó la sentencia condenatoria alegando que aunque la información era veraz, lo que resultaba “inveraz” y atentatorio contra “el honor” del sultán marroquí era el titular de la misma. Y para sentenciar esta mamonez se recurrió al “desacato y protección del honor” proveniente de la Ley de Prensa e Imprenta de marzo de 1966, una Ley de la dictadura de Franco, vigente en la parte más importante de su articulado. Con ella se condenó especialmente al director del periódico, José Luis Gutiérrez y a INPRESA, la empresa editora del periódico, disuelta por quiebra.

Aquella parida judicial, que en cualquier país medianamente democrático hubiera llevado a los jueces que la promulgaron (empezando por el ponente) a embarcarlos en una galera y obligarlos a remar hasta Finisterre, en la Spain de nuestros pecados, está pasando sin pena ni gloria, como si fuese una cosa de lo más normal y rutinaria. Tan normal como que fueron a cazar al bueno de Jose Luis Gutiérrez porque el hombre había denunciado la cultura del pelotazo de los gobiernos “socialistas” de don Felipe Tacatúm. Y vaya si lo cazaron. El Hassan II ya está criando gambusinos en su tumba, salvo que lo hayan embalsamado, así que su honor (que nunca lo tuvo) adivina como estará de putrefacto. El periódico y la editora ya no existen. Pero don Jose Luis Gutiérrez aún no se ha muerto, así que hay matarlo económica, penal y moralmente. Reo de lesa majestad. ¿Dice usted el tal Otegui, el chico gordito de la banda terrorista ETA? Ese, al lado del Gutiérrez, es un pringao y un muerto de hambre. El peligroso es el Guti, que escribió un libro sobre don Felipe con un titular de juzgado de guardia: “La ambición del César”. Si es que se lo tiene bien merecido por meterse con quien no debía. Que lo pague.

Hace unos días el Congreso Mundial del Instituto Internacional de la Prensa ha criticado con gran dureza la sentencia de la Sala I del Tribunal Supremo y por unanimidad ha instado al gobierno español a eliminar las leyes, “por impropias de una democracia moderna”, que han propiciado la condena de los dos periodistas y de la Editora de Diario 16. La resolución del Congreso Mundial del IPI señala, entre otras cosas, que “al permitir que jefes de estado extranjeros utilicen demandas en España para restringir el libre flujo de la información, la judicatura española ha creado una situación “anómala” según la cual, las leyes de un miembro de la Unión Europea pueden ser usadas para reprimir a la prensa a favor de un país extranjero (Marruecos) con un historial de represión de la libertad de expresión”.

Pataletas de los pordioseros periodistas. Seguro que si el amigo Gutiérrez hubiera dirigido algún periódico etarra, a estas horas no sólo estaba más libre que Carracuca si no que hasta en su pueblo tendría una plaza a su nombre. Y es que hay jueces que mejor estarían dirigiendo un circo que sentados en la poltronilla de un tribunal, por muy Supremo que se llame.

viernes, 27 de mayo de 2005

LA POLÍTICA COMO COARTADA PARA EL ASESINATO




Hay dos tipos de asesinos. Los que matan por razones políticas y los demás. Los primeros, tarde o temprano acaban en la cárcel, pero también más temprano que tarde finalizan sus días tumbados al sol en una playa gracias a ese pasaporte expedido por la “razón política”. Los otros acabarán como dios y los jueces quieran. Es más, hay gente que no es asesina y pasará más años en la cárcel que uno que –siempre por razones políticas- haya matado todo lo matable.

La “política” como coartada. Para mentir, para robar, para hacer el estúpido y por supuesto, para matar. Desde el poder, el contrapoder o el asalto al poder. Así viene pasando y así pasará. Así que los que creen que los asesinos de ETA acabarán pudriéndose en la cárcel, lo llevan claro.

Sabemos que las guerras las pierden siempre los pueblos, nunca sus tiranos o sus dirigentes. En Irak se está viendo palmariamente. No sólo los que declararon la guerra (Bush y compañía) siguen comiendo libremente merluza o hamburguesas todos los días; es que el sátrapa del Sadam aún vive y colea, resguardado de los miles de ciudadanos que desearían estrangularlo con sus mismas manos, comiendo caliente todos los días y hasta lavándose los calzoncillos, cosa que no pueden decir los millones de inocentes que a la intemperie bastante tienen con rezar para que ningún coche bomba les lleve por delante. Al final le harán un juicio –si no se escapa o le dejan escapar antes- y algún país amigo o caritativo lo acogerá en su seno en un exilio más o menos dorado. Le ha pasado a otros muchos dictadores y genocidas, así que el camino está ya abonado.

Retornemos a ETA. Ayer detenían al Otegi de las narices, el cabecilla de Batasuna e ideólogo y abogado defensor de los pistoleros y bombistas etarras. Este gachó tenía que estar ya entre rejas desde hace la tira de años por pertenecer a banda armada, dirigir el mundillo etarra y dar órdenes para que otros hagan el trabajo sucio y se manchen de sangre. Esto no lo digo yo, lo dice el foro de Ermua, las víctimas del terrorismo etarril y cualquiera que tenga ojos y oídos libres. Pero el camarada es un lince. Es un político, la palabra “política” no se le cae de la lengua y hasta cuando se come un bacalao al pil-pil, el capullo está haciendo política y liberando al sufrido pueblo vasco. Así que la coartada politiquera funciona. Se puede extorsionar, mentir, secuestrar y asesinar siempre que haya una “razón política” para ello, sea una pretendida liberación nacional, un proyecto de futuro del copón o cualquier pretexto que suene a politiquero. El que viola y mata a una inocente chica merece 30 años de cárcel. El etarra que asesina a gente inocente porque piensa de otra manera, o pasaba por allí, tiene la coartada no de la obnubilación o la represión sexual si no de que está defendiendo su dignidad nacional o política. Muchos le aplaudirán y hasta le besarán el culo. Si lo meten en la cárcel, cuando llegue el momento de la paz o la rendición (que tarde o temprano ha de llegar), se cambian los cromitos (tu me sacas del talego, yo me exilio, tu ganas la partida y te dan los honores, yo me voy a vivir mi vida como si no hubiera pasado nada) mientras que la cara de tontos que se les queda a los muertos y a sus familias es todo un poema.

Y eso pasará tarde o temprano con el asunto de la cochina ETA. Como que dentro de unas horas (quizás antes de acabar de pergeñar estas cuatro letras) el señorito Otegi estará ya en su herrikotaberna preferida tomándose unas angulas a la salud de todos los gilipollas que defienden el estado de derecho (en teoría) y de desecho (en la praxis cotidiana, por ineficaz y cantamañanas). Y hasta la próxima representación, amiguitos, en la que siempre juega un papel fundamental la tragicómica justicia que tenemos, marioneta movida en hilos y cuerdas por el poder político de turno, que es quien escribe el guión del asunto.

Tras enchironar por unas horas al señoritingo batasuno, CIU proclamaba que “la cárcel es equivocarse de objetivo”, ERC se sorprendía ante la detención de un “artífice de la paz” e IU que “no es aceptable que el Estado sobreactúe”. Meter a un etarra en la cárcel, sólo porque es el jefe político de la banda, es una sobreactuación del Estado, según el castrista Llamazares. Y quizás tenga razón. Hay que darle un ministerio, coche oficial y una paga vitalicia, para que siga engordando como un cerdo. Incluso el premio Nobel de la Paz, a propuesta del bufonesco Carod. Por el lado de los sufrientes, o sea, para las víctimas de ETA, la noticia es “una alegría porque ha caído el cerebro de ETA” o “Batasuna está incardinada en la banda terrorista”. Y después tienen el morro estos políticos de la basura de afirmar que ellos están y defienden a las víctimas.

Está clarísimo. Otegi a la puta calle. No puede ser que un interlocutor político como él esté entre cuatro paredes ni un solo minuto. Que enclaustren a los del Foro de Ermua, víctimas de ETA por tontos. Encima los tíos siempre están metiéndose en política. Porque la verdadera y legítima política sólo deben ejercerla los que juegan a ladrones, a embusteros y a asesinos. La gente honrada, a la cárcel, que es donde debe estar.

PD: Lo que decía. Antes de acabar este comentario ya han puesto en la calle al camarada Otegi. Fianza pagada -seguramente- con dinero recaudado con la extorsión y el chantaje. Qué poco dura la alegría en la casa del pobre. Sobre todo si es idiota perdido.

miércoles, 25 de mayo de 2005

LA MODA, ESA TONTERÍA

Llevo bastante mal esa tontería de la moda. No me refiero a la moda en las ideas: ahora toca pensar esto, la próxima temporada primavera-verano se hablará de lo otro, ese tema está ya pasado de moda… Y es que las mentes se uniformizan con las estaciones del año y con la misma desenvoltura con que lo hacen los pies, la pelambrera o nuestro cuerpo serrano. Más hoy no tengo ganas de meterme en las honduras de las ideas si no de quedarme a flor de piel: en la vestimenta.

Hace unos días leía que está de moda (y más que va a estar) el llevar calzado de esparto. Sí, ese matorral e hierbajo autóctono, sencillo, modesto, áspero y popular, que hasta hace no muchos años ha llevado tantísima gente en el calzado, los aperos de trabajo para el campo o algunos artilugios de la casa, por no poder permitirse la compra de objetos más sofisticados y caros. Trabajar el esparto es difícil y artesanal pues la planta es dura y trabajosa de manejar. Con él se hacen las típicas esteras, esa especie de alfombras rudimentarias y pobretonas que tienen la ventaja de que en los meses de calor son mucho más fresquitas.

Los objetos de esparto siempre los utilizaron las gentes del campo, la pobre gente, las clases más populares. Hoy día casi nadie los tiene ni compra, salvo para recuerdo. De la china chinesca proceden infinidad de productos similares, más elegantes y baratos que los confeccionados con esparto. Con la diferencia de que algo hecho de esparto te puede durar más que tu propia vida y las chorradas made in china o cochinchina, duran menos que el coito de una pareja típica española (diez minutos y va que chuta, según cuentan esos chismosos de las estadísticas).

La moda, esa alcahueta que pretende reglar la intimidad y externidad de todos nosotros, tiene ahora el capricho de hacernos llevar esparto en los pies, transformando la clásica alpargata espartaquera (que costaría 3 euros) en un sofisticado zapatito diseñado al rico esparto españolí (que costaría un mínimo de 50 euros). Los sagaces chicos y chicas que pretenden decirnos cada varios meses cómo hemos de vestir, qué calzado debemos llevar y qué potingues tenemos que aplicarnos para no ir hechos unos fachas (o sea, unos antiguos), han encontrado ahora un filón con el modesto y pobretón esparto. Ya en el invierno han vendido un potosí de ejemplares y para los meses que se avecinan inundarán el mercado de todo tipo de calzado veraniego confeccionado con dicha materia prima y un poco de tela coloreada para darle al tradicional y cutre esparto un tono verbenero y zascandil.

Así que, todos a llevar esparto entre las pezuñas. ¡Lo dicta la moda y sus santones! Ya se sabe que cualquier cosa que se les ocurra a estos tiparracos va a misa. (A la misa del mercado, quiero decir). Y si llegas a la zapatería y quieres unas alpargatas de tela o piel de vaca o de hormigón, la dependienta te mirará de arriba abajo, mascullará “este tío es raro o imbécil” y tú no tendrás más remedio que pasar por el aro de la nueva alpargata o inventarte una trola: verá, señorita, es que soy alérgico al esparto, por parte de abuela. Y aunque me gusta ir horroroso, o sea, a la moda, antes es la salud que la estética, ¿no cree, princesa? Quizás tengas suerte entonces y la gachí agache la cabecita, te mire con ojos degollados y diga para sus adentros bien apetitosos: pues este tío no es tan tonto como parecía, si hasta me ha llamado princesa…y así logres llevarte esas sandalias de toda la vida.

Ya veo al personal (menos a los cuatro gatos que no tenemos cura ni monja) pasar por el aro del nuevo invento modil. Hasta que dentro de unos meses, cuando ya no quede esparto ni en el más recóndito lugarejo de Albacete o Teruel, los mercachifles correspondientes se saquen otro nuevo tinglado para poder seguir sacando a la gente lo que verdaderamente les importa: la pasta gansa, sean dólares o euros. Hasta hace cuatro días estaban de moda en las mujeres esos zapatos acabados en alargadiiiiiiiiísima punta, más feos y horribles que un sapo vestido de torero, incomodísimos y caros, pero que miles y miles de féminas han llevado bajo los pies para no salirse del carril marcado por los druidas de lo “moderno”, aunque la cosa les costase veinte llagas y quinientos tropezones. Pasado mañana, los horribles zapatitos irán (si ya no han ido) a la basura para dejar sitio en el armario y en los pies al nuevo sacamantecas.

Lo malo es que al final, lo quieras o no, tienes que ir con la marcha de los tiempos, ponerte lo que te quieren vender y evitar ir por la calle siendo el hazmerreír del prójimo. Porque esa es otra: no llamarás la atención con diez piercings en la oreja (está de moda taladrarse la piel), pero serás la rechifla de todo el barrio si se te ocurre llevar los pantalones de pana que usaba tu abuelo y que todavía están tan relucientes como el primer día que los fabricaron allá por la mitad del siglo XX. Asco de moda, tú.

lunes, 23 de mayo de 2005

HOMENAJE A LAS PALABRAS

PALABRAS EN EL RECUERDO INFANTIL
Juan Puñetas, cuando era un monicaco lo mismo que a la salida del cole se iba a disfrutar con la pandilla al trozo de campo verde que había al lado y se rompía los pantalones casi todos los días jugando al fútbol, por la noche –antes del “Vamos a la cama que hay que descansar” de la TVE- hacía sus deberes, estudiaba un poco y se inventaba cualquier cosa con tal de pasárselo bien. Hoy, haciendo limpieza de papeles, he vuelto a encontrar un pequeño trabajo titulado “Palabras humorísticas seleccionadas” que debí hacer durante algunas semanas de mi preadolescencia y en el que reflejaba un montón de palabras que había leído en mis queridos libros y que me habían hecho gracia o por el significado o por el sonido. He aquí algunos ejemplos de un niño inocente que aprendió a no aburrirse nunca.Triquitraque, pasarlo de rechupete, churro, pegote, repipi, descuajaringarse, sopapo, chupatintas, abrebocas, ser un calientabares, rechoncho, francachelas, zarandajas, capirotazo, respingo, macarrónico, mojiganga, cachirulo, apiporrarse, charranada, alifafes, ablandabrevas, tiquismiquis, mondongo, jeribeque, arrechucho, ¡yupi!, morrocotudo, lechuguino, tuturutú, cenutrio, paparrucha, dar la matraca, eres la monda, camastrón, ¡mecachis!, mirar de hito en hito…Las palabras, como los humanos, nacen, crecen, se reproducen y mueren. Algunas de las anteriores caigo ahora en la cuenta que casi nunca se pronuncian. Es más, tengo la impresión que cada vez la gente hablamos peor y que el número de palabras conocidas y que empleamos habitualmente está bajo mínimos. Y es grave porque como dijo uno que era muy listo pero del que no me acuerdo porque tenía un nombre muy raro, “a menor vocabulario en la boca, mayor ignorancia en el cerebro”.

PASEANDO POR EL PARQUE DEL DICCIONARIO
Ayer me encontré una palabra que no conocía: jelengue. Acudí al diccionario por interés profesional y por amor propio y encontré la solución: alboroto, disputa. Y entonces pasó lo que tenía que pasar: que me enrollé con la jota y me vino el jolgorio, la jocundidad y el jugueteo con las palabras que había en el apartado de tan sonora letra. Y pasé del jingoísta (fanático, patriotero,…) al jorungo (forastero, guiri…) y del juapao (latigazo, varazo…) al julepe (paliza, zurra…). ¡Y pensar que estas palabras hubo un momento en que la gente las pronunciaba con toda la naturalidad del mundo! Así que viajé un rato por entre las páginas joteras y me relamí con palabras olvidadas en mi más escondido rincón cerebral como jabato (valiente), jácara (bulla) , jabelgar (blanquear), jaculatoria (rezo), jajá (tacaño), jalisco (borracho), jeribeque (ademán), jicaque (ignorante), jipatez (decaimiento), jollín (alboroto, pelotera), joto (afeminado), ruanillo (propina, gratificación), juncal (apuesto), jupa (cabeza, testa), juruminga (embrollo)…Pienso que estas y otras maravillas del lenguaje, patria de nuestros antepasados más recientes y de algunos enteraos de ahora, no pueden quedar en el olvido ni reducirse al ámbito estricto de los buenos escritores. Que debería ser patrimonio de todos y especialmente de los juntaletras y juntapalabras que escriben y hablan en los medios de comunicación, empezando por los periódicos, pasando por el cine y acabando por la ramera televisión. Que no deberíamos decir siempre “cotilla” cuando existe palabra tan descriptiva como “juzgamundos”, que “joder” también significa “descomponer(se)”, que el político tal es un “judas” porque es un falso y un traidor a sus promesas electorales y que ya puestos a divertirnos podríamos decir que llevamos un jersey japonés, o sea, amarillo.Cuanta inteligencia hay escondida en un diccionario y qué poca atención le prestamos por pasear tan pocas veces por él. Palabra de Dios, te alabamos Señor, tururú que te vi, chinpón.

viernes, 20 de mayo de 2005

ZAPATERO, CERO PATATERO



En España, quizás como reminiscencia de que alguna vez fuimos un imperio, los gobernantes tienen tendencia a inmiscuirse en medio mundo, para arreglar lo que no tiene arreglo, mientras en casa dejan el cuarto de estar hecho una pocilga, los dormitorios con un metro de polvo y la cocina con restos de comida de dos décadas.

Por no remontarnos mucho, recordaremos simplemente a los presidentes de gobierno de la reinstauración democrática. El primero, Adolfo Suárez, tuvo que hilar muy fino para hacer encaje de bolillos y pasar de una España de la dictadura franquista a un país democrático. Pese a tan difícil empresa tuvo tiempo para dedicarse a intentar resolver el problema árabe-israelí y alguno que otro de Hispanoamérica. Tras Adolfo vino Leopoldo, que duró cuatro días. Sólo le dio tiempo de pasar a la historia -junto a su piano- metiéndonos de patitas y sin avisar en la OTAN. Fue su gran contribución a la solución de los problemas de la sociedad internacional.

Luego vino Felipe el cariñoso, psocialista de jamón serrano (para diferenciarlo de los socialistas de pata negra), que pronto comenzó a aburrirse con los problemas nacionales: la vivienda, el paro, la sanidad, la educación…. Minucias. Así que se puso a resolver las grandes plagas de Egipto, de Palestina, de numerosas repúblicas de todos los confines del universo. Tan entretenido estaba (junto al tingladillo de la UE) que se enteraba de lo que pasaba en España por la prensa. Mientras el jefe trabajaba por la paz mundial, muchos de sus camaradas de partido trincaban, golfeaban y delinquían a manos llenas. Y él, capitán tan-tan de medio mundo, sin enterarse de la pomada.

La ciudadanía decidió poner en su lugar a un señor opuesto, muy serio y burócrata, para que ordenara el piso y controlara a los trincones. Que le dieran morcilla a los problemas del orbe planetario. Y así empezó su labor el honrado Aznar, pero pasado algún tiempo se aburría como una ostra con los problemillas de su país: esa pesadez de los derechos sociales, controlar el robo de la vivienda y de la banca… Así que se metió en otros berenjenales, incluidos la declaración de guerra a terceros países. Tan ocupado estuvo con lo de Irak que ni se olió la que se preparaba en los trenes de Madrid allá por el mes de marzo.

Como castigo, el pueblo (que es tonto, pero a veces tiene un olfato de sabueso) decidió regresar a la simpatía de los camaradas psocialistas, personificada en el bueno de Zapatero. En estas estamos tras un año de reinado. Y el que parecía tontito (algo le pasó al Rey de España, cuando lo cuidaba el franquismo), nos ha salido la mar de redicho y sorpresón. Un liante que, en un par de añitos, puede ahogarse en la telaraña que él solito ha construido sin necesidad. Su problema mayor es que, enemistado con los EEUU por un quítame allá unos soldaditos que ayudan sólo humanitariamente pero hacen bulto en el avispero de Irak, en el exterior tiene poco que hacer pues de su volubilidad no se fía nadie excepto el carcamal de Castro o el pelagatos Chavez, un deficiente mental que es capaz de calificar a Aznar o Bush como más totalitarios que Hitler. De modo que lo de imitar a sus predecesores metiéndose a arreglar el mundo mundial no va a ser posible, por mucha alianza de las civilizaciones que se haya sacado de la manga, y que sólo provoca hilaridad y ataques de risa en las cancillerías de medio planeta. Así que don Zapatero va a actuar dentro de España como si estuviera trabajando fuera de ella.

Aunque lleva tan poco tiempo en la poltrona, el camarada ya está aburrido de los pequeños temas domésticos. No resolverá el problema de la vivienda (que en 8 años ha duplicado su precio), ni la inseguridad ciudadana, ni los abusos de poder de las grandes corporaciones, ni el analfabetismo educacional, ni las listas de espera en los hospitales, ni los miles de muertos en las carreteras… Quisicosas que deja a sus subalternos y subalternas, una camada de lo más estrambótica y peregrina, para que se entretengan en los ratos de ocio y salgan en la tele. A él le ponen los grandes temas. Sobre todo, dos: dar la vuelta al calcetín constitucional y de organización del Estado, para volver a ser un segundo Suárez, y apagar definitivamente el fuego del terrorismo etarra. Y en ello está. A cuerpo descubierto, sin paraguas y casi en pelotas. Con el principal partido de la oposición en contra (más de diez millones de votos), gobernando con el apoyo de un partido que odia todo lo que huele a español (ya lo saben hasta en Israel), echándose encima a las víctimas del terrorismo etarra (el vivo al bollo y el muerto al hoyo, nuevo eslogan de don Pepe Luí) y haciendo juegos malabares que lo mismo le explotan (nos explotan, que es lo peor) entre las manos y piernas. Por ello, porque ha empezado demasiado pronto a mirar a la gente con aires de suficiencia y porque ni se sabe a donde va ni de donde viene, la nota que en este final de curso escolar le pongo es de un cero patatero.

Ojalá que el próximo curso estudie más y mejor, se lea los libros oportunos, se busque los apoyos adecuados y saque un sobresaliente o matrícula de honor. Más que nada por nuestro bien.

miércoles, 18 de mayo de 2005

LOS TRILEROS DEL ADSL

Iba a hablar hoy de Zapatero y sus aires de grandeza, pero como el personaje me motiva menos que su ministra De la Vega en bikini, pues vamos a dejarlo para el fin de semana y de paso le hacemos un chistecillo gráfico para acompañar el asunto. Así que hoy va de ADSL y esas cosas. Pero cuando me disponía a empezar a escribir algo sabrosón sobre el asunto me encuentro que el amigo Isaac Jiménez, ha escrito un artículo en “Libertad Digital” titulado “¿Cuadruplicaciones?” que prácticamente me ahorra las ganas de escribir. Así que, como norma no habitual de la casa, aquí va fusilado dicho comentario, agradeciendo a Isaac su buen humor en el tratamiento del asunto pues de no haberlo más de uno tendría que recurrir a la goma-dos y el napalm, que es lo que se merecen la inmensa mayoría de los proveedores de internet. Suerte que somos unos pacíficos de narices. A lo mejor por eso nos tocan tanto el pelo y otras partes más funcionales de nuestro cuerpecito serrano.

Hace un rato leí con cierta desgana la noticia de que Wanadoo cuadruplica su velocidad por lo que los usuarios que navegan a 512k ahora lo harán a 2 megas por 36 euros al mes. También leí con desidia la triplicación de ONO, y cierto pasotismo la de Telecable. Por lo general soy una persona bastante alegre y serena pero cuando veo la situación de la Banda Ancha en nuestro país, me entra una mezcla de depresión con rabia, impotencia y muy, pero que muy mal humor.

Para empezar: alguien debería demandar a los proveedores de Internet por publicidad engañosa. Todos los proveedores sin excepción venden sus productos como: acceso a 1 mega, cuando en la realidad los proveedores sólo te ofrecen un CIR (ancho de banda máximo garantizado) que oscila entre un 10% y un 5% de lo ofertado, por lo que si tenemos una línea de un mega de bajada, solamente podremos descargar ficheros a una velocidad máxima de 100k reales.

Antes de hablar de tantas duplicaciones, triplicaciones y cuadruplicaciones, creo que los proveedores deberían dar prioridad a otros pequeños detalles que sus obligados usuarios agradecerán más que las supuestas ampliaciones de velocidad.

Cuando nos damos de alta, sería ideal que nos instalaran el servicio a los tres días, pero como estamos en España 3 semanas nos parece razonable. Creo que la media está en tres meses. Para darnos de alta tenemos todas las facilidades para hacerlo, basta una simple llamada telefónica o un formulario web, pero realmente estamos firmando un contrato con Mefistófeles porque una vez dado el alta es casi imposible darnos de baja, y sólo podremos conseguirlo si bajamos al infierno de las llamadas subidas de tono, los faxes, burofaxes, demandas,… y por si eso fuera poco tenemos que sufrir la penitencia de que no nos liberan la línea ni suplicando de rodillas.

Me gustaría que cuando llamase al servicio de atención al cliente por un fallo técnico o un corte en el suministro, lo hiciera a un número gratuito, porque encima de que sufro su mala calidad, tengo que pagar doblemente para que me lo solucionen. Ya que llamo a un 902, por si no fuera mucho pedir, me encantaría que después de que un robot me vacile durante 5 minutos, que la persona que me atienda, sea la única, y que si le hago una pregunta o tengo una incidencia que no viene en el manual, que no me entre complejo de patata caliente, que se la pasan entre sí más de 9 personas, que casi siempre tienen una educación exquisita, pero que nunca saben de lo que están hablando y lo peor de todo es que te tratan como si fueras asiduo de Barrio Sésamo (disculpe, llevo 3 días sin conexión, respuesta: ¿ha probado a reiniciar?), hasta que por fin te ponen con la única persona que sabe, pero que está a punto de quitarse la vida, y que casi cuelgas para que no cometa una locura.Creo que tengo razón en afirmar que la situación actual es deprimente y el único organismo que puede hacer algo sólo piensa en la mudanza. (Se refiere al traslado por orden zapateril de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones a Barcelona).

Como usuario de Internet prefiero que los proveedores arreglen todas estas deficiencias y muchas otras que me dejo en el tintero y que sufrimos a diario, pero claro… sabiendo que en Hong Kong por cuatro euros menos de lo que cuesta Wanadoo, disfrutan de 100 megas reales de ancho de banda, los proveedores españoles se pueden meter sus cuadruplicaciones por…"

lunes, 16 de mayo de 2005

DE MOVIDA, SONADOS Y CURRANTES

Confieso que soy un tipo la mar de raro. Qué digo raro. De museo arqueológico. Pariente de Tutankhamon y Amenofis. Primo de Cleopatra y el oso Yogui. No me gusta el alcohol y de tomarlo, sólo en dos dedos de vino tinto de calidad en mitad de la comida del mediodía. No fumo salvo los humos y la porquería que dejan en el medio ambiente los coches y demás trastos de contaminar. La tele sólo la veo cuando paso por el salón (cosas de la familia) y le doy un sonoro corte de mangas antes de seguir camino de mi chiringuito particular donde me evado del mundanal ruido. Votar políticamente a alguien que me represente sólo lo he hecho una vez en mi vida por la sencilla razón de que no encuentro a alguien de confianza que sea capaz de representarme. Cuando quiero comprar cualquier cachirulo, aunque sea un ruidoso exprimidor naranjil, doy más vueltas que una peonza hasta decidirme por algún modelo y alguna tienda. Así que soy en el buen sentido de la palabra….raro.

No quiero decir con esto que sea un tipo asocial. ¡Qué va! Tengo mis ahorrillos en el banco para que poquito a poco el Botín o uno de sus primos se los vaya puliendo y me deje en la más absoluta de las miserias. Con las empresas de telecomunicaciones mantengo unas relaciones de lo más cordiales: prefiero el lenguaje comunicativo del tam-tam o de las volutas de humo a un sistema internetero y telefónico que me sale por un ojo de la cara a precios de angulas podridas. Trago porque vivo en sociedad. No doy un duro a los pringaos del fútbol, deporte rey y opiáceo, aunque a cambio soy capaz de hablar de Ronaldo (de sus goles y grasas) o de Ronaldiho (de sus piruetas y dentadura) durante diez días seguidos, con la hora del bocadillo como elemento disuasorio.

Un tipo tan raro que encima es andaluz y no cuenta chistes en bodas y entierros, ni presume de ciudad ni de salero; un señorito que se divierte con el ojo de una aguja siempre que venga acompañado de un poquito de creatividad y un muchito de inutilidad social. En fin, un pobre hombre más cercano a las características técnicas de un marciano, que mira con pestañas atónitas a tanto cuadrúpedo como le rodea. Esa gente sencilla y normal a la que parece que le toca la lotería y el gordo de Navidad todos los días.

Y ahora pasemos de la autobiografía pseudoinventada a la realidad más absurda que pueda imaginarse. Leo los resultados de una encuesta realizada en Málaga a los jóvenes que salen de movida en la ciudad. Leo otras encuestas similares por otros andurriales semejantes de la geografía hispánica, y los resultados vienen a coincidir. ¡Pleno a la estupidez!

El 91,1 % de los jóvenes que salen por la noche consumen alcohol. Lo habitual es tomar entre 2 y 5 copas por salida. La celebración alcohólica tiene lugar habitualmente los fines de semana. Son frecuentes las intoxicaciones etílicas, heridas y cortes. Casi un tercio confiesa que consume cannabis. Sus consumidores creen que la tragadera tanto de alcohol como de cannabis no es perjudicial. (Vamos, que podría asimilarse a la ingesta de un kilo de fruta). También suele consumirse cocaína, tranquilizantes y el consabido tabaco, regulador de la euforia y controlador de los triglicéridos y el colesterol, como todo el mundo sabe. Los más modernos han probado también las drogas sintéticas, entre las que sólo les faltan por catar el best-seller de “El código Da Vinci”. Los horarios de juergueteo comienzan a la medianoche, hora en que los trabajadores están echando el polvete del fin de semana, y el regreso a casa ocurre sobre las cuatro o cinco de la mañana, hora en que los currantes habituales están intentando dormir si esos hijoputillas del botellón callejero se lo permiten con sus gritos y alaridos. Eso sí, la diversión sale baratita. Hacerse fosfatina el hígado y subir las transaminasas sólo cuesta unos doce euros per cápita, una minucia comparada con lo que vale un peine.

¿Dónde está la rareza? ¿En este marciano bitacorero, de tan sobrias y rarillas costumbres, o en estos berreicos mozalbetes y mozalbetas que se chupan la vida cada fin de semana como si el lunes nunca fuese a llegar? ¿Quién está más loco o es más cebollino? ¿El obrerete que se llena el gaznate de un vino peleón comiéndose un pollo asado a las diez de la noche del sábado sabadete, harto de trabajar de 7 a 7 de lunes a viernes, y con ganas de echarle un rascayú a la parienta (otra que tal) o estos centenares o miles de ganapanes y gañanes que no bailan nada más que cuando y donde pueden dar más por saco al respetable: en la calle y en el fin de semana reparador de la fuerza de trabajo ajena?

¿O a lo mejor lo que pasa es que yo, el rarito, los beibis de la movida alcohólica y vocinglera y el currante del tintorro –cada uno en su estilo- estamos más sonaos que el badajo de una campana catedralicia? Se admiten apuestas en estos tiempos zapateriles y zarrapastrosos.

viernes, 13 de mayo de 2005

LOS PATINAZOS DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE TRÁFICO


Dedicado a Pere Navarro, director de la Dirección General de Tráfico.

Como soy un usuario habitual del cochecito leré (aunque procuro usarlo cada vez menos por aquello del incremento de cafres y suicidas que circulan por nuestras carreteras), todo lo que tenga que ver con el tráfico me interesa. Y, que yo sepa, nunca he levantado mucho la voz ante los responsables de la cosa en España, comprendiendo el duro morlaco con el que tienen que lidiar habitualmente.

Pero –horror- también la Dirección General de Tráfico se mueve por las apetencias e intereses políticos de unos y otros. Así que, con el desembarco de Rodríguez Zetapé en la presidencia del Gobierno de la España plural y tralarí, los máximos responsables de dicha Dirección General han debido de cambiar. Y a peor, porque en un añito hay que ver la de meteduras de pata y de coche que han hecho. No recuerdo en muchos años tanta cochambrería junta.

El nuevo jefe del Tráfico se llama Pere Navarro, conocido por todos los automovilistas porque en la Semana Santa pasada, a propósito de la presentación de los agentes camuflados para vigilar infracciones, salió con la escatológica expresión de que cuando los conductores se las viesen con estos agentes especiales, deberían saber que “la han cagado”. Llevar estas expresiones tan populares y vulgares al ámbito de la declaración pública y del gobierneo tiene el inconveniente de que a uno también se las pueden devolver, y seguramente con muchísima más razón. O sea, que aunque tarde, le diremos a don Pere (don Pedro en vulgar castellano) que él también la cagó cuando dijo semejante cosa.

Poco después (tengo la impresión que el caballero tiene la lengua algo larga y el pensamiento bastante corto), el perita nos salió con la ingeniosidad de que unos diez radares de los modernos podrían sustituir el trabajo de centenares de guardias de tráfico en el control de la velocidad. Aparte el mosqueo que ello originó entre su personal laboral, alguien debió decirle que quizás un vulgar ordenador personal tipo Pentium de 4oo € podría sustituirle a él también, con lo que ganábamos en eficacia gestora, ahorrábamos un alto sueldo y nos evitábamos el sonrojo y la vergüenza ajena.

Más tarde, se le ocurrió la genial idea de trasladar a la analfabeta opinión pública (es que don Pere es muy listo) que la solución de todos los problemas de atascos y jaleo en las vacaciones es que éstas se den por regiones, como ocurre en Francia. No dijo que hablemos en francés ni que tengamos los sueldos de los trabajadores franceses. No, sólo que imitemos a los franchutes en lo de la rotación de las vacaciones. No dijo ni como ni de qué manera. Tampoco si los franceses están contentos o echan las muelas por esta idiotez. Tan absurda debió de parecer su propuesta que los defensores de los valores eternos de los cortijos y cortijillos españoles (vulgo comunidades autonómicas) no salieron al trapo con aquello de que dicha medida habría que consensuarla con ellos, que atacaba las tradiciones o que iba contra la soberanía nacional de tal o cual lugar. Nadie le hizo ni puñetero caso. Punto en boca y se acabó la genial idea.

Ante este soberano fracaso de público, ahora don Pere se oculta detrás de su subalterno más próximo, un amigo al que también le debe ir la marcha (del tráfico ajeno, naturalmente). Así que el subdirector de Tráfico se descolgaba hace poco con la genial idea de que los atascos kilométricos del puente del uno de mayo se debieron al sol, a que hubo mucha gente que quería salir al mismo tiempo, que hay lo que hay y que jamalají jamalajá. Pero, como son chicos de Zapatero (Dios los cría y el de León los junta), tienen propuestas salvadoras y abracadabrantes aunque sean –como las de las vacaciones regionales- inoperativas, sonrojantes o chiripitifláuticas. Ahora nos salen con que la solución chachi para los atascos es dar un rodeo. Por ejemplo: para ir de Madrid a Valencia, sale usted hacia Barcelona y después gira a la derecha y luego a la izquierda. (Léanse las recomendaciones para evitar atascos y cogerán una cogorza de campeonato). Para viajar de Sevilla a Madrid, vaya por Ciudad Real. Para viajar de Castellón a Madrid, pase por Teruel. Ingenioso. También vale no salir de casa, ir en avión de Madrid a Toledo o exiliarse a otro país hasta que don Pere y sus brazos derechos se marchen con viento fresco de la D.G.T. Para ir desde Málaga hasta Barcelona tengo yo una ruta alternativa la mar de efectiva: trasponer hasta la Coruña, vía Portugal, bajar hasta Soria en burro y proseguir a Barcelona a través de los Pirineos. La cosa llevaría medio año pero no veas la cantidad de paisajes y experiencias vitales que tendríamos con tan suculento viaje. En el próximo concurso de ideas de la D.G.T. de don Pere Genialidad pienso presentarla. ¡Lo mismo gana el primer premio!

miércoles, 11 de mayo de 2005

EL DEBATE DE LA ESQUIZOFRENIA

He tenido la santa paciencia y el benéfico masoquismo de escuchar al señor Zapatero, presidente de Spain, y al señor Rajoy, gran jefe de la oposición mayoritaria, en la divina tomadura de pelo que se celebra todos los años sobre el Estado de la nación. Es casi lo único que escucho anualmente de esa cámara de las lamentaciones y del autobombo en que ha derivado el Parlamento español tras veintitantos añitos de duro peregrinar, normalmente al margen del pueblo que lo sustenta.

El señor del gobierno (con su partido detrás) se dedica durante unas cuantas horas a besarse por todo el cuerpo, dándose jabón y vaselina. El gobierno lo hace estupendamente, el anterior era un desastre, somos la biblia en pasta, el país va fenomenal, hace sol, el futuro es espléndido y no hacemos mejor las cosas porque siempre están estos gafes de la oposición poniéndonos la zancadilla.

El señor que lidera a la oposición mayoritaria también se emplea a fondo un buen rato en poner a parir al gobierno, acusándolo de todos los males del país (a diferencia de cuando gobernábamos nosotros, que lo hacíamos de maravilla). Esto es un caos, nos lleva al desastre, aquí no hay quien viva y , además, siempre está lloviendo.

Bastaría unos minutos de cada primer discursito de estos caballeros (hasta ahora nunca ha habido caballeras), para apagar el televisor o la radio, mandarlos a hacer puñetas (ellos hace tiempo que hicieron lo mismo con nosotros) e irse a tomar unas cañas al garito de la esquina. Pero el espectáculo es tan deprimente, tan repetitivo, tan poco original y tan patético, que uno se queda enganchado con la oreja y los ojos esperando que de un momento a otro alguien del público (porque el anfiteatro de fans y corifeos también aporta su granito de arena de irracionalidad) saque la claqueta y diga "¡toma 324!" o algún degenerado gritón se enzarce a mamporros con su vecino de la fila de abajo, confundiendo la comedia con el drama. Afortunadamente nunca pasa nada, aunque se tema. Es el éxito del pseudo debate y el que logra que uno siga enganchado al espectáculo ya conocido de todos los años hasta que –tras los dos grandes actores- empieza el desfile de los personajes secundarios y terciarios que –autistas- empiezan a hablar cada uno sólo del cortijillo en el que cortan el bacalao.

Como soy un marciano, asisto embobado a la función. El presidente Zapatero es un lobo disfrazado con piel de cordero y el señorito Rajoy un cordero disfrazado de lobo. El primero es una vulgar copia de Felipe González, pero en soso. El segundo, una burda imitación de la señorita Rotenmayer, la que maltrataba a la pobre Heidi, esa cría inocentona que resulta luego que se acostaba con el abuelo y explotaba laboralmente a Pedro, su compa. Como ambos llevan en el cuerpo una porrada de trienios en el Parlamento, conocen las flaquezas y debilidades del otro a la perfección y en casi todo lo que se acusan tienen razón. Eres un pésimo profetilla de calamidades, le regaña el Pepe Luí. Pues tú eres sólo un cantamañanas engañabobos, le contesta el otro. España se va a la mierda, añade a continuación el dirigente popular. Y la tuya está en el siglo XIX, le replica el presidente sonrisas. Y cada afirmación de uno y otro es refrendada por aplausos al jefe y abucheos al contrario. Así es la cosa, salvo para Marín, el presidente del Congreso, que el hombre ya hace bastante intentando aplacar las dentelladas de los padres de la patria.

Uno ve que el personal que se sienta en las poltronas del hemiciclo aplaude a rabiar a quien les da de comer o le saca el pañuelo (con mocos incluidos) al rival. Actúan como si fuesen hinchas y estuviesen en el Santiago Bernabeu o el Nou Camp. -¡Dale caña, Pepe!, grita uno. -¡Patéale en los higadillos!, aclara el otro. En lo único que se ponen todos de acuerdo es a fin de mes cuando pasan a recoger el sueldo tan lustrosa y trabajosamente ganado. ¡Somos los representantes del pueblo, merluzo! ¡Un poco de respeto y seriedad con nuestras ilustrísimas personas! –proclaman enfadados cuando alguien hace lo mismo que ellos: crítica, vituperio y leña al mono. Pues mire usted, esto es una democracia para lo bueno y para lo malo, a usted lo eligen en una tómbola electoral bastante tramposa y a veces hace las cosas bien o mete la patita, que siempre va a parar a mi trasero, ¿sabe usted?. Pero que los padrecitos de la patria viven demasiado alejados de la realidad, que no conectan con la calle (excepto con los paniaguados y pesebristas), que son nulamente autocríticos y responsables de sus actos, que tienen pocas ideas y las pocas que tienen las incumplen, que hoy dicen blanco y luego negro y –en fin- que son poco de fiar, pues también. Que ese pueblo al que tanto alaban cuando les interesa será lo que sea, pero de idiota tiene poco. Aunque sólo ejerza de listo en contadas ocasiones. Que esa es otra.

lunes, 9 de mayo de 2005

LA MOVIDA HACIA LA NADA

Cada vez hay más cafre por el mundo. Y cada vez más joven. No es sólo que los adultos les estemos dando mal ejemplo. Tampoco que los centros de enseñanza estén de adorno cara a su educación y civismo. Es que muchos ya vienen al mundo medio cafres (en el seno materno uno se entera algo del mundanal ruido que hay afuera) y con cuatro películas, una pandilla, unos padres missing y un poquito de por favor ya tenemos al niñito convertido en niñato.

Los ves a todas horas. Y cada vez son más. Muchos van motorizados y a toda pastilla. Algunos con coches que ni tú mismo podrías compras tras varios años de privarte de casi todo. Armando ruido para que los demás veamos que ellos están ahí. Olvidándose de que hay peatones, gente que gusta de echar los papeles a la papelera que ellos odian y que abaten con una patada caballar.

Sólo en Málaga capital, la policía sofoca una media de tres peleas juveniles cada fin de semana. El año pasado se registraron más de medio millar de reyertas. Las pandillas crean sus cotos privados en determinadas calles o plazas. Algunos toman la violencia por bandera. Dejan su rastro en forma de pintadas por todas las paredes. Cuando la desconcienzación alcanza un grado superior se asocian a un movimiento nazi o de otra calaña. Son los que se mueven hacia ninguna parte porque su futuro es la nada, son unos don nadie y tienen como pasado un currículum vacío y plano.

Jamás han tenido nuestros jóvenes los medios educativos, materiales y de diversión que hoy tienen. Los hay que valen un potosí, gracias a los cuales muchos viejecitos tendremos en el mañana un futuro garantizado en el ámbito de la sanidad, la economía y la tranquilidad. Pero hay una enorme camada de jamelgos que –cuando sean adultos- harán pasar las de Caín a más de una familia, a muchos inocentes, a bastantes colectivos. Entonces (hoy mismo, incluso) ya será demasiado tarde, pero nadie se hará responsable del desaguisado. Ni ellos, ni sus progenitores, ni los responsables educativos y políticos, ni dios ni destilerías la alcoholemia.

Muchos fines de semana, en las grandes ciudades, la presencia policial evita reyertas entre bandas de jóvenes que se citan para darse caña, los muy gilipollas. En vez de tomar el aire fresco de la noche, charlar amigablemente, divertirse sana y deportivamente, su único anhelo vital es pegarles una paliza a unos tíos a los que no conocen y que forman otra pandilla de majaras tan imbéciles como ellos. Salen a la calle con porras, navajas, bolas de hierro y otras guarrerías. Alguno hasta con pistola. Y, como decía anteriormente, los que se dedican a hurgar aún más en su propia basura, se meten en tinglados nazis, de odio al extranjero, de militancia del KKK o cualquier estupidez propia de la intolerancia supina que adorna sus cornamentas. Con la fortaleza que da la condescendencia social, política y judicial que les rodea. Pese a lo educativo y barato que sería meter a estos burros de dos patas en un autobús o avión y llevárselos de turismo a visitar alguno de los campos de concentración nazi para que aprendan un poco de historia. O teledirigirlos al África tropical para que comprueben con sus ojitos de cenutrios las condiciones de vida de muchos emigrantes que nos visitan. O introducirlos en un cohete y enviarlos al espacio para que desde las alturas vislumbren la armonía y belleza de nuestro planeta, a ver si por arte de birlibirloque les crece de repente una neurona dotada con cierta sensibilidad, sabiduría o humanidad.

Muchos de estos cagamandurrias se meten también en el fútbol o en el mundillo de la música. No saben hacer la o con un canuto pero dibujan la esvástica que es un primor. Se creen que la naturaleza nos ha dado a los humanos la cabeza para aporreárnosla. Los más sofisticados (o sea, los más idiotas) hasta llevan la cámara de fotos a la movida para registrar de cara a la posteridad sus hazañas e intercambiarlas por correo electrónico con otros tipos de su misma pringosidad. Eso sí, tras acabar con una herida de varios quilates en la barriga, serán los primeros que suplicarán y gimotearán gallináceamente que los lleven a urgencias para que un matasanos les salve la vida o les ponga guapos de nuevo. Y vuelta a empezar porque, pese a estos remiendos, lo suyo no tiene cura. Salvo que, una bendita noche, otros desgraciaos como ellos los facturen al camposanto con las dos piernas por delante y sin billete de vuelta. Hasta nunca, capullos.

viernes, 6 de mayo de 2005

TEMAS PROVINCIANOS

En España, para los enteraos de turno, sólo existe Madrid y Barcelona como centros guay del paraguay, esos que cortan el bacalao. El personal que vivimos a las afueras de estas grandes urbes somos poco menos que unos mindundis, que sólo salimos en la prensa y medios de comunicación “nacionales” cuando hay un asesinato, un gran follón o una cosilla de esas que hacen mucha gracia por la corte de una y otra ciudad. Alguien me objetará que también se habla mucho del País Vasco, pero todos sabemos porqué pues es sobre el tema de la violencia, la secesión y otros berenjenales sobre los que gira siempre la información, que como su nombre indica siempre es “vasca” y no de Bilbao, San Sebastián o Deusto.

Cuando hay puentes festivos, a tenor de las noticias que dan las teleles, parece que sólo se desplaza el personal de los madriles y las barcelonas. En los demás lugares el gentío se queda amarrado al brasero si es invierno o al sofá si es verano. En los deportes, qué vamos a decir que no sea ya conocido: sabemos de los equipos de fútbol (de los demás, ni eso), cuando se enfrentan al Real Galaxia o al Barcelona Plus. Y si pasa algo gordo por el Sur, el Levante o el Norte, decenas de periodistas y plumillas bajan o suben a los territorios de provincia a enterarse y contar luego lo que ha pasado, para que todos nos enteremos. Menos Madrid y Barcelona, el resto del país somos un pequeño erial que sólo sirve para rellenar los tiempos muertos de los noticieros. Somos los catetos o paletos. O los provincianos, que también vale.

Así que hoy voy a serlo con todas las consecuencias, hablando brevemente de lo que acontece por Málaga para que algún lector ocasional se entere de lo que vale un peine, pues si no vive por aquí no se enterará de nada. (Y eso que –dicen- estamos en la era de la información y la comunicación. ¡Ja!).

EL FOLLÓN. Y menudo. Resulta que a la prensa han llegado informes confidenciales y secretos elaborados por un escolta sobre la vida pública y privada de una concejal del PP. Y dicen que hay por ahí más informes de tal guisa. El alcalde va a trasladar a la Fiscalía la investigación sobre el caso, pero los partidos de la oposición –esos que tan responsables y comedidos son en el gobierno de la nación- se han lanzado a degüello. Y resulta que la perjudicada no es la concejala “popular”, sino que todo es “una caza de brujas del PP” (IU) o que “existe una caja B con informes detallados sobre los ediles” (PSOE), acusando directamente al coordinador de Seguridad del Ayuntamiento, al cual “le entra síndrome de ministro del Interior y militariza a la Policía Local”. Cualquier persona con dos dedos de frente y sin más carné que el de identidad, pensaría que aquí el sujeto paciente es el PP, su concejala y el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Málaga. Pues no, toda la movida responde a un interés pepero que nadie en sus cabales ve, pero así es la puñetera política de asquerosa, sea en Madrid, Barcelona o en una ciudad de provincias.

EL CACHONDEO. Ya lo había vaticinado: “Algunos mostrarán su demagogia e ingenio con esto del matrimonio gay y algún Ayuntamiento habrá que soltará las pelas para pagar el viaje de bodas a las Bahamas”. No adivino el porvenir. Simplemente es que conozco el paño politiquil como si lo hubiera fabricado. Leo hoy en la prensa local: “El Ayuntamiento de El Borge pagará el viaje de luna de miel a la primera pareja de homosexuales que celebre su boda en el pueblo”. Y el alcalde, de IU, pero con dinero que no es suyo si no de todos, ha añadido muy ufano: “Además vamos a poner a disposición de ellos todos los medios que tenemos para que ésta sea una boda inolvidable y emocionante”. Alcaldes hay que de puro tontos no llegan a listos ni aunque lo intenten.

EL DRAMA. Si tienes pasta eres alguien. Así que la dueña de la residencia de ancianos de Alhaurín de la Torre, acusada tras dos años de investigación de la Guardia Civil, de malos tratos, detención ilegal, robo con fuerza, encubrimiento y todas las fechorías posibles, como tiene dinerín (la mayor parte arrebatado a los abueletes), pues podrá pagar los 46.000 euros del ala que el juez le ha puesto de fianza para que siga haciendo gracietas libremente hasta que dentro de 8 ó 10 años el buen hombre acabe el sumario, se celebre el juicio y –de paso- se hayan muerto ya todos los ancianos esquilmados y maltratados. Si la buena señora no tuviese nada más que una mano por delante y otra por detrás, se pudriría preventivamente en la trena durante todo este tiempo. Moraleja: si todavía hay alguien que llama a este proceder “justicia”, que visite raudo la General Óptica. Que, por cierto, está en todas las provincias españolas, no sólo en Madrid o Barcelona. Y es que, encima de paletos y provincianos, somos cortos de vista.

miércoles, 4 de mayo de 2005

ANUNCIOS CARIÑOSOS PARA UN VALLE DE LÁGRIMAS

Como el tiempo no me llega (igual que el dinero) hoy he aprovechado para leer un poco los periódicos atrasados y cuando llevaba diez minutos los he cerrado pues empezaba a notar dos cosas: que iba a romper a llorar de un momento a otro por tanta desgracia como cuentan y que empezaba a estar depresivo. Y claro, no es cosa de tener que ir al psicoloco (o sea, psicólogo) por leer cinco ejemplares de prensa atrasada. Es que no puede ser que los medios se dediquen a dar sólo malas noticias. Digo yo que alguna buena habrá. Y si no, se inventa, que para eso está la imaginación. Así que, como había que amortizar los periódicos, me he ido a las páginas de anuncios, sección citas, donde no esperaba grandes alegrías, y sí alguna que otra distracción pasajera.

“Ven a mi vida: separada 33 años, sincera, cariñosa, educada, trabajadora…” / “Descúbreme: mujer de 49 años. Me gusta la lectura y los animales. Busco hombre no fumador, no bebedor, cariñoso y simpático”. / “Un futuro: Chica de 38 años busca hombre sincero, comprensivo, trabajador, honesto y romántico; que le guste pasear, leer y la buena música para compartir nuestras vidas”. ¿Es o no una alegría que haya mujeres que tengan tan alta autoestima y que busquen hombres con tantas cualidades? Me encanta ver mujeres tan optimistas en un mundo desastroso. Y los hombres, ¿qué buscan? “Empresario 59 años. 1,72 altura, un hijo mayor, divorciado, universitario. Busco mujer divertida, simpática, gruesa y con cara bonita”. / “Chico 32 años, alto, delgado, pelo corto, tatuado, sensible, romántico, honrado, humano, tímido, no fumo… Busca chica noble 23-30 años”. / “Hombre 45 años. Funcionario. Busco mujer rellenita para formar pareja”. Confieso que me zampé las tres páginas de citas de un tirón, que se me olvidaron las penas periodísticas de la sección de política y sociedad y que aprendí de la psicología y alma humana más que en una charla con el psiquiatra.

“Hombre 55 años, 1,84 altura, 100 kilos, casado, activo. Busco hombre 40-55 años, discreto, serio, responsable, pasivo y con lugar de encuentros.” / “Chico 35 años, casado, gafas, velludo, sin pluma, fuera del ambiente, con sitio. Busco hombre de 30-55 años para relación esporádica. Pido y ofrezco discreción, educación y respeto”. Como soy un ignorante, no sé qué será eso de “sin pluma”. ¿Será que no sabe escribir? “Chica 38 años, pelo negro, 1,85 cm, masculina, simpática y sincera. Busco chica femenina con mucho sentido del humor e ideas claras”. / “Chica 31 años, morena, masculina. Busco chica femenina, comprensiva y cariñosa para amistad y lo que surja”. (Y luego ladran a Zapatero que lo de la homosexualidad no es una demanda social….) Claro que entre col y col también hay tiempo para un menage a trois: “Matrimonio de 33 y 38 años con nivel medio-alto, buscan chicas para salir, divertirse y lo que surja” / “Pareja busca mujer de 35 a 50 años, simpática y sin tabúes para salir y compartir buenos e intensos momentos. Llámanos, no te arrepentirás”. Pues nada, majos y majas, a pasarlo bien que cuando uno se da cuenta está ya con la garrotica y la dentadura postiza. Eso si no la ha espichado antes. ¡Y el tono alegre que le dáis al tétrico periódico! Así que yo también me voy a apuntar al invento:

“Hombre juicioso pero descreído, algo listo aunque se hace el tonto, serio hasta reventarse de risa, busca a mujer tonta que se quiera pasar de lista, creída pero poco juiciosa y divertida hasta en lo más serio. Preguntar por Paco, en el frenopático de El Porrosillo de la Junquera”.

lunes, 2 de mayo de 2005

OBSEXIÓN (y II). EL MENEO

Escribía el viernes, en la parte final de la parida grillesca, sobre el follón que desatan siempre las cosas del sexo, incluso cuando se trata de asuntos políticos. Y surgía la reflexión a la vista de la calentura que se ha montado en las Españas por la aprobación de la ley de matrimonio entre homosexuales programada por el Partido Socialista y contraprogramada por la Iglesia católica y ciertos sectores de la derecha populachera. Ya podemos presumir de ser uno de los países más avanzados del mundo con este reconocimiento legal del matrimonio homosex. También me gustaría que pudiéramos presumir de ser el país más culto del planeta, pero con la Ley de educación que tenemos y que vamos a tener será imposible. Bueno, pues esto no provoca discusión alguna entre la población y los politicastros, pero el “sí, quiero” de los homosex poco menos que causa un cataclismo en ciertos sectores.

Como siempre ocurre en asuntos de la entrepierna, la Iglesia católica se ha lanzado a degüello. Y lo ha dicho bien clarito, con la faca por delante: los funcionarios deben objetar en conciencia y no casar a esa gente tan rara y deforme. Incluso aunque corran el riesgo de perder su puesto de trabajo. Lo que no han dicho los jerarcas del hisopo es si les buscarán otra tarea remunerada o si el Altísimo les favorecerá con un toque de suerte a modo de pleno al quince, acierto en la bonoloto o con el cuponazo. Como ellos no tienen problemas de paro ni de estrés laboral, se creen que los demás (aunque sean funcionarios) andan en las mismas. Tanto desconocen algunos señores de casulla almidonada el mundo real que se abisma a sus pies, que habría que facturarlos en un paquete hacia labores más cristianas y productivas, como hacen otros señores de la misma Iglesia, pero con más juicio y caridad. O sea, los que se curran el bigote y la vida en esos países del demonio, ayudando al prójimo a superar la miseria, a enseñarle a leer y escribir, por ejemplo.

La Iglesia ha nicho que nanay, que el único matrimonio verdadero sólo es posible entre un hombre y una mujer. No es cuestión de palabras, claro. Si fuese así, podríamos hablar de homomonio o mujermonio para referirnos a la unión legal entre hombres o mujeres del mismo sexo. Es cosa de que para la Iglesia los homosexuales (incluso los auténticos) no merecen más que el perdón de Dios y si te vi no me acuerdo. Pero lo peor es que hay gente de a pie que no ve tampoco el asunto claro y que ni toleran ni están dispuestos a permitir que dos tíos derechos como velas se morreen con permiso de la autoridad o que dos señoras catedráticas se enrollen sin un pene a medias y con la aquiescencia del juzgado. Así que algunos ediles y alcaldes de la derecha más rancia (afortunadamente tampoco han sido tantos) han salido con aquello de la objeción de conciencia, con ese perendengue de que ellos no pueden casar por lo civil a dos tíos con bigote o a dos tías con tetas. Incluso ha surgido un tipejo allá por las Cataluñas, afirmando que no casará a parejas homosexuales pues los considera deformes psíquicos y personas taradas. La dirección pepera de Cataluña parece que le ha abierto un expediente y que lo mandará al paro. “Yo no he visto nunca dos perros macho haciendo el amor”, ha dicho este auténtico tarado. Oiga, ni yo he visto nunca dos perros con metralleta, ni dos perros con bastón de mando, ni dos perros comiendo un macpollo. ¡No te fastidia el lumbreras! El daño psíquico que le producirá al amigo el que dos tíos se refocilen por salva sea la parte. Allá ellos. Siguiendo su razonamiento, por tarados, habría que hacerles un descuento en el IRPF y un incremento en sus prestaciones sociales, ¿no? Ah, esto tampoco le parece al amiguito una buena idea. ¿Será que su única alternativa para los homosexuales es la muerte de hambre o el pelotón de fusilamiento?

Total, que entre pitos y flautas, suponemos que el paso del tiempo y la muerte irá despejando las conciencias estrechas y las mentes calenturientas. Entre el lobby gay (que lo hay, aunque pinte menos de lo que ha dicho la Botella Aznarina), el presidente del gobierno que va de figurín sin hincarle el diente a los graves problemas que tenemos la mayoría (incluidos los homosexuales), entre los curitas del sector de palacio (a diferencia de los que están todos los días batiéndose el cobre en el barro) y entre el espectro de la derecha que ladra contra el sexo venga de donde venga (aunque luego lo practica a escondidas y pagando), estamos divertidísimos. Garantizamos un país de lo más moderno, un auténtico bazar de las sorpresas, donde lo mismo te aplican un articulo penal perdido por ahí desde la época de Franco, que te pagan la operación de cambio de sexo por la Seguridad Social mientras que el empaste de las muelas lo tienes que pagar con un crédito bancario. Un país, amigo turista, que usted no puede dejar de visitar. Para eso trabajamos los que vivimos por estos andurriales. “Al turista una sonrisa”, dicen los anuncios. Y así estamos, siempre riéndonos. ¡Y usted que lo vea y lo disfrute!