jueves, 23 de diciembre de 2004

NOS PIRAMOS UNOS DÍAS

CIONES

Como todos los años, por estas fechas, tras el sorteo de la Naviá, llega la Nochebuena, la nochevieja y la releche. Esas fiestas tan entrañables que algunos odian hasta el hartazgo. Aunque cada vez menos, porque con esto del turisteo, el mayor nivel de vida y el stress cotidiano, quien más, quien menos, anda esperando como agua de mayo (aunque sea en diciembre/enero) el que lleguen estos días de vacaciones. Que para algunos son los días de más trabajo en todo el año, pero ya se sabe que la suerte, la justicia y los genes están muy mal repartidos.

No me quejaré, pues, y me dispongo a tomarme un pequeño relax durante este tiempo. Que nos sea leve y que el nuevo año entre con la mala leche con que suelen venir al mundo todos los recién nacidos (aunque pronto se les pasa). Felices pascuas y que no nos hagan mucho la pascua.

¡Nos leemos de nuevo el 10 de enero de 2005!

miércoles, 22 de diciembre de 2004

LA VIDA ES UNA LOTERÍA

Esta mañana fue el sorteo de la lotería de Navidad. Un sorteo la mar de tradicional en España. Una de las pocas cosas donde los tontos y los listos, los de izquierdas y los de derechas, los chorizos y la gente honrada, los creyentes y los ateos, están completamente de acuerdo: hay que jugar y participar. ¡Para que luego digan que en la vieja piel de toro no somos capaces de formar una piña!

Así que ahí tenemos a Juan Puñetas, al que sólo le gusta ganar la pasta gansa con el sudor de su frente, participando también en el bendito sorteo a ver si hay suertecilla y nos hace un apaño. Y es que ¡es tan difícil ir contracorriente! Porque aquí todo quisque juega, aunque sea a costa de quitárselo de la boca. De modo que si no juegas en la empresa, o en la oficina, o en el ministerio o en la puta calle, corres el riesgo de que algún siglo de éstos les toque el gordo a todos los compañeros, camaradas o acompañantes con los que te peleas o ríes todos los días del año. Y tú, ser asocial y raro, ves como todo el mundo salta de alegría y se relame de gusto con un premio caído del cielo, mientras que por una tontería, por no transigir con una norma social mayoritariamente establecida casi como un rito, no sabrías donde esconderte por haber hecho el primo. ¡Toda tu gente haciéndole un corte de mangas al jefe –al que también le ha tocao su dinerín- y tú, retonto de la tontería, más pelao que el culo de un mono!

Así que, como uno no es de piedra, y sabe portarse en público para no caer en desgracia, pues juega todas las navidades un par de décimos a ver si algún milenio de éstos hay suertecilla y logra retirarse del mundanal ruido. Pero, ¡qué va! Jamás me ha tocado ni la pedrea, ni la más mísera de las recompensas, ni un maldito reintegro. Será como castigo. Será que siempre le toca a los demás. Será que no le pongo ilusión al asuntillo. O que soy un cenizo. O que ya tengo suerte de sobra con otras cosas de la vida. De modo que sólo queda el consuelo de comprobar que otros sí lo consiguen, como esos emigrantes norteafricanos de Beas de Segura que vinieron al pueblo a recoger aceituna y les ha llovido un buen puñado de billetes con los que lo mismo se podrían comprar el olivar entero. ¡Alabados sean los niños de San Ildefonso –voceros del sorteo- que a veces premian al que nada tiene y nada espera, salvo un milagro!

Claro que a veces sería mejor que les tocase el gordo a algunos peces ídem. Por ejemplo a algunos politiquillos que nos están tocando las narices a todas horas, a ver si así deciden largarse a vivir a las Islas Caimán, donde tocar las pelotas a la gente sale más barato y es más agradecido. Pero ni por esas.

Y es que este es el auténtico éxito del sorteo navideño. La esperanza y hasta la creencia en que un rayito de suerte cambie nuestra vida, supliendo de un plumazo por la vía de los ingresos atípicos la falta de justicia, el sueldo miserable, el sueño inalcanzable o la rutina de una vida sin nuevos alicientes. O que al menos cambie al vecino de al lado que siempre nos está haciendo la puñeta, a ver si así se larga y nos deja tranquilos. Al final todo queda en agua de borrajas para la inmensa mayoría. Aunque el desconsuelo dura poco: total, en 365 días volveremos a las andadas. Y así hasta que alguien nos meta en una caja de pino, caoba o plástico y nos mande bien fresquitos al más allá. Donde, por cierto, nos darán la bienvenida con estas bellas palabras:

-Bienvenido, gilipollas. Acaba de tocarte la lotería.

lunes, 20 de diciembre de 2004

LAS LANGOSTAS COJONERAS

Estaba el otro día viendo la tele y salió lo de la langosta en Canarias, con los bichos posándose en un sembrado y dejándolo hecho cisco al largarse. Entonces me puse a hacer analogías. Igualito que los políticos de aquí, concluí. Lo que tocan lo hacen polvo. Todo vale para ese estómago voraz que pone cuanto existe al servicio de su ambición, de sus ajustes de cuentas, de su bajeza moral. De esa España virtual que se han inventado, ajenísima a nada que tenga que ver con la España real, pero que nos imponen día tras día, porque ese es su miserable oficio y su negocio. Y claro: asunto que pasa por tales manos, asunto deslegitimado, sin crédito, sucio para siempre. Y como la política se alimenta de sí misma, el apetito es insaciable. Queman cartuchos sin respetar nada ni a nadie, dispuestos a cargarse lo que sea con tal de aguantar una semana más. Y cómo se odian, oigan. No se mandan pistoleros unos a otros porque no pueden. Y encima se creen originales, los malas bestias. Si fueran capaces de leer, sabrían que todo cuanto hacen se hizo ya. Esa es nuestra desgracia: los políticos. La plaga de langosta. La perra historia de España”.

“Échenle un vistazo al patio. Lo que tocan lo ensucian, lo desmantelan, lo aniquilan. Cómo lo han puesto todo en los últimos diez o quince años, y cómo lo siguen dejando, impasible el ademán, según las necesidades del enjuague puntual, pan para hoy y hambre para mañana, yo me quedo tuerto pero a ti te dejo ciego por la gloria de mi madre. Todo sirve como arma política arrojadiza. Su injerencia en la Justicia, por ejemplo. Tela. Toda esa manipulación partidista. Toda esa infamia. Han conseguido que ahora veas una toga y unas puñetas y te hagas cruces”. (1)

“En cuanto a la educación o enseñanza, o como se llame, qué les voy a contar. Con el concurso de ministros y consejeros autonómicos de toda condición y pelaje, esos irresponsables aprendices de brujo han metido a las últimas generaciones de españoles en una maraña de frustración pseudo-educativa, en un callejón de donde ya no los saca ni Cristo que baje y se haga cargo”. (2)

“Y qué me dicen del deporte: las selecciones de mis huevos, con todo político periférico echando carreras para hacerse una foto con la que arañar media docena de votos guarros. O fíjense en la Constitución, convertida en bebedero de patos. O en las Fuerzas Armadas, ahora llamadas de Paz y Buen Rollito, porque a ver de qué otra forma se las puede llamar tal como están, desmanteladas como no se habían visto desde el día siguiente a la batalla de Guadalete”. (3)

“(…) Todo es materia depredable. Como la monarquía, que ahora tiene más flancos jugosos para hincar el diente. O la república, si la hubiera: ya se cargaron dos. O la política exterior, que pasa de mamársela a George Bush por una palmadita en la espalda, a hacer el payaso gratis y por la cara”.

Estos comentarios podría haberlos escrito Juan Puñetas (peor redactados, eso sí), pero el escritor Arturo Pérez Reverte se me ha adelantado. Hay miles de grillitos por ahí que comulgamos en este descreimiento general sobre la clase política y sus efectos perniciosos tal como viene actuando casi secularmente en este país. Claro que comparado con los millones de pelotas que aplauden hasta con las orejas a sus langostas, somos una pequeña minoría con menos porvenir que un cerdo en un país islámico. Y con todos los décimos para recibir bofetadas hasta en el carné de identidad. Pero mientras llega ese momento, seguiremos chirriando de vez en cuando.

De los periódicos:

(1) LA JUSTICIA: “El imán de Fuengirola abandona la cárcel para estudiar la Constitución por mandato de la Audiencia de Barcelona. El tribunal suspende durante dos años la ejecución de la pena de 15 meses de prisión por incitar a la violencia contra las mujeres y ordena que Mohamed Kamal Mustafa salga de prisión para seguir un curso formativo”.
(2) LA EDUCACIÓN: “El índice de difusión de periódicos en España bordea el subdesarrollo, según informes de la UNESCO”. “España en el furgón de cola en cuanto a rendimiento escolar de los alumnos de Secundaria”.
(3) LAS FUERZAS ARMADAS: “EL Gobierno español compra a Alemania, a mitad de precio, una batería de misiles de segunda mano”.

¡Socorrooooooo!

viernes, 17 de diciembre de 2004

LA PESTE DE LAS COLONIAS

Desde que la Navidad empieza a asomar la patita por debajo de la puerta allá a finales de Noviembre, es que no paran. Es la peste. Esa enfermedad que en la edad media se llevaba a miles y miles de personas por delante y que en la época ultramoderna actual se ha reconvertido en una moda tontuna que amenaza con llevarse por delante medio sueldo y media paga extraordinaria.

Hablo, por si algún extraterrestre no ha caído en la cuenta, de las colonias. De la invasión de todo tipo de colonias: para la mujer, para el hombre, para la abuela, para el perro... Te pones cinco minutos delante de la telele (sí, eres masoca, y qué...) y cae encima una bomba fétida de anuncios de colonias, uno detrás de otro, sin parar, sin darte respiro. No caes asmático de puro milagro.

¡Y mira que son tontorrones los anuncios dichosos! Todos con su mujercita haciendo el pavo. Y los hombres, haciendo el ganso. Nombres de colonias de lo más raro, aunque eso sí, siempre con evocación francesa, porque parece ser que si una colonia no destila aroma franchute pocos frascos va a vender en el mercado pestífero.

Y si va uno por algunos grandes almacenes, ni te cuento. ¡Un pestazo! Cada dos metros una señorita con falda corta y mano larga, que antes que salgas huyendo ya te ha endilgado una tirita olorosa de una colonia. -¿Quiere probarla, señor? -te suelta la muy picarona. Y tú, en plan educado, dejas escapar un... -No gracias, no tengo hambre. Y dos pasos más allá, antes de que te dé tiempo a coger las escaleras mecánicas y escaparte de la invasión perfumística, ya tienes a otra gachí haciendose la remolona con otra colonia. Al final, cuando te largas de los almacenes con unas ansias locas de respirar aire puro, te das cuenta que echas un pestazo a perfume que hasta los cerdos te mirarían con asco.

¡Todo sea por la Navidad!, dicen los optimistas. Pero yo creo que esto ya es pasarse. Porque además de la olor pestilente está el precio indecente. Una burrada de euros cuesta cualquier botecito de pitiminí con unos centímetros cúbicos de tan ridículo líquido. Eso sí, el bote parece una obra artística. Del arte del siglo XXI, vamos: hortera y absurdo, pero arte al fin y al cabo. Y es que a estas alturas de civilización el amaneramiento y la estupidez ya no tienen secretos para nadie. Nunca costó tan caro oler tan horriblemente mal.

miércoles, 15 de diciembre de 2004

HOY VOMITÉ

No lo pude remediar. Fue una experiencia traumática y esperemos que las consecuencias sólo hayan quedado reducidas al ámbito de la vomitera.

Juan Puñetas apenas ve la telecaca pues sigue el precepto puñetero de que “ojos que no ven, cerebro que no se resiente” y no acaba de comprender como tantísima gente se queja de la basura que almacena tanta cadena televisual y sin embargo sigue enganchada a la programación, llueva o truene. A lo mejor es que la telele es una droga más dura que el LSD y la heroína, aunque parece que no está muy estudiado el asunto de las consecuencias en el cerebro humano. O si está estudiado se guarda bajo ocho llaves como si fuera un asunto de Estado. Pero a lo que íbamos. Hoy vomité porque se me ocurrió encender la caja idiota cuando tomaba el bocado reparador del mediodía. La tentación era informarme sobre el tiempo que hará el próximo domingo. Si hace bueno me levantaré de la cama, y si no me quedaré durmiendo todo el día, que hay que reservar fuerzas ante la llegada de la estresante Navidad.

Y mientras le hincaba las muelas a una chuleta más dura que la cara de Aznar y Zapatero juntos, aparecieron por la pantalla primeros planos de un montón de blanquecinos cadáveres a los que sólo faltaba verles los gusanitos corroyéndoles los huesos. La cosa se puso seria y, como soy tan sensible, tuve el primer aviso o arcadilla. Cambié de canal pues los muertos iraquíes no gozaban de buena salud y pronto yo mismo comenzaría a sentir los primeros síntomas. En eso que el nuevo canal sintonizado arrancó informando en primicia mundial sobre las sangrantes imágenes conseguidas sobre el último atentado en Israel.

Entonces ya no pudo aguantar más mi debilitado sistema digestivo. ¡Puahhh!, salió la chuleta del mediodía, el té de las 8,30 y hasta la lechuga de la noche anterior. Me quedé sin saber qué puto tiempo va a hacer el próximo domingo, me tuve que cambiar hasta los calzoncillos y ahora tengo un trauma de mil pares de vomitonas. ¿Y esto quien me lo paga, eh? ¿La última, telepingo, antenapuaf o canalmenos?

lunes, 13 de diciembre de 2004

LOS TERRORISTAS TAMBIÉN SE JUBILAN

Si hay algo por lo que pierden el culo los amigos terroristas de todos los pelajes es por salir en las “afotos”. Es una afición común con la de los políticos de todas las calañas. Y es que entre ambos grupos hay un lazo de unión: el poder. Tenerlo o aspirar a tenerlo. Afortunadamente, los políticos emplean métodos civilizados de dominio siempre que haya una democracia por medio, lo que los hace a veces hasta incomprensiblemente simpáticos y queridos, mientras que los amigos del terror aplican el método fácil de la bomba y el tentetieso a quien pase por ahí.

En los últimos días están siendo noticia dos bandas de energúmenos violentos que, por haber alcanzado su máximo nivel de incompetencia y criminalidad, tiran la toalla (o sea, las pistolas y dinamita). Me refiero al IRA irlandés y al Bloque Catacumbo colombiano. Ambos están entregando sus armas hartos de jugarse el cuello para nada, envejecidos y con ganas de un merecido descanso. Así que los gobiernos legítimos respectivos les garantizan medidas de gracia (especialmente “graciosas” para sus víctimas) y, sin ir más lejos, los paramilitares colombianos podrán cumplir unas penas máximas de 10 años que con las rebajas de Navidad y Reyes, con el índice retroactivo del IPC y el buen comportamiento se quedarán en un simple “hasta luego, Lucas, váyase a su casa y disfrute lo que pueda”.

Quizás esta sea la única solución para que cese la violencia de algunos bandidos. Pero maldita la gracia que tiene. Eliminan a cientos o miles de personas inocentes, con el vulgar pretexto de que sus crímenes tienen una raíz “política”, y al final a muchos de ellos la sangre ajena derramada les sale prácticamente gratis. Lo de siempre: ganan los malos, o dicho al revés, en esta vida sólo se mueren los tontos, o sea, los buenos. Encima hay que darles las gracias a los violentos porque nos están haciendo un favor abandonando las armas. ¡Tiene cojines la cosa!

Y desvergüenza. Porque hay que tenerla y mucho para, con la absolución de sus crímenes en el bolsillo, salir diciendo cosas tan bellas como las siguientes:

Con el alma anegada de humildad pido perdón al pueblo de Colombia, pido perdón a las naciones del mundo, entre ellas a los Estados Unidos de Norteamérica, si por acción u omisión las pude ofender", dijo Mancuso con la voz quebrada, ante los asistentes al acto. "Ruego el perdón de cada madre y de aquellos cuyo dolor causamos. Asumo mi responsabilidad a partir de la jefatura ejercida, por lo que pude haber hecho mejor, por lo que pude haber hecho y no hice, errores seguramente condiciones por mis limitaciones humanas y mi nula vocación para la guerra", añadió.

Asunto solucionado. Pero todavía me ha llegado más al corazón la reacción de los líderes del IRA irlandés que han dicho muy compungidos que fotografiar la destrucción de sus arsenales es una exigencia “imposible” por lo que supone de acto de humillación. Angelicos del Señor. Ahora nos salen tiquismiquis. Para humillación la de los que se pudren en los cementerios a consecuencia de sus barbaridades. Suerte tienen de no vivir 400 años atrás en que, al capturarlos, el pueblo y las autoridades los habrían colgado en la plaza del pueblo en acto lleno de rezos, música y vino. Los muy imbéciles nos salen ahora con esta chorrada. ¿Pero no buscaban la foto y la portada con cada bombazo, cada tiro en la nuca, cada secuestro y extorsión?

En fin, que estamos en lo de siempre. Los únicos que no dan dinero son los muertos. El ejercicio de la política -incluido el crimen- lo justifica todo y permite que la fiesta continúe allá donde en otros ámbitos sería impensable. Ayer, sin ir más lejos, una amenaza de bomba de la banda terrorista vasca ETA hizo desalojar a más de 70.000 personas del estadio Santiago Bernabeu de Madrid. Un día también la veremos entregar sus armas a cambio de un plan de pensiones, una amnistía de solidaridad y un par de bocadillos de jamón. Y luego, si te he visto no me acuerdo, yo me pongo la medallita de la pacificación y tú disfruta del futuro bien ganado. ¿Y los mil muertos que quedaron por el camino? Bah, esos estarán muy felices sentados a la derecha de Dios padre. Aunque, por si acaso, rezadles un padre nuestro y dos ave marías, que se quedarán muy contentos y agradecidos.

Y todos se irán contentos a sus palacios: los políticos por haber conseguido la paz y los terroristas por haber logrado una vejez tranquila y acomodada. Miel sobre hojuelas y a los tontos que les vayan dando.

viernes, 10 de diciembre de 2004

PALABROTAS DE NAVIDAD



Está siendo muy comentada (o sea, criticada) la feliz ocurrencia del Ayuntamiento de Madrid de colocar, junto a las tradicionales luces, guirnaldas y demás perifollos típicos de la Navidad, unas palabras iluminadas para que el personal no se olvide de leer en estas fiestas (no todo va a ser comprar y comprar).

Los aburridos de siempre pensarán que las palabras que se iluminan entre guirnaldas y arbolitos son las clásicas de toda la vida: “paz”, “amor”, “amistad”, “felices fiestas” y otras hipocresías al uso. Pero, no. El señor Gallardón, alcalde de Madrid y experto en ser la novia en el entierro, el muerto en el bautizo y el bebé en la boda, ha dado el visto bueno a que las palabras navideñas de todos los finales de año sean ahora algunas de las siguientes:

Lastre Serpiente Bagaje Patatas Conejo Alubias Lujuria Croquetas Furor Torrija Panacea Cisterna Calaña Cuchillo Escoria Respingo Canuto Resaca Cuerno Cansino Rosa Semilla.

Ciertamente que entre las palabrejas también las hay corrientes y molientes como: Fiestas Amable Ternura Alegría Vivir Dormir Merienda Escuela Respeto Amar Maravilla.

Más la gente, ya se sabe, sólo se fija en lo malo. Así que el personal anda por las esquinas mascullando si el Gallardón se habrá vuelto locuelo como el Quijote de tanto leer “El País”. Pero todo tiene su explicación: “Las palabras incandescentes que iluminan el Paseo de Recoletos -junto a la Biblioteca Nacional, de ahí lo de las palabras- está concebida como "un poema léxico" que se lee en ambos sentidos de la circulación. Una serie de palabras, agrupadas en grupos de cuatro y que se pueden leer en ambos sentidos de la circulación, que van iluminándose "en lentas oleadas”".

El invento se le ha ocurrido a la artista austriaca Eva Lootz, con lo que al menos nos garantizamos que (por ser extranjera) no la correrán a gorrazos los insatisfechos de turno que lo ven todo desde el lado oscuro de la luna, de la cama y hasta del diccionario.

Agrupando las palabras, veamos algunos versos del original “poema léxico”:
Calaña Herida Trampa Martillo
Mitad Manuscrito Cura Cuchillo
Válvula Mármol Violeta Perenne
Rabia Mentira Escoria Rechazo

Genial, ¿no? Vamos, para premio Nóbel de Literatura. Seguramente si don Gallardón hubiese solicitado la colaboración del sufrido pueblo madrileño para la confección del mencionado poema, su Ayuntamiento se habría ahorrado la alta dosis de pasta gansa que se embolsa doña Eva. Pero por lo que se ve el Comendador confía poco en la cultura imaginativa de sus conciudadanos.

Para que no se diga que aquí no predicamos con el ejemplo, ahí van unas cuantas palabrejas para sustituir a las de la artista austriaca. Con la de gente ingeniosa que hay por estos andurriales hispánicos y don Gallardín mirando hacia la pérfida Europa. Ahí va mi poema léxico:
Triquitraque churro pegote repipi
descuajaringarse sopapo chupatintas abrebocas
rechoncho mojiganga cachirulo apiporrarse
charranada ablandabrevas tiquismiquis mondongo
lechuguino tuturutú cenutrio paparrucha
eres la monda camastrón ¡mecachis! tontolculo.

miércoles, 8 de diciembre de 2004

IMPULSO DEMOCRÁTICO HACIA EL DESPILFARRO

Regresa uno del largo puente de la Inmaculada y la santa Constitución y me encuentro con la portada del diario El Mundo: “Envuelto en un plan de impulso democrático. Chaves pacta con el PA e IU blindajes millonarios para todos los políticos”. Joder, una vez más el capataz del cortijo andaluz aprovecha que medio pueblo se va a visitar al otro medio para colarse en el bolsillo unas “stock options” de lo más apañadito.

Algunos compis me han reprochado la “dureza” con que trataba a los rectores del Servicio Andaluz de Salud en mi última parida y, por extensión, al señor Chaves, presidente de la Junta de Andalucía. Sigo comprobando como el síndrome de Estocolmo es la enfermedad más abundante por estas tierras del Sur. Por cierto, que en dicho comentario escribía (y por dos veces) el nombre de CHAVEZ en vez de CHAVES. Un lapsus que ni realizado a conciencia. Venezuela y Andalucía bailan el mismo Cha, cha, cha…

Así que, de vuelta a casa, y tras comprobar que si uno hace 500 kilómetros por autovía a una velocidad casi constante de 120 kilómetros por hora (el máximo permitido), el menda adelanta sólo a los camiones de gran tonelaje y a los abueletes que circulan todavía con sus “coches de época” (lo que significa que en este país la gente cuando quiere volar usa el coche y no los aviones), el choque con la cruda realidad lo da la portada de cualquier periódico del día. Los petardos de ETA pusieron en el puente una bomba de celebración constitucional en un parque de mi querida ciudad para así poder salir en la prensa (cuando lo suyo sería no salir nunca, pero del psiquiátrico) y don Manuel Chaves, cabeza ilustre de esta tierra, se saca de la manga un “Plan de impulso democrático” a ver si logra seguir engañando al personal otra legislatura más y, de paso, embolsarse unos milloncejos en la faltriquera.

En esas estamos. El señorito Chaves, con la venia aprobatoria de todos los partidos políticos –menos los tontos del PP- se ha procurado con el nuevo Plan las siguientes bicocas para cuando un siglo de éstos deje el invento: una dotación económica para mantener una oficina adecuada a su categoría y con posibles para atender las eventuales “atenciones protocolarias”; una indemnización económica durante dos años equivalente al 80 % del sueldo presidencial; a partir de los 65 años, una retribución mensual equivalente al 60 % de lo que ahora cobra como Presidente; un puesto vitalicio en el Consejo Consultivo y un fondo de pensiones que, desde el 2005, tramitará sin demora la Mesa del Parlamento. No es listo ni ná el señorito Chavez (perdón, Chaves).

Pero como pertenece a un partido eminentemente “obrero”, “socialista” y tal y cual, sus privilegios -para cuando deje el carguete- quiere hacerlos extensivos a toda la clase política andaluza. De modo que, igual que los ex presidentes, los ex altos cargos sin excepción, los ex diputados y hasta los ex delegados de la Junta disfrutarán de sustanciosas pensiones al cesar en sus puestos, además del plan de pensiones, pulses, permisos y otras bagatelas. Y los concejales, en lista de espera para que nadie se quede sin chupar de la teta. Todo este derroche (¿les parece poco del que ya disfrutan cuando están en el ejercicio de su cargo, a menudo consistente en la ingrata tarea de calentar el asiento y escuchar las órdenes por teléfono?) ocurrirá en una comunidad modestísima en la que uno de cada cinco ciudadanos vive bajo el umbral de la pobreza. Pero ya lo adelantaba premonitoriamente en mi granítica parida anterior: ande yo caliente… y ríase la gente, que escribió el satírico Quevedo cuando aún no se imaginaba que la corrupción y el despilfarro de su época iba a verse empequeñecido por el de la democrática España y sus lindas autonomías de ahora.

En fin, para mear y no echar gota, que diría un enfermo de próstata. Los mismos que jubilan a los médicos a porrazo limpio, preparan su particular jubilación a talonario completo. Tiene bemoles la cosa, que diría un músico. Y es que el Estado de las Autonomías (con sus capataces, sus meretrices y sus mamporreros) tiene estas minucias. Y si no, un ejemplillo ilustrador: el presidente de la Generalitat catalana gana un 80 % más que el mismísimo presidente del Gobierno español, el sonriente señor Zapatero. Como diría el clásico, esta casa es una ruina y en varias generaciones no quedará de ella ni una triste piedra. Optimista que era el chico…

viernes, 3 de diciembre de 2004

LOS MISERABLES RECTORES DEL S.A.S.

Podría ocurrir en cualquiera de los cortijos autonómicos de España, pero por ahora sólo pasa en el andaluz, donde desde hace 25 años viene gobernando como capataz el partido socialista. Muchos años para no estar hasta la coronilla de él. ¡Y de cualquiera que lleve cinco lustros tocándonos los cataplines! Más una cosa sí que hay que reconocerle: siempre es capaz de asombrarnos con una nueva cacicada. La de ahora no tiene desperdicio y merecería figurar en la antología de los disparates y las estupideces mundiales, pero salvo en esta bitácora y en un par de periódicos aún no ocupados militarmente por el PSOE, nadie hablará del asunto. Peligro, chitón y a cuidar los garbanzos, que diría el clásico.

Resulta que los miserables rectores del Servicio Andaluz de Salud han decidido de sopetón que hay que adelantar la jubilación obligatoria de los 70 a los 65 años al personal de los servicios autonómicos de salud. Y ello amparándose en un nuevo estatuto marco aprobado por el anterior gobierno central, que era del derechista PP. Miren por donde, el gobierno andaluz no hizo ni puñetero caso a múltiples leyes peperas (la más sonada, la ley educativa), pero como esta le viene que ni pintada, la interpreta a su aire y la aplica con nocturnidad, alevosía y unas prisas del carajo. O sea, que los reclamantes y afectados hagan el favor de quejarse al matón de Aznar que el capataz Chavez y su cohorte somos unos mandaos.

Pues eso, que los irresponsables directivos del SAS (con la bendición papal de su Gran Hermano Chavez) han decidido –en contra de la filosofía del mencionado estatuto marco- no conceder ninguna prórroga voluntaria a ningún trabajador, de ninguna categoría o especialidad. Así que en cuestión de días y por sorpresa, han decidido poner de patitas en la calle a 433 médicos andaluces. Como si les hubiese tocado la lotería de repente. Disuélvanse, les han dicho. Tienen 24 horas para desalojar las consultas, los quirófanos y los despachos. Todo muy bonito, educado y organizado, siguiendo la ya clásica ética psocialista.

A los miserables directivos del SAS no les preocupa que, de golpe, desaparezcan más de cuatrocientos médicos. Da lo mismo que tengan una experiencia enorme, que no se puedan suplir todas las plazas con gente del mismo nivel o que de un día para otro en más de un hospital se jubilen la mitad de sus cirujanos. ¿A estos miserables qué les importa? A los enfermos les da lo mismo que los opere un señor que lleva 30 años haciéndolo todos los días que uno que acaba de salir de la bolsa del paro y llega con el enchufe socialista bajo el brazo. A decir verdad esto tampoco ocurrirá porque las 433 plazas se irán cubriendo a lo largo de los tiempos cuando les salga en gana y tengan dineros (que para esto hay pocos). Mientras tanto, los enfermos que se jodan que nosotros, los miserables rectores del SAS, cuando nos ponemos malitos tenemos enchufe directo, nos saltamos la cola de espera y hasta nos ponen solitos en una habitación del mejor hospital disponible. Ande yo caliente y ríase la gente, que dice Chavez en los consejos de desgobierno.

“Deberían haber dejado un periodo de adaptación y no tan tajante. Tal y como lo han hecho, no parece una jubilación sino un despido”. “No pueden asumir el cese en todas las especialidades. No hay tantos especialistas en las bolsas de trabajo”. “Hay compañeros que han trabajado en exclusiva para el SAS durante 30 años y les han echado a la calle de un día para otro, sin ninguna opción”.

Sin ningún respeto. Dándoles la patada. Adiós muy buenas y hasta nunca. “Nosotros mandamos en la salud y la enfermedad de los andaluces y hacemos con nuestros médicos lo que nos sale del bisturí. Somos unos burócratas cleptómanos, pero lo hacemos en el marco de la más estricta legalidad que sabemos imaginar. Y, además, salvo los 400 matasanos, nadie nos va a toser ni a tocar el violón”. Eso se dicen entre risas estas hienas mientras se toman unas cañas a nuestra pobre salud en los bares de Sevilla, emborrachándose de poder y estupidez a mayor gloria de la política progresista y solidaria del PSOE andaluz. Porque, encima, están convencidos que nos están haciendo un enorme favor. ¡Serán capullos!

Mejor se dedicaran a crear más psiquiátricos en Andalucía y recluirse en ellos para intentar sanar sus enfermedades político-mentales. Más como no caerá esa breva, solo queda poner una vela a San Cucufato para que nos proteja en la vejez y en la enfermedad, en los accidentes y en los resbalones dentro de la bañera, porque tal como están dejando el patio esta pandilla de miserables ineptos, ponerse enfermo o aproximarse a la edad de jubilación es peor que irse directamente al otro barrio. Al menos allí podremos descansar en paz sin su política de tierra quemada.

miércoles, 1 de diciembre de 2004

LOS HISPÁNICUS DETRITUS

El lunes declaró ante la Comisión de Investigación del Parlamento que pretende investigar la matanza del 11M, el anterior Presidente del Gobierno, el archipopular Jose María Aznar. Nunca quedó más claro que en la citada Comisión faltan investigadores y sobran destripaterrones. Los portavoces de los distintos partidos políticos sólo jugaron a poner contra las cuerdas al anterior presidente, considerándolo no una potencial fuente de información sino un delincuente irremediable. El susodicho acudió al evento a quitarse de encima toda la porquería y responsabilidad, al tiempo que se la endilgaba a sus oponentes. Si esa es una manera sensata y eficaz de investigar un asunto tan complejo como lo del 11M, que resuciten Aristóteles y Sócrates (que eran listísimos) y nos lo expliquen.

En la asquerosa política española todo es perfectamente previsible, así que nadie se podrá llamar a engaño de lo que pasó en la Comisión, ni de lo que días después se ha escrito y dicho por parte de los partidos, los medios de comunicación y personal adyacente. Hubiera dicho lo que hubiera dicho, para la autoproclamada izquierda así como para todos los partidos nacionalistas, Aznar demostraría una vez más que miente, que es un prepotente, un facha, un matón, que no asume responsabilidades políticas y tal y cual. En sentido contrario, todo el sector del país escorado hacia la derecha, dijese lo que dijese Aznar en la Comisión, iba a manifestarse con algarabía, olé Jose Mari que los has dejado bien planchados, eres el mejor y vuelve pronto por Navidad.

Todo perfectamente previsible cuando el personal se define acérrimamente de un bando y de otro, como si el hecho de definirse les diese una categoría moral diferente, un mayor grado de perfección o una sabiduría especial. Es al revés. Aquí la ideología concreta actúa como una orejeras de burro que colocadas siempre y a todas horas, impiden ver más que lo cada uno quiere ver dentro del limitado campo visual libremente asumido. Así que Juan Puñetas ya conocía qué demonios iba a decir el diario “El Pais” o la cadena SER tras la comparecencia de Aznar. Es más, de cualquier periodista, escritor o colaborador de estos medios sólo cabe esperar que ponga a parir a Aznar y al PP. Igualito que si hablamos de “La Razón” o “ABC” o la emisora COPE. Todos a poner por las nubes a San Jose Mari y a despotricar del resto.

Nadie lo dice pero estas actitudes tan descaradamente sectarias en la política española nos llevan a la ruina, reflejan claramente que en este país falta educación, cultura, objetividad, razón y coraje. Muestran a las claras que sobran burros, lacayos, gente que no piensa por sí misma, mentirosos crónicos y zampabollos. Lo vamos a comprobar en la próxima comparecencia, esta vez del actual presidente Zapatero. Cuando se produzca veremos lo de ahora, pero al revés. Los del País y la Ser dirán que el prohombre socialista es un genio, un humilde gobernante, un sabio griego y un enternecedor personaje al que sólo dan ganas de darle terrones de azúcar para aumentar su dulzura natural. Y los chicos y chicas del ABC, la Razón o la COPE trocarán sus actuales babas y alabanzas aznarinas por las más hirientes críticas, descalificaciones e invectivas contra el actual presidente de la cosa. Toda esta mala tropa se intercambiará los papeles y los críticos de ahora serán los pelotas de después y los actuales aduladores pasarán a desempeñar el bello papel de lanceros.

Esta enfermedad político-mental (caracteriza por una fijación y animadversión enfermiza contra los que piensan de manera diferente) les ocurre a aquellos -políticos, periodistas y gentes de la cultura- que se supone tienen unos cuantos dedos de frente y una gran responsabilidad pública. El personal de a pie dotado de las citadas anteojeras burrenses, que encima no cobra del espectáculo, ya no tiene solución alguna ni aunque se les mande al psiquiátrico. Y si no véanse los foros politiqueros en la interné internetera, donde el odio y la memez brillan por doquier.

Así que desde esta bitácora que lleva el apellido de “grillesca”, me permito recomendar a toda esta gentuza que se meta la mendaz canallada politiquera donde les quepa, que tienen menos credibilidad que un borracho dirigiendo el tráfico y que la pena es que encima les tengamos que pagar el sueldo obligatoriamente mediante los impuestos directos o los indirectos de la publicidad. No es extraño que de todos los países de nuestro entorno, España sea –salvando la burricie similar de la extinta Yugoslavia- la que tiene una guerra civil más reciente. Aquí la guerra civil de las ideas (sin ideas, quiero decir), tras casi 70 años transcurridos, sigue existiendo en la mente calenturienta, lacayuna y miserable de nuestra clase dirigente política, social y cultural, con las excepciones debidas. Sólo falta encender la mecha y para eso hay millones de burros voluntarios. Y no precisamente islamistas, sino de la afamada ganadería de los “hispánicus detritus”. Una cavernícola especie a la que se le ve venir, decir y hacer desde antes de que abra la boca para rebuznar. Jodía y aburrida especie.